Capítulo 1 : Alguien de Día.

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Rayos.

Me encontraba parado en una de las calles de London, esperando un taxi.

— Oh no, tú otra vez. ¿Tengo que verte todos los días? — oí una voz que me hablaba por detrás de mí. — ¿Tendré que aguantarte? Sabes, tanto glamour a tu lado te hará daño.
— A ti te dará daño estar entre tanto talento, Bonnefoy.
— Puff.

Nos quedamos callados unos 5 minutos y llegó un taxi.

Me subí pero ahora había otro problema, Francis se había subido conmigo.
— ¿Qué haces?
— ¿Qué crees que hago?
— ¿Violar mi privacidad?
— Claro que no estúpido. Vamos a ir al mismo lugar. Me voy a ahorrar unos 5 minutos.
— Ahórrate esta. — dije mostrándole mi dedo medio.
— Uy uy soy un caballero inglés. — dijo intentando imitarme.
— Mira estúpido...
— Disculpe. — nos interrumpió el conductor. — Me permite decirle que ya llevan más de 10 minutos discutiendo, y que, ¿A dónde los llevo?
— A Aqua Empire, por favor. — respondí un poco avergonzado.
— ¡Ah! ¿Trabajan ahí? — dijo empezando a conducir.
— Sí.

El señor fue muy amable y nos quizo hacer platica para no aburrirnos y empezar a pelear nuevamente.

Llegamos y entramos, Tania, la secretaria no observó enojada.

— ¿Saben que llegan 20 minutos tarde todos los días, y juntos? Jeje.
— ¿Qué fue ese jeje? — pregunte temeroso.
— Lo siento, imagine otra razón por la que hayan llegado tarde. — nos dijo con una cara de perverción. Francis y yo nos alejamos lentamente hacia la oficina donde empezaría la junta.

— Está loca
— Demasiado. ¿Como alguien puede pensar eso? — Francis se quedó callado. — ¿Bonnefoy? ¿Acaso tú?...
— Lo de estar loco es por decirlo, no por pensarlo. Es muy diferente...
— Me temo que nuestra charla terminó. — Interrumpí yéndome a sentar a alguna silla lejana de él. Más, se volvió a sentar a mi lado.
— ¿Que haces? ¿Por qué me sigues? Aléjate. ¿Que pretendes hacer?
— Molestarte.
— Es lo único que tienes para hacer ¿Cierto?
— Tal vez.
— Já.

Y este era un día normal en mi vida, siendo molestado por una de las pocas personas a las que le hablaba en ese edificio.

Todos nosotros éramos de diferentes países, y teníamos un cargo en esa empresa, que se enfocaba en mas que nada a la publicidad del comercio. Nosotros somos los que aceptamos que comerciales merecen la pena y cuales no. O que tipo de mercancía debería de regalara alguna empresa para poder ser un poco más vital. También de vez en cuando hacíamos comerciales nosotros. Pero eran pocas las veces.

Llegué puntualmente a la junta, exactamente a las 10:00am que eran ya. Poco a poco empezaron a llegar los demás representantes.
— Hola, ¿Cómo te la pasaste el fin de semana? — saludaban uno tras uno preguntado que hicieron los días que no estuvieron, preguntando sobre lo personal, y cosas un poco más triviales.
— Hoy tenemos estoy comerciales que ver cuales son los apropiado para que pasen a la TV. También tenemos un proyecto para hacer publicidad, a una marca muy conocida llamada AKEA. A trabajar muchachos. No tenemos todo el día. Es para ayer. — se escuchó venir de una voz familiar para todos los de la sala, la cual los hacía volver a sus lugares y callarse. Después de un tiempo pensando en cuales eran buenos, se les asignó a cada persona para poder empezar los trámites que se necesitaban para poder poner el anuncio al aire y en donde serían los lugares en donde se transmitiría.
— De acuerdo, todos saben que hacer, sin más me retiro. — dicho esto Ludwig se marchó dejando la sala en silencio.

Empezaron a salir en parejas platicando de que tan aburridos eran los trámites entre otras cosas.

Salí de ahí y me dirigí hacia mi oficina entrando para después cerrar con seguro bajar las persianas, debido a que la oficina era de vidrio y no me gustaba que me vieran.

Abrí mi laptop y comencé a ver el video, también imprimí varias cosas que necesitaría, esto tardaría.

Empecé a escribir en los papeles que imprimí, al igual que deje mi firma y escribía varias cosas.

— Ay no. — dije al darme cuenta de la hora que era, me había pasado de mi horario.

Decidí dar por terminado y dejar los papeles a la secretaria de Ludwig para que más tarde se los entregara. Volví a mi oficina por mis cosas para después cerrarla con la llave que tenía, me dirigí hacia el elevador encontrándome con Francis.
— ¿Esperando al rey, sirviente? — hablé primero viendo como su cara cambiaba a una de sorpresa.
— No te esperaba a ti. Pero veo que querías eso. — cambió su tono a uno presumido y con mucho ego. Pero después se torno a uno serio. — Espero a mi amiga, ya has de saber de esto, ah, no, no lo sabes. No tienes amigos. Sabes, para poder vencer a alguien debes apoyarte en otro alguien.  Y tu no tienes a nadie, y estoy seguro que ni lo tendrás. — sentenció para después voltear hacia una señorita que paso de mí para abrazarlo. Seguro esa era su esclava de la semana.  — Adiós, perdedor. — dijo ya estando dentro del elevador para después besar a la chica y ver como las puertas se cerraban.
— Estúpido.

Caminé enojado hacia las escaleras, sabia que eran 25 pisos pero no me empotraba en ese momento, estaba enojado, quería pensar en otra cosa, distraerme. Al darme cuenta, ya estaba fuera, y con mi mano en el carro, apuntó de abrirlo.

— Debería poner más atención a mi entorno. Debería de dejar de hablar solo. — abrí el coche y comencé a conducir a mi casa. Me esperaba la noche. Me esperaba mi otra vida.

Más bien, yo estaba esperando a mi otra vida.

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Este capítulo esta un muchito aburrido, pero es para explicar lo que hace Arthur en la mañana. No desesperen.

Muy pronto, el tercer cap.

Bye-Bye!

Alguien de día, Alguien de noche. - Hetalia (FrUk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora