Muchos consideran que ella era perfecta, y no solo lo era para los profundos ojos de Nat.
Para muchos era perfecta, no era una modelo, no era porrista, tampoco bailarina, pero lo era. Ginger era muy inteligente, digamos que de los mejores promedios del colegio, no el mejor, pero sí de los mejores. También cantaba en el coro, no era la voz principal, pero lo hacía. Viajaba mucho y sabia pintar muy bien, era más bien artista en todos los sentidos, música, pintura, danza, ella era perfección pura y nunca me agotaré de decirlo.
Nat me recuerda más a una mezcla de Adam en Si Decido Quedarme y Troy en High School Musical. Guitarrista nato teniendo de The Beatles llenas las venas.
Siempre me pareció que vivía en las estrellas, siempre distraído en una canción distinta, siempre perdido de la realidad.
Ginger era más centrada, sabía lo que buscaba y deseaba de su vida, realizaba planes y debo admitir que siempre vivía preocupada.
Básicamente, éste es el panorama de los protagonistas de ésta historia.
Flores.
Plumillas de guitarra.
Boletos de cine.
Anillos de máquinas de chicles.
Playeras negras.
Faldas tableadas.
Besos.
Besos.
Él.
Ella.
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Tú no eres él, y yo no soy ella.
Teen FictionElla era perfecta. Él era perfecto para ella. Lástima que nunca lo supo. Ésta historia suena como las contadas desde siempre, sin embargo no lo es. Ésta tiene otro concepto de final feliz.