Solía ser diferente a los demás, no hacía lo mismo que todos y a veces marcaba la diferencia. Pero pasó, el pasó.
Llegó a mi vida y la cambio, no para mal pero no todo era bueno. Me ayudó a ser mejor, descubrió cosas de mí, cosas que ni yo sabía, pero acabó, quizá no para siempre pero acabó.
Éramos diferentes, como el agua y el aceite, pero así estábamos bien porque en realidad todo era diferente. El era escandaloso y descuidado mientras que yo era seria y tímida pero eso nos hacía querer estar juntos porque de verdad nos complementábamos, nos complementamos y somos felices así.
Sé que si estamos destinados a estar juntos lo estaremos tarde o temprano pero la cuestión es, jamás me había sentido así de vacía y siento que esto jamás va a acabar.
Quiero gritar y escapar, quiero cerrar los ojos y que todo el dolor haya terminado y lo que realmente quiero es mi vida de nuevo.
Sé que yo tuve la culpa porque nada habría pasado de no haber empezado mal como lo hicimos y me arrepiento de eso todos los días.
Pero, ¿qué puedo hacer ahora? Sé que estaré bien, sé que él estará bien pero estoy perdiendo mi vida por un error del cual estoy arrepentida y siempre lo estaré, pero aprendí a perdonarme y no me siento culpable, ya no.
Si toda la vida fuera así, arrepentirte de algo y que mágicamente todo vaya bien sería un caos totalmente, tenemos que pagar por nuestros errores, algunos antes que otros pero al final todos lo haremos; Tenemos que agradecer las segundas oportunidades porque muy pocos las tienen, tenemos que tomar decisiones y afrontar las consecuencias de todo.
Ahora lo único que me queda es afrontar una vida diferente antes de irme de aquí, antes de dejar todo atrás.
O quizá no.
