2.-El árbol hongo.

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Esa noche me dormí a las 3 de la mañana (lo que en mi vida había hecho) pensando en la chica, todo tipo de sueños (literal). Nunca se lo hubiera dicho en esos días en que apenas la conocía. Los sueños húmedos no se platican hasta que tienes confianza. 

Llegue al salón de eventos justo a tiempo. Entre y la busque entre los asistentes, y como lo supuse ella había puesto su alarma (fuera lo que fuera) unos minutos mas temprano de la hora de inicio, se que había llegado temprano porque su silla estaba bastante cerca del podio entre las filas que solo llenaban los que se consideraban "muy buenos para llegar una hora antes o dos tal ves". 

Yo siempre me sentaba en el medio, el lugar vació que nadie quería, probablemente porque estaba justo debajo del aire acondicionado que me parecía delicioso, pero a los demás enfriaba. 

Fue una de las incontables veces en que le ponía atención mas a algo en especifico que a una conferencia dada por alguien (aunque las otras veces lo hacía porque del tema ya conocía) . No quitaba mi vista de su cabello, si alguien me hubiera puesto atención en ese momento juraría que quería averiguar cada una de las cosas que pensaba. 

Todo había estado normal dentro del recinto durante el tiempo del congreso, luego unos 20 minutos antes de irnos ofrecieron comida: un enorme bufé de comida china. Yo la odiaba, bueno exceptuando un arroz extraño que fue lo único que comí, 5 platos exactamente, no porque me gustara demasiado si no porque los organizadores eran tan tercos que te seguían cada 5 minutos para que no te hicieras de la boca chiquita y siguieras comiendo. Pero más que la comida china yo odiaba que me chantajearan para comer, por eso en la última petición y con un par de veces ya de haber pronunciado "no", respire hondo, subí mi mano, levante el dedo medio procurando que nadie me viera y le dije lenta y lo suficientemente alto para me escuchara "no quiero más, muchas gracias". La mujer se dio la vuelta enojada y ya nadie me insistió. Pero mi desesperación por la comida me importaba un comino si se comparaba con la que sentía por encontrar y ver que hacia ella. Después de unos minutos buscándola me di cuenta que se encontraba sentada con una chica platicando mientras comían una y otra cosa más de una bandeja que habían llevado solo para ellas, la había buscado de pie entre la multitud, pero no la encontraba, esa era la razón. 

El final llegó y ya todos salimos del salón de eventos. Yo salí primero y me quede enseguida de la puerta para encontrarla y escuchar algo que me tuviera que decir, pero todos salieron y ya nadie se encontraba dentro. Entre y vi a los organizadores (que me echaron una cara de pocos amigos) y al guardia que nos había cerrado la puerta un día antes. 

-Perdón señor, ¿se acuerda de la chica que llego tarde ayer igual que yo y con la que...

-Si con la que te fuiste ayer, los vigile, son unos piyines-dijo riéndose. 

-Ehhh si bien-le dije nervioso y extrañado-¿la vio salir?, porque yo no.

-No, la vía que se dirigía a los baños.

-Entonces iré esperarla-le dije mientras caminaba hasta el área en donde estaban los baños.

-Para donde hijo-me dijo agarrándome del brazo.

-Para los baños señor-le dije señalando el lugar. 

-Me temo que no, ella es la única allí, no quiero accidentes ni problemas. Esta bien que sea tu novia pero no, tendrás que esperarla fuera. 

-Ella no es mi novia, al menos no aún.  Solo quiero contarle algo.

-Pues se lo contaras cuando ella salga-me dijo acompañándome a la salida. 

Mire al guardia enojado y salí a sentarme en los escalones. 

Espere 20 minutos y no salia. Me dije a mi mismo que tal ves una puerta estaba en la parte trasera y que no me di cuenta. Podría ser que ella ya se había ido. Así que cabizbajo camine hasta el estacionamiento. 20 segundos camine y me gritaron por detrás. 

CampiranaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora