Desearía poder detener el tiempo para así poder acercarme a el de la manera en la que en realidad quiero hacerlo, desearía saber si él leía todas las malditas cartas que le escribí, desearía correr hacia algún lugar y hacer que mi corazón tiemble, que mi garganta arda, deseo gritar tan fuerte, tan fuerte, llorar hasta que no queden más lágrimas, correr hasta que mis pies no aguanten más, pero sin embargo no soy capaz de hacerlo, el tiempo está en una constante carrera y pasa justo frente a mis ojos y no puedo hacer nada al respecto, no puedo hacer que se detenga y no me puedo acercar a él como quiero, no sé si el hizo lo mismo que yo hacía cuando escribía una y otra carta fallida, no corro, me quedo estática mirándolo, ya casi no siento el latir de mi corazón, siento que algo sube por mi garganta y de repente me corta la respiración llevándose mi voz, mi fuerza, y por más que quiera llorar, gritar, correr, no lo hago, me paralizo, siento que hay algo mal en mí, y aunque trate de escapar este espacio se va haciendo más y más pequeño la música y el griterío de las personas me asfixian, necesito salir.
Todos los dioses, todos los cielos, todos los infiernos están en tu interior-Joseph Campbell
Concentro mis ojos en él, su mirada es fija y e inexpresiva, sus dedos están en un constante tamborileo contra sus piernas, sus amigos pasan frente a él, les ofrece una sonrisa y no puedo evitar tener celos porque ya quisiera yo ser causantes de sus sonrisas, pero no de las que causan ellos, quisiera ser causante de las verdaderas sonrisas y carcajadas de las que salen sin avisar incluso en los momento más serios. De repente su mirada cambia el rumbo y se posa en mí, pestañea un par de veces, desvía la mirada y sonríe de manera fugaz ¿Qué le causo gracia? Sean se puso de pie, y mis piernas se sintieron como un par de fideos tostados a punto de resquebrajarse, paso justo al lado mío, y yo seguí mi camino una vez más como las muchas veces en que esto se venía repitiendo.
La noche fue una eternidad, y por más que juré que me iba a divertir como nunca no pude hacerlo del todo, Kend, Jules y Patrick bailaron hasta no poder, yo los acompañe un par de veces a la pista de baile, ya que no estaba de ánimos, además de que bailo horrible, Sean por su parte era muy bueno bailando, o era eso o eran las copas que estaban haciendo efecto en mí, las cuales se filtraban por mi garganta poco a poco mientras veía como las chicas lo agarraban, y le decían cosas a sus oídos. Otra curita más para este triste corazón.
Tranquilo corazón estamos bien, espero esta vez me creas una vez más, no eres el único roto aquí.
Eran más o menos las 4:30 de la madrugada cuando nos estábamos dirigiendo hacia la playa, la idea había sido de kend, ella había insistido más de media hora para ir y de una u otra manera se las arregló, Patrick conducía y yo estaba en el asiento de copiloto, Jules y Kend estaban acostadas en el asiento trasero.
-¿Estas bien?- preguntó de repente Patrick
-Ni bien, ni mal- solté sin pensar, lo miré unos segundos- eres realmente lindo Patrick- dije haciendo que se sonriera y se sonrojara un poco.
-Quisiera que me dijeras eso cuando no tengas ninguna copa encima –dijo sin desviar la mirada- pero de igual gracias, se te aprecia- dijo, nos miramos y no pudimos evitar reír sonoramente.
-Si quieren follar vayan a lo oscurito, déjenme dormir coño.
