Capitulo 2

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-Eres igual de asquerosa que tu madre- es lo primero que dice Luis, mi padrastro, cuando entra a mi cuarto- vamos maldito engendro, a llegado la hora de la divercion- me toma bruscamente del cabello y me saca de la habitacion.

Empiezo a sentir el terrible dolor de cabeza que se apodera de mi, pero no trato de soltarme porque eso solo empeora las cosas.

Con un ultimo jalon y un fuerte golpe en mi estomago me tira en el sillón, siento el aire salir de mis pulmones, trato de mirar al techo para recobrar la respiración y es entonces cuando me doy cuenta que mi madre esta amarrada en una de las pilastra de la sala.

Ahogo un grito y trato de ir a su lado pero con solo un gesto Luis me deja petrificada en donde estoy.

Empieza a caminar lentamente acercandoce a mi madre mientras una macabra sonrisa aparece en su cara.

El miedo empieza a incrementarse en mi organismo, puedo sentir como me consume sin piedad.

Saca un cigarrillo de su bolsillo y lo enciende.

-Que empieze la divercion- dice mientras se lleva el cigarro a la boca y da una calada.

Lleva su mirada de mi madre a mi varias veces y entonces llega justo en frente de ella.

-Esto te pasa por perra- dice mientras da otra calada- yo no te doy mas que lo que mereces- otra calada- no eres mas que una cualquiera- otra mas- basura eso es lo que eres- y entonces pone el cigarro en el abdomen de mi madre.

Se escucha un alarido y no es hasta que me vuelve a golpear que me doy cuenta que el grito provino de mi.

Sus ojos estan desorbitados y empieza a reir maniaticamente, mis lagrimas caen como cascadas por mi rostro y yo no puedo hacer nada por detenerlas.

Es mejor que te calles si no quieres correr con la misma suerte- me dice mientras se dirige hasta mi madre y pone una y otra vez el cigarrillo en ella.
Mi madre no puede hacer mas que retorcerce y tratar de no gritar, en un momento de valentía, corro intentando llegar a ella pero él es más rápido que yo y me alcanza.
-maldita perra te dije que no te movieras- me avienta contra la pilastra en donde esta ella y se acerca con ese brillo perverso en su mirada, saca otro cigarrillo de su bolsillo y lo enciende.
-con que tú también quieres jugar- dice al tiempo que se acerca a mi.
Esto no está pasando, esto no está pasando, me repito una y otra vez tratando de controlarme pero cada paso que da me acerca un poquito más al infierno.
-no Miguel por favor con ella no- solloza mi mama- por favor no le hagas daño, por favor no- sigue rogando mi madre y el parece escucharla porque deja de caminar en mi dirección y se dirige a ella.

La golpea durante lo que me parecen horas aunque bien pueden ser minutos. Luego parece cansarce y nos deja alli solas, maltratadas y con la dignidad arrastrando.

voy lo mas rapido que puedo a su encuentro y la desato. Nos abrazamos y no nos decimos nada, el silencio es nuestro unico consuelo.

CAROLINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora