Capítulo 1

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¡Nueva historia sobre mi querido fandom de Owari No Seraph!

Esto lo soñe, en serio. Fue hace muuuuchísimo tiempo y la tenía guardada en la computadora y me dije que la subiría cuando termine una historia...

Así que...

Disfruten!

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En uno de los asientos de aquel bar se hallaba un hombre que a simple vista parecía un forastero, su físico simplemente lo delataba; después de todo, una cabellera de oro y uno ojos del cielo no se ven siempre por esos lugares.

—¿Qué te trae por aquí de nuevo, shindo?—El servidor del lugar, mientras servía un trago, inició la conversación.

El forastero lo observó con una mirada seria.—Lo mismo de siempre. ¿Alguna novedad?—Dio un vistazo a su alrededor al tiempo que bebía lo anteriormente servido.—Por cierto, necesito más munición.—Susurró finalmente.

El cantinero no hizo más que lanzar un suspiro agotador.—Está bien, pero antes...—Señaló con la mirada a una mesa, la más bulliciosa del lugar.—Hace ya tiempo que están hablando de una especie de recompensa por algo o mejor dicho alguien.

—¿Sabes de quién se trata?

—¿Por qué me lo preguntas a mí? Ya te dije dónde se encuentra la información.—Fastidiado, volvió a llenar el trago del rubio.

—Tú eres el cantinero. Está más que claro que debes saber mucho acerca del tema. Además, quiero evitarme problemas.—Alegó serio el rubio.

—Tal vez yo pueda ayudarte, pequeño ángel.—Un tercero se unió a la conversación. Este tenía casi toda la cara cubierta por una capucha, al igual que nuestro protagonista.

El rubio se molestó ligeramente por lo último mencionado, pero necesitaba la información.

—¿Quién eres tú?—El tipo volteó a verlo y Mikaela logró ver un par de ojos rubíes.

—Mi nombre no importa mucho. Solo dime Ferid, dulzura.—Este trató de alcanzar la mano del rubio, pero el pelinegro lo agarró fuertemente del brazo.

—Cuidado con lo que haces, vampíro.—Esto último lo dijo en voz baja. El mencionado simplemente soltó una risilla mientras se zafaba del agarre.

—Oh, tal parece que se dieron cuenta.—Soltó burlón.

El rubio ya se estaba impacientando.

—Habla rápido.—Trataba de sonar lo más sereno posible.

Como si fuera un señal, el peliplata se acomodó mientras agarraba la bebida del rubio.

—Según tengo entendido, la persona a la que buscan no es del todo común. La razón del por qué la recompensa es demasiado alta es porque esa persona está siendo protegida y resguardada por nada más y nada menos que la reina vampíro, Krul Tepes.—Esto llamó demasiado la atención de Mikaela.

—¿De cuánto se trata?—Preguntó intrigado.

—Si logras recuperar a la persona sin ningún rasguño...—Meditó—Serían unos trescientos millones.

Tanto el rubio como el pelinegro se impresionaron al oir tal cantidad.

—¿Por qué te sorprendes? Se supone que tú deberías saber eso.—Supuso el rubio.

—.. Hasta ahora no habían mencionado tal cantidad..

Mika solo suspiró descontento.—¿Qué me asegura que todo esto no son más que mentiras?—Todo esto parecía imposible. Alguien tan desesperado para ofrcer tal cantidad, debería ser allegado al Rey.

—Todo esto fue anunciado por la secta Hyakuya. Si no me crees, puedes desperdiciar tu tiempo, viajar y preguntar.

Dicho esto, el rubio se levantó de su asiento y recogió sus cosas. No necesitaba más explicaciones. Esa secta haría lo que sea por lo que quieren.

Algo que llamó la atención del vampíro fue que la última cosa que recogió el rubio fue una espada que parecía muy vieja y singular. El vampíro sonrió ampliamente.

—René, te sigo.—El mencionado asintió y, mientras llamaba al reemplazo, iban dirigiendose a la parte de atrás.

—¿Al menos saben dónde se encuentra la Reina?—Hizo que se detuvieran.

—Están en el castillo abandonado que está en medio del bosque más peligroso, ¿Verdad?

René estaba sorprendido de la exactitud del rubio.

—..¿Cómo lo supo?

—Siempre son en los lugares menos inóspitos y, tratandose de una Reina, es más que obvio.—Respondió indiferente.

El peliplata sonrió para el rubio.—Entonces me necesitas.—Su voz sonaba burlona y eso irritaba más a Mikaela.

—¿Por qué deberías venir conmigo? No te necesito.

—Simple, pequeño ángel. Es la Reina Vampíro y para tu suerte, soy su gran amigo.

Sea o no cierto, era un vampíro. En algo podrá ayudarlo. Aunque odiara admitirlo, no podría hacerlo solo.

—Espérame afuera.

.
.

Ya ambos estaban preparados para el viaje, lo único que faltaba era la despedida.

El rubio, agradecido, abrazó al rubio.—Gracias por ayudarme una vez más.—Le susurró.

—Nada que no pueda hacer por un hermano.

—Ángel, apresúrate!—Se escuchó una voz a lo lejos. Ferid ya estaba avanzando.

—¡No me llames así!—Gritó ya fastidiado.

—..René.. Puedes cuidar a––

—Siempre los cuido, no te preocupes.

—Entonces..—Lo abrazó de nuevo.—.. Cuento contigo.

Luego de la escena, Mikaela se separó y se dirigió a dónde se encontraba el vampíro.

—¡Hasta luego!¡Te amo!—Gritó desde lejos. Siempre se despedía así de todos sus cercanos. Los que lo conocían sabían como él era en realidad.

El pelinegro solo sonrió.

—...También te amo...

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¿Qué opinan? :3

Perdonen las faltas ortográficas que encuentren. No tuve tiempo de revisar la historia. >:'v

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2016 ⏰

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