Te deseo lo mejor

Notas: ni Wadanohara o sus personajes me pertenecen, todo es obra de su respectiva autor/a.

Aclaraciones: Samekichi x Wadanohara, Sal x Wadanohara (solo mención). Post Final verdadero, contiene spoilers.

Te deseo lo mejor.

Felicidad.

Simplemente no existía mejor palabra para describir el cómo se sentía, pero aun así, sabía que no era suficiente para dejarlo en total expresión.

Luego de tanto tiempo, finalmente su mayor sueño se había cumplido y Samekichi, su amado Samekichi, había regresado a su lado.

Después de tantos años, su mundo volvía a estar completo y un nuevo futuro lleno de posibilidades se abría para ambos.

Ya no podía pedir o desear nada más. Tenía todo lo que deseaba y al fin todo, estaría bien.

O bueno....casi todo.

_estás segura de que querer hacer esto....Wadanohara?-volvió a preguntar su, ahora no solo familiar, sino prometido.-bien sabes que puedo ir solo yo en tu nombre y terminarlo todo de una vez...-cayo cuando la castaña coloco su mano sobre su hombro, en señal para calmarse.

Ella estaba decidida.

_está bien Samekichi. Todo va a estar bien. Estaremos juntos, cierto?-sonrió con dulzura propia de su persona.

El tiburón suspiro, sabiendo que no tenía caso discutir con ella. Si le había contado la verdad, era porque internamente no pensó que la bruja tomaría la decisión que los tenía en semejante predicamento, aunque muy en el fondo sabía que era algo que sin duda, ella haría.

Su corazón era demasiado noble y necesitaba dejar todas las cosas claras, antes de pasar al siguiente paso.

_si. Tienes razón-sonrió con más confianza, tomando su mano mientras la guiaba hacia las mazmorras del reino de la princesa Uomi, bastante alejados de su ubicación actual.

No solían tenerla anteriormente, pero luego de los sucesos posteriores a la ruptura de la barrera, junto al nuevo sello sobre el Mar de la muerte, simplemente se considero necesario tenerlo en cuenta.

Ya nadie quería ser tomados por sorpresa por algún traidor o ser sospechoso.

Ambos, continuaron su camino en silencio. La bruja ya sabía a quién se suponía, irían a ver. El joven no había querido decírselo, pero su relación había sido decidida ser impartida a través de la sinceridad mutua, para evitar más inconvenientes nuevamente, por lo que no tuvo opción.

Si, apenas logro salir, gracias, de algún modo extraño, a la misma Wadanohara, no escapo solo de aquel horrible sitio.

No, alguien mas había terminado colado en todo aquello, por lo que se vio forzado en pasar por las celdas de la prisión, poco antes de ir finalmente a reunirse con su amada.

Si era franco, de haber sido por su propia decisión, acabar con aquel sujeto habría sido la opción más acertada. Tenía ventaja y era más fuerte gracias a su determinación y amor; sin embargo, sus ansias por ver a la bruja, acompañada de la expresión de pena y dolor que sin duda ella pondría con solo saber que había sumado una vida más, a su ya larga lista de pecados lo hizo re considerarlo y opto por abandonarlo allí.

Además, lo justo era que pagara por lo que había hecho en vida, en lugar de terminar de manera tan rápida y fácil.

Aunque las ganas de hacerlo trizas aun seguían latentes.

_tranquilo Samekichi...-murmuro la castaña, con dulce sonrisa, apaciguando su coraje. Ella entendía perfectamente sus sentimientos y tampoco podría culparlos.