Cap 18- Hospital

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|Narra Melo|

Desperté con un fuerte dolor de cabeza y con la vista un poco borrosa.
Miré a mi izquierda y pude reconocer a Eri, la amiga de María.

-E: Ey Melo, ¿cómo te encuentras?

-Creo que bastante bien, tuvimos un accidente ¿no es así?

-Si y bastante suerte habéis tenido...

-¿Cuánto tiempo llevamos aquí?

-2 días

-¿Y Maria dónde está? ¿Está bien?

-Bueno Melo es que...

-¡¿Qué pasa?!! DIME DONDE ESTA MARÍA!
En ese momento me temía lo peor...

-Tranquila Melo, Maria está bien.
Solo que se dió un golpe muy fuerte ya que el otro coche os embistió por su lado. Ha despertado hace aproximadamente 3 horas y por ahora solo recuerda que se mudó a Madrid, de ahí en adelante no recuerda nada así que no sabremos como reaccionará cuando te vea, a lo mejor recuerda algo o quizá no...
El médico ha dicho que posiblemente recordará todo pero aún no se sabe cuando...

-¿Y puedo verla?

-Bueno si te encuentras bien, si.

Me levanté despacio, estaba un poco mareada pero no le dije nada porque sabría que si no me obligaría a volver a la cama.

-No sabíamos si llamar a tu familia o algún amigo tuyo pero no teníamos ningún número.

-No te preocupes, estoy bien. Voy a entrar al baño y me llevas a la habitación de Maria ¿vale?

-Vale.

Entré al cuarto de baño y al mirarme al espejo vi que tenía un corte en el labio y moratones por diferentes partes del cuerpo, no quería imaginar como estaría Maria...
Me lavé la cara y me peine un poco.

Eri me llevó a la habitación de Maria.
Llamé a la puerta. Entré y vi a Maria en la cama, con una via conectada al suero, una cicatriz con unos cuantos puntos en su frente y en general bastante magullada. A su lado estaba Irene.

Corrí a abrazarla.

-¿Pequeña cómo estás?

Me miró muy desconcertada.

-Perdona pero... ¿tú quién eres?

En ese momento note como el mundo se me venía encima, como todo lo que había conseguido con ella se esfumaba, como una mota de polvo.


|Narra Maria|

Había tenido un accidente con una tal Melo. No recordaba absolutamente nada. Mi último recuerdo es del día en que llegué a Madrid y fui a tomarme un café al Starbucks.

De pronto entró una chica en la habitación, alta; 1'70, con el pelo corto castaño y unas mechas rubias y con gafas.
En cuanto me vio corrió a abrazarme, un abrazo calido, como si la conociera de toda la vida...

-Perdona pero...¿tú quién eres?

Noté como su cara cambiaba y como una lágrima caía por su mejilla.

Irene comenzó a hablar:

-Bueno Maria el día que llegamos a Madrid conociste a Melo, entablasteis una amistad y entre vosotras empezó a surgir algo más que una amistad...

-Pero si yo jamás he estado con una chica...

Melo:

-¿Podemos hablar un rato a solas?
Dijo Melo casi en un susurro.

Yo asentí con la cabeza. Irene y Eri salieron de la habitación.

-Maria yo te quiero, y te quiero muchísimo. Sé que tú también me quieres, por eso voy a dejarme el alma en que recuerdes todo lo que hay entre nosotras y estaré contigo siempre, como te prometí.
Ahora mismo sé que estás desconcertada, así que tratemos de conocernos como si fuera la primera vez que nos vemos ¿quieres?

La chica era muy maja conmigo, así que por qué negarme a conocerla...

-Vale.... Bueno y...¿en qué trabajas?

-Hago vídeos para Youtube, al igual que tú y bueno... la última vez quedé contigo en que grabaríamos un vídeo juntas.

Melo me cogió la mano. Al principio la miré desconcertada pero no la rechacé, era cálida.
La miré a los ojos y pude sentir algo en mi estomago que no sabría describir... Su mirada transmitía tranquilidad y podía sentir una sensación de 'Deja Vu', como si ya hubiese sentido y vivido todo eso.
La conversación era fluida y Melo me hacia reír cada dos por tres, descubrí que le encantaba viajar y que yo por lo visto ya había estado de "viaje" con ella en un pueblecito.

-Melo de verdad que siento no poder acordarme de nada...

-No te preocupes pequeña, yo me voy a ir a ver si me dan el alta. Aquí tienes mi teléfono, por si algún día te apetece hablar o quedar para tomar un café.

¿Eso era una invitación para una cita?
¿No estaba siendo un poco atrevida?
Al fin y al cabo yo no me acuerdo de nada.

Se levantó y se inclinó para darme dos besos, a lo que yo sin saber por qué reaccioné poniendo mi mano en su mejilla.

-Adiós Maria.

-Hasta pronto Melo.

Melo salió por la puerta e Irene y Eri entraron en la habitación.

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