Campirana

3.-Brisas por tres meses

Existen algunas veces en que pasas bastante tiempo con una persona y no llegas a conocer siquiera su más grande ambición y luego te encuentras con otra que crees haber conocido durante años. En eso pensaba cuando salía de mi casa y me despedía de mis padres para luego reunirme con ella después del ultimo día del congreso. 

En todo cabía la posibilidad de que no nos volviéramos a ver y que para ella esos dos días hubieran sido nada, pero sabia que eso solo era un pensamiento desesperado. 

Para amenizar la platica de ese día había guardado dentro de la mochila de mi escuela una bolsa de frituras de queso. No existe alma joven en este mundo que se resista a esas delicias. O al menos eso pensaba yo. 

Ese día mi auto fue un peligro para los demás puesto que apenas y me concentraba en la rapidez que llevaba, no quería perder un solo minuto, necesitaba llegar temprano y entrar para sentarme en la primera fila junto a ella. Llegue justo cuando las puertas se estaban abriendo y los organizadores entrando, justo delante de los primeros asistentes entre los cuales feliz la vi con su nuevo traje color negro. Me encamine detrás de ella lentamente y en silencio y solo se dio cuenta que estaba yo allí cuando comenzó a toser fuertemente, se le cayo su pañuelo y yo se lo levante para después decir en tono gracioso "su pañuelo, bella dama". 

-Muchas gracias mojigato-me dijo riendo mientras seguía caminando para ocupar su lugar en la fila de enfrente-veo que esta ves te bañaste temprano. 

-Veo que tu también-le conteste con una sonrisa ocupando el lugar a su derecha. 

-Yo siempre llego temprano a estos eventos, es una...buena costumbre que no perderé jamas. 

-Responsable, me gusta eso. Creo que al parecer no soy el único mojigato sentado aquí. 

-No, no lo eres. 

Yo comencé a reír calladamente. 

-¡Basta!-dijo también riendo por lo bajo-obviamente no me refería a mi, si no a otros, el ser puntual no es sinónimo de responsabilidad exagerada o algo así, es solo que cuando tenga un puesto importante en algún lugar yo no aceptare que un imbécil llegue tarde a mis citas. 

-¡Ohh planeando tus tácticas de citas de negocio para el futuro ahhh...! eres como esos que ponen horarios de "si no llega después de 10 minutos de la hora pactada no cerramos trato". 

-No, estas equivocado yo no estaría sentada 10 minutos. Esperaría 2 y es mucho para mi. En la vida una de las peores cosas es esperar.

-Hay peores cosas que esperar. Por ejemplo, el nunca conocer. 

-Puede ser-dijo simplemente rodando los ojos.

El final del Congreso fue más largo que los otros días por las despedidas de los organizadores y de todos los exponentes que tiraban flores por el éxito que habían tenido. Así que al final iba saliendo con ella y pensaba que solo la acompañaría hasta las escaleras para que corriera con su padre, pero me sorprendí cuando me dijo que era tiempo de visitar el árbol hongo.

Eran las ocho de la noche y se me hacía raro que ella quisiera estar conmigo tan tarde.

-¿Segura?-le pregunté deteniéndome en la puerta.

-¿Que? ¿me tienes miedo?-me dijo con los brazos cruzados y hablando de nuevo debido a mi mirada un tanto enojada-mira mi padre ya sabe que hoy saldría muy noche y que el mismo profesor que me trajo el día de ayer lo haría de nuevo.

-Bueno con respecto a ti debería de tomar ciertas precauciones. Pero, una cosa, ¿estas segura de que tu padre dejo que un profesor llegue a altas horas de la noche con su hija en el mismo auto, solos?