-Que poco agradable de tu parte Kend, tú eras la que nos convenció en venir y ahora que ya estamos aquí, haces que cambie de parecer – dijo Patrick
-¡Hey! ¡Controla tu vaca vaquero!- gritó- ¿ya hemos llegado?- dijo mientras se levantaba, todos la miramos con cara de desesperanza Kend nunca iba a cambiar por eso la amaba tanto- ¿Qué miran? Bajen de una vez por todas, después les daré una foto mía para que la puedan observar todo el día ahora quiero sus traseros fuera del coche
-Renegona- musitó Jules
Todos salimos del coche, hacía un frío de los mil infiernos afuera pero valía la pena estar allí, era realmente hermoso ahora entiendo el porqué de la insistencia de Kend, el sol se estaba asomando con lentitud manchando el cielo de hermosos colores y las aves revoloteaban en lo alto del cielo, este lugar desprendía paz y las personas con las que estaba lo hacían un lugar más maravilloso aún, Kend y Jules cruzaron sonrisas entrometedoras y se comenzaron a quitar sus prendas quedando en ropa interior, yo no estaba sorprendida bueno si algo, pero ya decía yo que no solo habíamos venido a ver la salida del sol.
-Los esperamos adentro- gritaron al unísono mientras corrían hacia la inmensidad del mar como unas completas locas.
-Es tu turno- le dije sonriente a Patrick.
-¿No será que quieres morbosear mi lindo y puro cuerpo?- dijo cubriéndose su torso con sus brazos.
Sonreí y me lamí los labios-creo que te has dado cuenta de mis intenciones-dije
-¡Pervertida!-gritó
Patrick y yo nos comenzamos a desvestir, pero de repente sentí unas inmensas ganas de vomitar, será que... ¿Estoy embarazada por obra y gracia del espíritu santo? No, no puede ser, o... ¡no coño que tú eres virgen!
-Patrick-murmuré por lo bajo, mientras ponía mis manos sobre mis rodillas- ¡Patrick joder! Ven-dije subiendo el tono.
Patrick se acercó apresurado y se puso en frente de ella- ¿Qué te pasa cariño?- dijo preocupado- Blaire, linda, ¿Qué te ocurre?
-Patrick tengo que decirte algo... no sé si me aguante más, es algo que me urge, si no te lo digo ahor...
-Shhh...-dijo mientras posaba un dedo en mi boca- Blaire no tienes que hacer esto, no te presiones, sé que piensas que soy atractivo, pero sé que yo no te gusto de verdad
-No Patrick, no lo entiendes yo...
-Shhh...-volvió a repetir- claro que lo entiendo Blaire, no te presi...
Y fue en ese momento cuando Blaire no se pudo contener y vomitó sobre lo zapatos de Patrick, que para su suerte aun los llevaba puestos, este solo se quedó viendo lo que pasaba sin poder creerlo, estaba sorprendido, confundido, pero más que todo asqueado.
-Blaire...- dijo mientras cerraba los ojos e inhalaba profundo- ¿Por qué rayos no me dijiste que lo que querías era vomitar y más no coquetear conmigo?
-Yo intente decírtelo... enserio pero tú no me dejaste terminar – dije con la cabeza gacha- además yo no estaba coqueteando contigo- ¿qué te hizo pensar eso?
-¿Qué te hizo pensar eso? ¿Qué te hizo pensar eso? Ja, ¿no se supone que así es como se comienza una confesión? –dijo mientras se sacaba como pudo los zapatos de sus pies- Patrick tengo algo que confesarte, sé que no ha pasado mucho tiempo pero siento que te amo bla bla bla casémonos, follemos toda la noche, tengamos mil hijos, y 50 mascotas-dijo mientras imitaba voz de mujer
-Mira el lado bueno solo ensucie tus zapatos- dije mientras sonreía
-Esos eran mis zapatos favoritos- dijo mientras los miraba con melancolía- y ahora... tienen tu vómito, pobres de mis bebes.
-Lo siento me los puedo llevar a casa y lavártelos- dije tratando de enmendar mi daño-yo no quise hacerlo- repetí mientras hacía puchero.
Cerró los ojos, respiró y sonrió- solo porque me caes muy bien- dijo- y no hace falta que los laves, algún día vomitare en los tuyos también y estaremos a mano.
Reí y agarre su mano- trato hecho- dije
-Jamás deshecho-concluyó mientras sacudíamos las manos a modo de trato.
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Lost.
Romance-Estoy perdido en ti, y es como poner los pies en el mismo infierno, y rayos mujer, no sé si este bien o este mal- me miró por un instante y luego bajó la mirada- pero estoy seguro que no me importaría poner mis pies una ni miles de veces mas en el...