Por Toda Mi Vida, Soy Tuya

Capítulo 1 (Parte 2)

Todo para mí es una mentira, fingir que Matt y yo estamos felices por nuestra boda, fingir que nos queremos. Absolutamente todo es una realidad hecha mentira.

Terminamos de bailar y todos los invitados se ponen de pie y aplauden.

—Sonríe —me susurra Matthew en mi oído.

—Lo siento. —Trato de que mi sonrisa sea lo más sincera posible y no fingida.

Carlie aparece frente a nosotros y me agarra del brazo diciendo que ahora es su turno de bailar conmigo, secretamente le agradezco por haberme separado de Matthew.
Carlie baila chistoso, no puedo contenerme y suelto una carcajada.
No veo a Matt por ningún lado así que trato de relajarme y disfrutar de la fiesta; de todas formas uno no se casa muchas veces y si lo hacen ya no es lo mismo.

La boda transcurre normal, Matt habla con los invitados, yo lo hago de vez en cuando ya que no conozca a la mayoría.

—Hola, Christine. —Una pequeña como de 7 años me toma de la mano en mi camino al jardín.

—Hola. —Sonrío, es una pequeña con unos ojos color miel.

—Soy Zoé, la hermanita de Matt. ¿A dónde vas?

—Voy al jardín, ¿quieres acompañarme?

—¡Sí! —dice la pequeña emocionada.

Le sostengo la mano y juntas nos adentramos al jardín, nos sentamos en una banca que está junto a una gran fuente.

—Eres muy hermosa.

—Tú también, pequeña. —Sonrío.

—¿Enserio lo crees? Jason dice que soy fea.

—Claro que sí, eres una niña hermosa. Creo que Jason no sabe lo que dice.

—¿Sabes, Christine? Me caes muy bien, ¿quieres ser mi amiga? —pregunta tímidamente.

—Me encantaría. Será un placer ser tu amiga. —Le sonrío. Ella se para y me da un abrazo que con mucho gusto recibo, se acomoda hasta que queda sentada en mis piernas.

—Christine tengo miedo que me separen de mi hermano.

—¿Porqué? ¿Quién te quiere separar de Matt?

—Unos señores fueron a nuestra casa y le dijeron a Matt que él tenía que hacer un proceso de adopción para que yo pueda quedarme con él, algo así le dijeron.

—¿Cuántos años tienes, Zoé?

—Tengo 6, dentro de un mes cumplo 7. Matt es como si fuera mi padre, ya que no llegué a conocer a mis padres. Él dice que ellos murieron cuando apenas tenía un año. ¿Crees que Matt se casó contigo solo para que puedas ser mi mamá y no me lleven lejos de él?

—No lo sé, Zoé. Pero hay una posibilidad.

Zoé es una niña inteligente, yo también creo que Matt se casó conmigo solo para poder adoptar a la pequeña Zoé.

—Christine, vas a ayudar a mi hermano para que no me lleven, ¿verdad?

—Claro que sí, pequeña. No permitiré que te alejen de tu hermano. —Y eso es verdad. Ayudaré a Matt en todo lo que sea necesario para que pueda adoptar a Zoé. Ningún niño merece que lo separen de su única familia.

—Gracias, Christ. No te molesta que te diga así, ¿verdad?

—Por supuesto que no me molesta. Vamos adentro, quizás tu hermano te esté buscando. —Zoé se levanta de mi regazo, me pongo de pie y le tomo su pequeña mano. Caminamos de regreso a la gran carpa que cubre todas las mesas donde se encuentran los invitados y la pista de baile.

—Aquí estás. —Matt levanta a Zoé y la carga—. ¿Dónde estabas, Zoé?

—En el jardín con Christ.

Matt me mira con el ceño fruncido como preguntando que hacía ahí.

—Salimos a tomar un poco de aire — respondo nerviosa.

—Sí y platicamos, Christ es muy buena —comenta Zoé.

Matt solo me mira fijamente.

—Es hora de irnos. Zoé tiene que descansar, mañana va a la escuela —dice Matt, yo solo asiento.

—Le avisaré a Carlie y a mis padres.

—Te acompaño.

Caminamos hasta la pista de baile dónde Carlie se encuentra bailando.

—Carlie ya nos vamos, Zoé está cansada y tiene que dormir —dice Matt.

—Sí, no se preocupen yo me quedaré hasta que todo esté recogido.

—Gracias, Carls —le agradezco, en ese momento mi madre llega junto a mi padre—. Ya nos vamos —les digo—. Zoé está cansada.

—Cuídate, hija. —Mi madre me abraza y mi padre le estrecha la mano a Matthew.

—Vamos —dice Matt y me sostiene de la mano con su mano libre ya que todavía carga a Zoé.
Caminamos hasta el estacionamiento que se encuentra afuera de la gran casa, ahí Matt camina hasta una camioneta Suburban. Me suelta la mano para poder sacar las llaves de la camioneta que están en el bolsillo de su pantalón. Abre la puerta trasera de la camioneta y en los asientos acomoda a Zoé.

—¿Vas a ir con Zoé o adelante? —pregunta.

—Aquí con Zoé —digo. Levanto la falda de mi vestido para poder subirme a la camioneta. Me acomodo en el asiento y Zoé se sienta en mi regazo. Matt cierra la puerta y se sube en el lado del conductor donde ya acomodado en el asiento pone el auto en marcha.
En todo el camino Zoé cae rendida y se duerme abrazada a mí, yo observo por la ventana y Matt en ocasiones me ve por el retrovisor.

Vivimos en la ciudad de Los Ángeles en California. Llegamos a una casa grande, más bien es una mansión. Es muy preciosa por fuera y espero que también lo sea por dentro.
Matt abre una reja y se adentra en el porche de la gran casa, tiene unos grandes jardines y en el frente tiene una fuente.

Matt se estaciona a unos metros de la puerta de la casa, apaga el auto y se baja para abrir la puerta trasera. Abre la puerta y extiende sus brazos para poder cargar a la pequeña Zoé. Me bajo de la camioneta, cierro la puerta y camino junto él. En la puerta se encuentra una señora con uniforme.

—Buenas noches, señor y señora Black —saluda.

—Buenas noches —respondemos al unísono.

—Martha, lleva a la señora a la habitación —Subimos las escaleras, Matt se gira y me mira—. Dejaré a Zoé en su cuarto.

Asiento.

—Por aquí, señora. —Martha señala un gran pasillo.

—Christine, por favor. No es necesario que me digas señora Black. Estoy casada pero no estoy tan vieja, apenas cumplí 20. —Río.

—Lo siento, señ...digo Christine.

Caminamos por el pasillo hasta que llegamos al final y nos detenemos en una gran puerta.

—Aquí es. Su maleta está adentro, no acomodamos nada porque no sabíamos cómo le gustaría que estuviera organizada su ropa.

—No te preocupes, Martha. Mañana lo organizaré todo.

—Me retiro. Buenas noches, señora. Que descanse.

—Buenas noches, Martha —digo eso y Martha se retira.