Capítulo 3

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La tenue luz de la mañana traspasaba las finas cortinas blancas e iluminaba la oscura habitación haciendo que los párpados de la chica que yacía en la cama se abriesen hasta quedarse completamente abiertos, giró su cabeza hacía el lado derecho y vio que el reloj mostraba que eran las siete en punto de la mañana lo cual ya era tiempo para levantarse.

Me tomé una ducha caliente, me sequé el pelo y me lo alisé echándome una poción alisadora, me vestí con un vestido negro con vuelo que se encontraba encima de la alcoba y me puse los zapatos de tacón de charol que iban a juego para después bajar a desayunar.

En la mesa ya estaba servido el desayuno pero extrañamente sólo estaba Narcisa tomándose un té, no había presencia de Lucius y de Malfoy alguna.

——Buenos días Narcisa.

——Buenos días Hermione, veo que el vestido te queda muy bien. Lucius y Draco han ido a visitar a unos viejos conocidos, lo cual hoy tendremos todo el día para nosotras. Como bien te dije ayer, hoy iremos al Callejón Diagon para comprarte todo lo que necesites porque según me dijo Lucius no te dejó que te trajeses nada de ropa ni complementos, cierto?

——Así es.

——Bien, pues no perdamos mucho el tiempo.

A lo largo de la mañana Narcisa me llevó por numerosas tiendas escogiendo uno a uno los vestidos, pantalones, camisetas, blusas, zapatos, pijamas e incluso la ropa interior que necesitaba. No se podía negar que tenía buen gusto, todo lo escogía de la más alta gama, sencillo, elegante pero nada extravagante. Me llevó a la peluquería para que me cortasen el pelo,y me hice unas mechas rubias finas que contrastaban con mi pelo castaño claro. Mientras tomábamos un té me comentó que durante estos dos meses de verano me enseñaría todo el protocolo de compostura que hay que seguir para ser una Malfoy cosa que no me sorprendió en absoluto ya que al tratarse de una familia tan aristocrática es algo normal seguir un protocolo como estos, luego cambiamos de tema y hablamos sobre otros temas hasta que anocheció. De vuelta a la Mansión, nos fuimos cada una a nuestros respectivos cuartos para cambiarlos y descansar un poco.

No tardaron mucho en llamar a mi puerta para comunicarme que Lucius quería verme en su despacho, seguí a la elfa doméstica atravesando los oscuros pasillos hasta llegar al despacho de Lucius, una inmensa sala llena de estanterías con libros al fondo, un ventanal en la parte izquierda y en el centro una mesa de madera de roble. En sillón de la derecha estaba sentada Narcisa leyendo un libro y al verme me dedicó una sonrisa, yo por mi parte se la devolví con agrado. Acto después dirigí mi mirada al hombre que estaba enfrente del ventanal.

——Me has mandado llamar Lucius?

——Así es Hermione aunque prefiero que me llames papá de ahora en adelante.

——...

——Pero veo que necesitas un tiempo para acostumbrarte.

——Gracias.

——Es un placer.

—— Te he hecho llamar para hablar contigo sobre tus futuros planes, en septiembre empezareis Draco y tú vuestro séptimo año en Hogwarts y ambos habéis sido elegidos como los Premios Anuales de este año. No es así?

—— Sí, es cierto.

——Bien, pero tú sabes que un Malfoy ha sido y es siempre un miembro de la casa Slytherin y nunca de Gryffindor. Verdad?

——Lo sé.

—— Con lo cual había pensado en cambiarte de casa.

——Pero Lucius, el sombrero seleccionador me eligió para Gryffindor y esa decisión no se puede cambiar.

——Ese sombrero se puede equivocar y tú mereces un lugar mejor como lo es Slytherin para desarrollar tus habilidades y mostrar lo buena que eres como una Malfoy.

——Pero...

—— No hay peros que valgan Hermione, esto lo hablaré con Dumbledore.

—— ....

——Otra cosa más antes de que vayas Hermione——dijo Narcisa.

——Te importaría ir llamar a Draco para la cena?

——No, claro que no.

Continuará...

Enamorada de mi hermano?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora