Cuando consiguieron quitar la bolsa de mi cabeza,pude ver al fin a mi alrededor. La confusión duró un par de minutos hasta que conseguí ver las rejas,un cubo y un colchón sucio. Mi mente rápidamente encajó las piezas como para adivinar que yo estaba en alguna especie de prisión o algo parecido. Sentí como unas manos tocaron mi espalda,y me empujaron al interior de esta celda donde quedé totalmente encerrado. Pude ver como abandonaban la sala los guardias,no parecían querer soltarme. Me levanté algo dolorido,las heridas del combate seguían afectando mi movimiento,y sentía un ardor al moverme,y mi brazo complicaba las cosas mucho mas. Llevé mi mano al hombro y deje soltar un quejido junto a una pequeña mueca de dolor.
-¿Tú? Veo que tenemos ambos un día de mala suerte- Una voz ronca que provenía a mis espaldas me proporcionó un susto. Me giré a toda velocidad y vi a una de esas criaturas,que había conseguido pasar por desapercibido ante mis ojos. Aunque la voz no me sonaba de nada,ese iris azulado sentía que lo había visto en un lugar,y no me transmitía ninguna confianza. - Espero que no te tomes a personal lo que ha pasado- Continuó.
-Fuiste tu el que me atacó- Dije al caer al fin en quien era. También me di cuenta de un pequeño detalle,y es que esta raza tiene ojos castaños. Este quizá era la única excepción de los que he llegado a ver,lo que causaba mi curiosidad.
-Tenía que hacerlo para disminuir mi condena,ese es el trato- Se explicó. Al parecer,usaban a prisioneros para cumplir tareas y misiones con el trato de que la pena de cárcel disminuiría un truco inteligente para no tener que usar a soldados o guardias en trabajos sucios. Aún así,seguía sin tener al tipo de confianza con esta persona.
-Por tú culpa estoy aquí,y por tú culpa casi no puedo mover mi cuerpo- Le comenté enfadado,pero sin alzar la voz. No quería armar un jaleo teniendo en cuenta la situación en la que me encuentro. El al escuchar esto soltó un pesado suspiro y se rascó la sien cansado.
-La vida no le trae limones a todos- Me dijo. ¿Acaso se estaba burlando de mi? Quizá le habría golpeado si no supiera la tremenda velocidad y fuerza que tenía. Hablando de esto,¿Como una persona de estos atributos puede ser atrapada? ¿Hay gente mas fuerte que el? ¿Que clase de delitos habrá cometido alguien así? Decidí tras un rato preguntar una de mis dudas.
-¿Por qué estas aquí,asesino?- Le dije serio. Siendo sincero no quería ni mostrar esfuerzo en parecer amigable,ni mucho menos con alguien que tenía todas las pintas de traicionarme si es por su propio beneficio. El miró para otro lado,y se aclaró la voz. Balbuceo un par de cosas en lo bajo,las cuales desgraciadamente no pude entender ninguna.
-Asesiné a alguien.- Contestó,ya con la voz mas clara tras haber tosido. Y así,eliminó cualquier mínimo de confianza que había depositado en el. Por supuesto,notó la mezcla de mi rostro,de desdén,odio y lastima,a lo que decidió proseguir con su historia para calmarme - Había enloquecido,y dañó a mi mujer. Acabé con su vida para prolongar la de mi mujer. El juicio no lo consideró justo,y aquí acabe. -Terminó de hablar,y no parecía querer seguir haciéndolo. Se sentó en el suelo,jugando con algo entre sus dedos. No le puse mucho de atención,pero era una especie de pulsera extraña,hecha quizá con un tipo de hilo bastante resistente,por que parecía estirarse y no tener ninguna dificultad para volver a su normalidad. Yo me senté sobre el colchón,no tenía nada que hacer. Toda mis pertenencias fueron confiscadas,y a saber donde podrían estar. El caso es que no podría salir,y tampoco creo que me dejen cumplir tareas para poder salir de aquí. Mas bien,creo que quieren que me pudra aquí,y acabé muriendo con el tiempo.
Busqué en mi bolsillo,y saqué lo único que conseguí quedarme,una carta. Era la carta que me había introducido en este infierno. Lo único que estaba escrito era una obligación para ir a la guerra. Aún me acuerdo los llantos de mi hermana pequeña,los sollozos de mi madre,y las quejas de mi padre,quien por su edad no pudo ir. Este habría querido ir por mi,pero supongo que fue imposible. Tampoco me quejaré,supongo. Leerla de nuevo solo causó mas irritación,por lo que acabé por destruirla ,y tirar los trozos por fuera de los barrotes.
Ambos nos quedamos callados,sin decir nada. Quizá pasaron horas así,ambos pensando en nuestras cosas y sin tener idea de que hablar siquiera. Solo de vez en cuando nos mirábamos de reojo,esperando a que otro diga algo para acabar con la situación incómoda,pero no sucedía. Pronto,llegó otra noche de nuevo,y tuvimos que dormir. Solo había un colchón,que el me ofreció para dormir. Siendo sincero,el suelo tenía mejor pinta,pero al menos sería un mínimo de cómodo. Me acosté sobre el y cerré mis ojos,intentando así dormir un rato. Tenía frío,y hambre. Desearía estar en casa.
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Guerra De Bestias
FantasyEn medio de la batalla,cada persona descubre quien es realmente. Cuando la sangre se derrame ¿Quien será capaz de soportar tanta muerte?