Estoy parada frente al espejo, observando como mi vestido de novia se amolda a mi cuerpo.
Es un vestido precioso. Creo que es lo único bueno de esto porque yo lo escogí. Es blanco con un cuello de encaje con pedrería, al igual que la parte del corsé, se cierra con unos botones en la parte de la espalda y termina con un pequeño moño; la falda es circular algo esponjada.

Pienso en el momento en que dejé que mis padres me chantajearan. No es que me importe el dinero, porque no soy de esas chicas mimadas. Pero esto lo hago por ellos, porque los quiero demasiado. Sé que me pude haber negado pero no quise hacerlo. Después de todo ellos son mis padres; ellos me dieron la vida.
Sabía que había sido tonta al aceptar esto.Mentiría si dijera que no estoy nerviosa. Después de todo es una boda y la que se va a casar soy yo. No me importa si es una boda para beneficiar a las dos familias, por supuesto que estoy nerviosa. No estoy segura de lo que pasará después de la boda, no sé cómo será estar casada junto a alguien que solo sé su nombre y he visto de lejos.
-Christine, cariño. Ya es hora-. Entra mi mamá diciendo. Me doy la vuelta para verla en la entrada de la habitación.
-Está bien, mamá.
-Te ves hermosa, cielo -dice mi padre a la par que entra a la habitación.
-Gracias, papá.
-No tienes por qué hacer esto si no quieres.
Sé que eso no es del todo verdad. Lo mejor para él es que yo me casara, por eso acepté casarme con un desconocido quizás ni me notaría mi futuro marido.
-Está bien. Quiero hacerlo, ya hablamos sobre esto y no quiero volver a lo de antes.
-Bien. Pero sabes que siempre te apoyaremos y estamos agradecidos contigo por hacer esto.
Otra mentira, ellos solo me apoyan en las ocasiones que les beneficia a ellos también.
Solo muevo la cabeza en un asentimiento, no puedo hablar porque en el momento en que abra mi boca no controlaré mis palabras.
-Cariño, ya es hora. -Repite mi madre.
Papá me toma del brazo derecho y caminamos hasta la salida de la habitación. Me conduce por el pasillo de las habitaciones y bajamos las escaleras.
La boda es en una villa con una gran casa y unos jardines enormes.
Pasamos por otro pasillo hasta que llegamos a una puerta doble. Dos guardias esperan la señal para abrir la gran puerta.
Mi estómago está revuelto. Siento que en cualquier momento vomitaré.
Los guardias abren las puertas.
-Todo estará bien, cielo -susurra mi padre.
Apreto el ramo de flores que tengo en la mano izquierda y respiro profundo.
-Vamos -le digo a mi padre.
Empezamos a caminar y doblamos para poder salir al jardín, la marcha nupcial empieza a sonar al momento que salimos al pasillo que lleva al altar. El jardín está adornado con flores blancas, las sillas están divididas; de lado izquierdo está toda mi familia y amigos y del lado derecho la familia y amigos del novio así me lo había explicado la organizadora.
Mientras camino del brazo de mi padre observo a los lados, todos sonrientes y felices.
-Sonríe -susurra mi padre.
Trato de sonreír pero más bien sale como una mueca. Inhalo, exhalo y sonrío a las personas que me miran fijamente.
Siento una mirada fija en mí, levanto la mirada y mis ojos topan con unos ojos azules. Los ojos de mi futuro esposo.
Para ser sincera es un hombre guapísimo, viste un smoking negro a su medida.

Llegamos al altar, mi padre sostiene mi mano y después la deja en la mano de él; mi padre sonríe y se retira. Él sostiene mi mano y la ceremonia empieza.
-Queridos hermanos, estamos aquí junto al altar, para que Dios garantice con su gracia vuestra voluntad de contraer matrimonio... -El sacerdote empieza con el rito del matrimonio.
Miro al hombre que tengo a lado, él igual me mira y luego los dos miramos al sacerdote.
Nuestras miradas con un toque de tristeza, quizá.-Matthew Black, ¿Aceptas a Christine Wells como esposa y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarla y respetarla todos los días de tu vida?
-Sí, acepto -responde él.
-Christine Wells, ¿Aceptas a Matthew Black como esposo y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarlo y respetarlo todos los días de tu vida?
Respiro para calmar mis nervios y espero no irme al infierno por esto.
-Sí, acepto.
-El Señor confirme con su bondad este consentimiento que han manifestado y les otorgue su bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Puede besar a la novia.
¡Rayos! Eso no lo pensé. ¡Cómo pude olvidar el beso!
Matt se gira y los dos nos quedamos viendo cara a cara, él me toma de las mejillas, se inclina hacia mí y me besa.
Es un beso simple, sin sentimientos.
¡Pero vamos es un beso, sus labios y los míos juntos y ni siquiera nos conocemos!
Matt se separa de mí lentamente. Los invitados aplauden con entusiasmo. Él toma mi mano y ambos caminamos por el pasillo entre los invitados; caminamos hacia el otro lado del jardín a través de un corredor, llegamos y ahí mi madre me abraza haciendo que me suelte de Matthew y ahí empiezan las felicitaciones.
Cada persona se acerca a mí y a Matt felicitándonos por nuestra "grandiosa" boda.
Hay mucha gente que no conozco.
Mientras platico con unos señores que dicen ser socios de Matthew, Carlie mi mejor amiga llega a salvarme, perdón, a interrumpir quiero decir.
-Caballeros -saluda-. Siento interrumpir, pero es hora de abrir la pista. Matthew te está buscando, Chris -dice Carlie; la cual me toma de la mano y me lleva hasta la mesa de presídium donde Matt está recargado esperándome.
-Aquí está, Matt -Carlie suelta mi mano.
-¿Se conocen? -Frunzo el ceño confundida.
-Sí, Matt y Zoé son como mis hermanos.
-¿Zoé? -interrogo. No tengo ni la menor idea de quién es Zoé.
-Mi hermana -responde Matt ya cansado de tanta platica.
Miro a Carlie y ella solo me sonríe. Matt me agarra de la mano y me dirige hacia la pista de baile.
Las primeras notas de Make You Feel My Love empiezan a sonar; una canción hermosa y triste para mi.

Nos empezamos a mover lentamente siguiendo la canción.
Toda la gente nos observa sonriente, ojalá supieran que todo es una mentira.
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Por Toda Mi Vida, Soy Tuya
Romans¿Porque a mi? Es la cuestión que siempre me he hecho. Siempre me dicen lo que debo hacer, mis padres dicen que es por mi bien aunque no lo es; pero soy fácil de manipular solamente soy una chica que se deja manipular por sus padres. Una joven débil...