Saudade.

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A veces no son las tardes lluviosas o las noches frías las que hacen que te invadas de recuerdos tristes.

A veces sucede en pleno día, totalmente soleado, cuando pareces estar rodeado de gente, pero, realmente te sientes solo.

¿Cómo puede ser posible? Vale, ni yo me lo explico todavía.

Quieres acabar con urgencia esta sensación que poco a poco parece consumirte. Buscas alternativas, parece no haber ninguna. ¿Qué hacer? Decides quedarte sentado, totalmente inmóvil, viendo a un punto fijo, parece ser que has dejado de estar, tu cuerpo está presente, pero tu mente está vagando por un mundo en el que no existes, tu imaginación fluye.

Has querido desaparecer contadas veces, ¿no? los recuerdos te queman.

Sueles estar siempre al borde de quedarte sin voz por tanto reírte, pero, en realidad, no te sientes feliz.

O tal vez si.

Recuerdas todas las cosas bellas que te han sucedido, el primer anochecer que tus ojos presenciaron, tu primer mascota, las tardes al lado de tus amigos... O los que decían serlo.

Todas aquellas cosas que te hacen, o en su momento, te hicieron feliz.

Irónico, ¿no? Te sientes triste por los recuerdos felices.

Está bien, eres humano, somos humanos.

Tal vez nos entristezcan los recuerdos felices, por la simple razón que extrañamos los buenos tiempos.

Saudade, saudade. 

Razón De Mis Ojeras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora