Capítulo 60 "Joder Paul."

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Desperté gracias a la luz de un nuevo día, encontrando un plato con comida para el desayuno.

Vi a lo lejos la figura de Jesús acercándose a mi, saludandome con la mano.

-Hola -Sonreí y me sonroje al instante recordando lo que paso la noche anterior.

-¿Dónde estabas? -Pregunté ya que venía algo sudado y se notaba cansado.

-No quería dejarte sola pero no quería despertarte. Traje el auto hasta acá y subí todas las cosas.

-¿Has hecho todo ya? -Hablé sorprendida y el asintió -Debiste despertarme para ayudarte.

-Esta bien, ahora deberías desayunar y luego nos vamos. -Sonó como una orden así que me dispuse a comer después de escuchar mis tropas rugir. El se sento a mi lado sin decir nada.

-¿No desayunaras?

-Ya lo hice, apenas amaneció hice todo. Eres bastante dormilona -Sonrió de lado y me avergonze.

-Espero no haber roncado -Hablé nerviosa y el negó.

-Duermes bastante tranquila.

...

Estábamos en el auto en camino a Hilltop con la gran fortuna que habíamos encontrado. Llegamos y rápidamente nos abrieron el portón, entramos, rápidamente Asenet y mi padre me recibieron con un gran abrazo.

-¿Cómo les ha ido? -Pregunto Gregory y ambos sonreimos a manera de respuesta.

Me dispuse a ir a darme un baño a usar esas nuevas prendas que había traído. Antes al tener nueva ropa decidía guardarla para una ocasión especial pero en este mundo de ahora, vivir es una ocasión más que especial.

Me duche, me puse mi nueva ropa interior y uno de los pantalones que ¡Por fin! Era de mi talla, ajustado ya que los que usaba aquí eran unas tallas más grandes y por último una blusa de un color rosa pastel de tirantes, sencilla pero femenina.

Me mire al espejo y vi una nueva yo, estaba más repuesta, seguía delgada pero no en los huesos, mi piel había recuperado color y mi cabello ya estaba un poco más largo, debajo de mis hombros para ser exactos. Me sentía bonita y eso en el Apocalipsis era casi imposible.

Salí para proseguir con mis labores y me encontré a la señora Ruth, ella era la encargada de las gallinas y sus huevos era una abuelita muy gentil y amable.

-Hola nena -Me saludó con la mano y yo le regrese el gesto. -¿Podrías hacerme un favor?

-Por supuesto -sonreí -¿De que se trata?

-¿Podrías recoger los huevos de las gallinas? Mi espalda me esta matando -Dijo sobando su espalda así que asenti.

-Yo lo haré, usted descanse -Sonrió y yo me dirigí hacia las gallinas, estaban en un lugar techado y con una pequeña reja. Tomé la canasta que siempre se encontraba ahí y en cuclillas comencé a colocar los huevos en la canasta. Me perdí viendo a una gallina que parecía usar todas sus fuerzas para poner otro huevo y sonreí, deje de mirarla para seguir recogiendo los huevos cuando me gire encontrandome con Jesús frente a mi en cuclillas también. Me dio un susto de muerte, nunca entendere como puede ser tan ágil y rápido.

-Hola -Saludo sonriente. Apenas iba a pronunciar una palabra me robó un beso corto y me quedé inmóvil hasta que reaccione.

-¡Paul! -Bufe molesta. Se puso de pie se mordió el labio y salió corriendo.

-¡Te ves preciosa! -Grito mientras corría despidiéndose con la mano. Suspire dándome por vencida. Iba a regresar a mi labor cuando me encontré a la señora Ruth del otro lado del gallinero mirando sonrojada, haciéndome entender que había visto la escena. Abrí los ojos como platos y negué.

-¡No es lo que usted cree! -Sonrió.

-No tienes que decirme nada, pero ¡Felicidades! Paul es un gran muchacho. -La mire sin decir nada algo avergonzada y ella rio un poco. -Venía para ver si no necesitabas ayuda. -Negué.

-Estoy bien, gracias -Sonreí, la señora asintió y se fue. -Joder Paul..

....

Ya habían pasado dos meses, otros dos meses en que el idiota de Daryl no venía a buscarme y yo seguia pensando en el. Pese a esto me sentía cómoda en el lugar, papá insistía en que debía aceptar a Jesús pero le dije que aún no estaba lista y lo entendió. Jesús cada vez que podía me robaba besos cortos aunque le había pedido una y otra vez que dejará de hacerlo, no le importaba.

-Oye ____ -Hablo el mientras mirábamos la noche desde el puesto de vigilancia.

-Mmm -Exclame mirándolo.

-En dos días vamos a enfrentar a Negan -Lo mire sorprendida.

-¿Dos días? -Asintió.

-No quiero que estés ahí.

-¿Qué? -Pregunté molesta

-No ____, quiero que te quedes aquí y así lo haras.

-¡No puedes decirme que hacer! -Le grité furiosa -¡Quiero estar presente cuando acaben con ese bastardo! -Nego.

-Tu padre tampoco quiere que vallas así que no irás.

-Paul.. joder -Sin saber que mas decir le di la espalda molesta. Sentí como me rodeó con sus brazos por los hombros.

-Quédate con Asenet, ella te necesita. Mucha gente morirá en esa batalla y ¿como crees que se sentiría ella si algo te pasa? O quizá si tu vas ella también querrá hacerlo y será presa fácil. -Susurro en mi oído y suspire pesadamente. Me separe de el y gire para verlo a la cara.

-Esta bien.. pero prometeme que lo salvadores van a caer. -el levantó su meñique y sonreí mientras enlazaba el mío con este.

-Voy a regresar intacto y te contaré como acabamos con Negan.

-Más te vale -Sonreí

-Me iré desde mañana, a Alexandria.. para prepararnos ya sabes -asenti pero ya no tan feliz. Escuchar Alexandria o el Reino siempre me traían algo a la mente. Daryl. Me quede perdida en mis pesamientos como siempre pero el sentir los labios de Jesús sobre los míos me sacó regreso a la realidad. Quise separarme pero el me atrajo con más fuerza y al final me rendi. Respondí y sentí como sonrió enmedio del beso. Se separó y mordio su labio inferior como lo hacía siempre que me robaba un beso -No se cuanto dure esta guerra pero regresare por ti. -Apreté mis labios en un intento de sonreír y no dije nada más. Se terminó la guardia y me dirigí a mi recámara encontrando a Asenet dormida en mi cama, supongo que se cansó de esperarme. Me recoste del otro lado y me quedé profundamente dormida pensando en que ya casi acabaríamos con los salvadores y sus abusos.

The Last Man StandingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora