¿Alguna vez han pensado en enamorarse, casarse y tener hijos? Esta claro que todos alguna vez pensamos en eso, pero, con las persona que elegimos... No con la que nos eligen...
— Bárbara, ¿Ya tienes tu valija? — Bufo a te la pregunta de mi madre. No quiero irme a vivir con ese hombre; tengo 17 años, no puedo, no quiero.
— Mamá, ¿Porqué tengo que hacer esto? ¿Cómo pueden vender a su hija a un hombre de 26 años? ¿Y sí es un pedófilo o asesino en serie? — Trsto de conversela con cuestionamientos posibles.
— No es un pedófilo, Bárbara — Pronuncia firme con el ceño fruncido.
— ¿Qué tan segura estás?
— ¡Bárbara, por favor! — Se queja frustrada, no la culpo; soy molesta.
— ¿Ya esta lista? — Mi padre entra por la puerta con su típico traje, no me sorprende.
— ¡Papá! ¡Yo no quiero ir con el Señor Clark! ¡Por favor! — Corro a mi padre y me arrodillo frente a él.
— Vaya mujer — Escucho una voz gruesa detrás de mí padre. Mi ceño se frunce al ver a un hombre con traje y corbata azul, se ve joven. — Con que ella es la famosa Bárbara Rossi.
Siento en tono burlón en su palabra y frunzo el ceño. El hombre entra a mi habitación y la absorba detenidamente, no habla, sólo observa.
— Qué habitación tan pequeña — Iba a abrir la boca para contestarle, pero mi madre se adelanto y me lanzo un cojín haciéndome caer al suelo. El hombre camina a mi preocupado y me extiende su mano — ¿Se encuentra bien Señorita Rossi?
No contesto, sólo levantó mi mirada del suelo y lo observó; rostro perfecto, ojos perfectos, cabello perfecto, nariz perfecta, mejillas perfectas, labios perfectos, cejas perfectas, orejas perfectas, pestañas perfectas, maños perfectas, dientes perfectos, cuerpo perfecto, en conclusión: Hombre perfecto. Notó que llevo mirando su rostro por más de dos minutos y despierto de mi trance. Tomó su mano y él me ayuda a levantarme.
— Hija, te presento al Señor Clark — Miro a mi padre ofendida y noto que aún ese sujeto tiene mi mano entre sus dedos, rápidamente retiro mi mano y me cruzo de brazos.
— Un gusto Señorita Rossi — Sonríe de una manera tan redeante. Callaté, cabeza.
— Ni es de mi gusto, Señor Clark — Digo descortésmente.
— Disculpela, Señor Clark, es algo terca — Mi madre habla por mí. La miró indignada, voy a reclamarle pero papá me detiene.
— Creó que es hora de que se vayan — Dice mi padre y el Señor Clark asiente.
— Por supuesto, Señor Rossi. Pero antes me gustaría que la Señorita Rossi, usará este anillo — Saca de su bolsillo un caja pequeña negra y la abre ante mí, observó el hermoso anillo de oro blanco.
— Clar...
— No usaré tal cosa — Me cruzó de brazos indignada.
— Per...
— Sí, la Señorita Rossi no quiere, no soy nadie para impedírselo. — Contesta ante mi comentario.
— La limusina los espera abajo — Mi padre por fin logra establecer su palabra.
—Vale, ¿Gusta bajar, Señorita Rossi? — Hace un ademán con la mano hacia la puerta.
— Cómo sea — Camino a hacia mi valija, pero el Señor Clark me detiene.
— Yo, personalmente, bajae sus valijas — Sólo frunzo el ceño y bajo a la cocina para tomar un manzana.Camino hasta la puerta principal — la cual esta abierta —, salgo y me subo a la limusina a esperar al odioso Señor Clark... ¿Cómo un hombre tan atractivo puede ser tan arrogante...? ¿O es mi imaginación? No, claro que no, el Señor Clark es un engreído, arrogante, cínico... Espera, ni lo conozco y ya lo estoy criticando... De igual modo; ¿Quién demonios compra a una niña de 17 años para casarse? Es enfermo, un pedófilo de primera... ¿Es que acaso no se siente suficientemente atractivo para sentar cabeza con un mujer de su edad y casarse? ¿Es mucho para él? Pienso que con todo muestra la superioridad que cree tener. Es injusto de su parte, soy joven. Quiero divertirme, salir con mis amigas e amigos, ¡Por Dios! ¡Sólo faltan 2 meses para mi graduación! ¡Genial! ¡Ahora tengo qué pasar mi fiesta de graduación en un cuarto de hotel caro junto a pedófilo de el Señor Clark, a todo esto, ¿Porqué demonios le digo “Señor Clark”? Es un farsante...
Veo como el Señor “pedófilo” Clark se despide de mis padres y sube a la limusina. Cruzo mi brazo y mi piernas y me acomodo mirando a la ventada dándole la espalda.
— Vaya, creí que te gustaría poseer el anillo — Comenta algo decepcionado. Giro en mi eje y lo observo, esta contemplando el hermoso anillo. No le tengas piedad, no le tengas piedad no le tengas piedad, no le tengas piedad...
— Dame esa cosa — Extiendo mi mano indignada.
Siento como toma mi mano y desliza el frío metal en mi dedo.
— No te arrepiras, te lo juró. Te haré la mujer más feliz del mundo — Me sonríe con su perfecta dentadura blanca. Me niego varias veces, creyendo que un pedófilo tenga sentimientos.
— Sí, sí — Digo sin interés alguno.
¿¡Qué demonios acabo de hacer!? ¿¡Acabo de aceptar casarme con el Señor “pedófilo” Clark!? ¿¡Soy la prometida de el Señor Clark!?
©LuluCompany
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«Mr. Clark»
Teen Fiction-... Señor Clark... - Su voz es tan frágil que podría romperse en cualquier momento. La tensión crece entre ambos cuerpos. Ella tiene un leve sonrojo color carmesí, para él es tierno, para ella es vergonzoso. - Señorita Rossi, ¿Qué hace en este luga...