It's how you make it happen ||HyougaxFem!Shun

Afterwards

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Masami Kurumada y Toei Animation.

(Si fuese la dueña, Shunny sería niña ñ.n, sería mas badass BD y la pareja sería CANON ñ.ñ)

Advertencias: GenderBent. AU. Un Hyoga algo OOC.

Notas de la autora: Pues creo que cumplí mi palabra, he aquí el segundo capitulo el cual quedó más largo que el primero pero ya 'equis'. Espero poder subir el siguiente el viernes o el sábado a más tardar y como es costumbre en la noche.

En serio me gustaría saber que piensan de la narración y la trama eso no saben como ayuda a mejorar y yo quiero mejorar. Bueno, espero disfruten y a leer:

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-¡SHUUUUUUUNNYYYYYYYYYY!

Shun brincó dos rebanadas de jamón. ¿Qué rayos le pasaba al patobobo? Hyoga nunca gritaba, menos con una voz tan fina.

-Baja la voz Hyo –rogó viendo que todos los alumnos que estaban en el pasillo los miraban fijo, unos con sorpresa, unos de susto y otros fastidiados por el escándalo.

El ruso se rascó la cabeza. -Ups, perdóname CONE. – Mirando con frialdad a su alrededor. Al rubio no se le había ocurrido que pudiese haber tanta gente; y para ser honesto le importaba un pepino si los demás estaban ofendidos, sólo lo había hecho para probar suerte. En los pasillos inferiores no se había topado con ni un alma. Sin embargo no pasó desapercibido el tic que le había dado a Shun en un ojo cuando oyó 'cone' al tiempo que las mejillas adquirían un brillo rojizo.

-Okeeeeey....

-Bueno, conejita ya sé que te jodí la dichosa presentación así que te tengo una propuesta. –el ruso se irguió, sin despegar la vista de los ahora incrédulos ojos esmeraldas. Carraspeó y agregó: -Yo seré tu acompañamiento.

Shun parpadeó, una, dos, tres veces. "Hyoga debe estar de coña, o drogado; o a lo mejor ya me morí y ni cuenta me dí".

El muchacho siguió erguido, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, sus ojos celestes duros como el hielo. Su exterior se mostraba serio, algo distante e indiferente pero por dentro el chico moría lentamente. Mantenía la lengua pegada al paladar así evitaría tragar grueso. El takoyaki que había almorzado amenazaba salir a flote de su estómago y las manos no cesaban de sudarle.

-¿Sabes tocar?

-Pues, aunque no lo creas soy un genio con el pandero. –presumió inflando el pecho.

Shun cerró de golpe la puerta del casillero, se dio media vuelta, avanzó por el corredor sin dirigirle otra mirada al pato, que en vano la llamó por su nombre, e inició el descenso al laboratorio de biología. El ruso podía oír los pisotones que daba.

-Mujeres, no se puede con ellas. –Rezongó pateando un casillero bajo.

-Ni tampoco sin ellas, niño. –Hyoga se quedó inmóvil como una estatua de hielo cuando el orientador pasó a su lado. Los ojos turquesas refulgieron al mirar al ruso a los ojos. Era una mirada conciliadora. –Sino te apresuras a entrar a clase, tendrás un reporte Volkova. –El peliazul siguió de largo por el pasillo hasta perderse en un aula del fondo.

-Oye, pato güero ¿qué chinitos le dijiste a Shun? –inquirió Seiya durante el periodo libre que pasaban en la cafetería. Shiryu siguió leyendo la última entrega de la Torre Oscura.

Hyoga despego el anillo de la lata de alumino, dio un sorbo y sólo hasta que hubo dejado el recipiente sobre la mesa preguntó con apatía un: ¿Por qué?