18. Makise Aizawa

592 32 2
                                    


Era una noche triste. Lluviosa. Pero no para calmar mi felicidad y arruinar mi fiesta de cumpleaños.

Lo primero. He de presentarme. Me llamo Makise Aizawa, tengo 17 años y vivo en una casa en un pequeño pueblo donde la gente es escasa. No tengo amigos con los que salir a jugar, ni con los que poder salir por las noches. Solo podía aguantarme con la compañía de mi hermana pequeña. Fesliyan. Que aunque tenga 10 años, es bastante lista como para descubrir el misterio de un asunto. Aunque mi apariencia diga lo contrario, yo no soy gótica. Solo me gusta el color negro. Pero mis aclaraciones no valen de nada. En mi instituto, suelen burlarse de mí o hablar a mis espaldas. Pero a mí no me importaba en absoluto. Para gustos, los colores.

Como ya dije anteriormente, hoy se celebraba mi cumpleaños, donde solo estábamos mi madre, mi hermana y yo.

-Mama. Ya está listo todo?-Mi hermana hablaba con mi madre en la cocina.

-Sí, ya podemos llevar la tarta.-Mi madre apagó las luces y entró con una tarta y mi hermana y mi madre me cantaban el cumpleaños feliz.

La verdad que esa noche no la olvidaría jamás, porque aunque mi padre no estuviese, las tres nos lo pasamos genial. Era la mejor noche de mi vida.

Ya eran las cuatro de la mañana, y sonó un portazo en la sala de estar. Todas ya estábamos en nuestras habitaciones. Listas para acostarnos y descansar de una gran noche.

-Ola? Hay alguien en casa?-Mi padre había llegado. Parecía algo cansado.

-Llegas un poco tarde. Tu niña ya celebró sus 18 años si estar tu presente.-Mi madre se levantó de la cama para charlar con mi padre.

Fesliyan y yo nos fuimos a mi habitación porque mis padres van a empezar a discutir y no quiero estar ahí para verlo. Y mi hermana menos.

-CREES QUE ME HE OLVIDADO???-Mi padre empezaba a gritarle a mi madre. Aún no se tomó su medicación para los nervios. Él suele sufrir ataques epilépticos por perder el control.

Mi padre cada vez se volvía más y más histérico. Golpeaba puertas, le gritaba a mi madre como un energúmeno, y de vez en cuando se deprimía. Unos pasos vinieron hacia nuestra puerta.

-Chicas, no salgáis por favor. Vuestro padre no tiene medicación suficiente.-Mi madre se asomó por la puerta de mi habitación. En su cara tenía un sentimiento de dolor. Se nota que sufría por la vida de nuestro padre. Sus ojos estaban hinchados de llorar.

-Mami. Quiero que papa se vaya de casa.-Mi hermana también lloraba de miedo.

-No es nada. Cariño.-Mi madre tenía un gran corte en la pierna.

-Mama. Tu pierna.-La señalé asustada. Mi madre se fué de mi habitación.

-YA ESTA BIEN DE ESTUPIDECES! ME LARGO DE AQUÍ!-Mi padre gritaba.

-NO! ME NIEGO A QUE DEJES ESTA CASA!-Mi madre de oponía.

Un silencio descomunal inundó la habitación. Fesliyan y yo nos mirábamos sorprendidas de lo que había ocurrido. Aparte del miedo que sentíamos. Cuando creíamos que todo se había calmado, las luces de toda la casa explotaron de repente.

-Mama?- Decía mi hermana muy asustada.

-Voy a ver que pasa.-Me levanté de la cama y me dirijí al salón. Allí estaba mi padre, de espaldas mirando al suelo y en frente de la mesa como si quisiese ocultar algo.

Historias CreepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora