Irremplazable

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Me siento nerviosa... alterada... y a la vez sin ánimo. Sentada en la silla de la peluquería a las nueve de la mañana esperando a que me haga un recogido.

- Vas a ir preciosa - me asegura una mujer sentada al lado, le sonrío, me miro en el espejo y mi sonrisa se borra por completo -.

- ¿Qué estoy haciendo? - paso mis manos por mi rostros, preguntándome mentalmente y ahora en alto que es lo que estoy haciendo -.

- ¡Te vas a casar! - grita entusiasmada la mujer que va a ser mi suegra - dentro de unas horas seremos familia, como lo acordado... - asiento - todo tiene que salir perfecto ¿Entendido? - vuelvo a asentir, todavía no soy capaz de darme cuenta de lo que estoy haciendo... todavía me cuesta entender que me voy a casar... -.

Pasan las horas y los nervios se acumulan y la tristeza me invade por completo ¿Por qué me siento así? ¿No se supone que es el día mas feliz de mi vida? Niego... no, no lo es. Nunca será este día el más feliz de mi vida... si no un triste día.

- No tienes que hacerlo - dice acercándose a mi padre - Sonia, esto no tiene que ir contigo... - me mira tristemente - eres joven y guapa con una vida por delante y muchos corazones que enamorar... - esta triste, ya somos dos -.

- ¡Por favor señor José no me la entretengas! - grita otra vez esa mujer... aun no es mi suegra y ya no la aguanto -.

- Perdona... - niega tristemente - estoy intentando que haga una locura con su vida - replica, miro a mi padre, no me puedo creer que este diciendo de verdad esto... -.

- Papa... - me mira - es lo mejor para todos, para ti, para la empresa... para todo - intento que entre en razón -.

- ¿Y para ti? ¿Para ti que es lo mejor? - inquiere saber -.

- Para mi ya no hay nada que sea mejor... solo quiero el por venir bueno vuestro y que podáis mantenerse a flote... necesito seguridad de que vais a estar bien, necesito manteneros a mi lado... - le digo y asiente, por fin lo ha entendido - no quiero que te culpes una y otra vez como lo has estado haciendo noche tras noche, desde que te enteraste que me iba a casar... no quiero que creas que esto es por tu culpa... - niega -.

- Sabes que no apruebo esta boda - dice finalmente y asiento, yo tampoco... pero no me queda de otra -.

- Tranquilo... estaré bien...

Ya queda escasos minutos para esa gran boda que mi futura suegra ha organizado, me siento cargada de nervios... se que tengo que hacerlo por el. Por que no sufra mas... no podemos perder la empresa y esta es la única solución.

- ¡Vamos, novia a su puesto de salida! - me giña un ojo - el novio ya ha llegado al altar - resoplo al saber que a escasos minutos seré la mujer de un hombre al que no amo, un hombre despiadado... serio... manipulador y calculador... ¿De verdad vas a estar bien? Me pregunto una y otra vez... -.

Llega mi padre hacía dónde estoy yo, el hombre de mi vida, quién me va a llevar al altar... ese hombre por el que hago esto ante su insistencia de que no lo haga, pero aquí estoy con un vestido pomposo con brillantes por todos los lados, de tacto... ¡Rasposo! Es el peor vestido que me puedo poner en mi vida, desde luego esta mujer no tiene gusto ni para elegir un vestido.

Andamos hacia el altar cuando la música comienza a sonar, mis pies me tiemblan y no por que este nerviosa... aún que si lo estoy, pero es por el zapato tan ajustado que me comprime mi pie. Miro a mi padre, se que esta apunto de llorar... y no de emoción precisamente. Miro hacia el altar y veo a la virgen que esta en el... las lágrimas comienzan a brotar mis mejillas, mi madre no me hubiera permitido que me hubiera casado, por muy mal que estuvieran... la hecho tanto de menos, no me puedo creer que hace un año se fuera de mi vida para no volver más, solo en mis preciosos sueños con ella y en mi memoria.

Irremplazable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora