Su Mirada

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"DOS AÑOS ANTES"

- ¡Felicidades! - grita Eva, tirándose encima mía, no se la hora que es, pero tiene que ser pronto aún -.

- ¿Que haces aquí? ¿Que hora es? - pregunto mientras me frotó la cara e intento abrir los ojos -.

- Sólo son las seis de la mañana - sonríe de oreja a oreja... -.

- ¿Cómo? ¿Cómo has entrado? - inquiero saber -.

- Por la ventana - ambas miramos hacia la ventana de la habitación -.

Resoplo, esta mujer siempre haciendo de las suyas, tan sólo son las seis de la mañana y ya está aquí, con un pequeño bizcocho de vainilla como me gusta y una pequeña vela verde.

- Sabes que tenía que ser yo la primera en darte las felicitaciones ¿Que se siente cumplir veinticuatro años? - se sienta a mi lado en la cama mirando expectante a que conteste -.

- Eva... se siente lo mismo - sonrío negando - siento la misma hambre que todos los días, el mismo sueño y... las mismas ganas de ir al baño - me levanto dejando la a ella en mi cama tumbada y voy hacia el aseo, intentando no hacer ruido y despertar a mis padres y a mi hermano -.

Término del aseo después de veinte minutos en los que me he quedado durmiendo sentada. Que raro que Eva no haya venido a tocar la puerta por tardar tanto... me dirijo hacia la habitación y cuando entro me dan ganas...

- ¿Ahora tu duermes? - digo al verla dormir plácidamente en mi cama, la miro y sonrío, para mi es como una hermana... -.

Me tumbo a su lado y ambas nos quedamos dormidas...

- Chicas arriba - oigo como mi madre nos llama - Eva... no me gusta que entres sin avisar - le regaña -.

- Lo siento mamá Celia - Eva siempre llama a mi madre así, es un apodo que le puso cuando éramos pequeñas, nos conocemos de toda la vida y para mi madre ella es como su otra hija -.

- ¡Hombre ya se ha despertado la cumpleañera! - dice mi padre cuando nos ve bajar por las escaleras hacía la cocina -.

- Buenos días... - le doy un beso en la frente a mi viejo padre -.

- Bueno días Francisco - le saluda Eva -.

- ¿Que pensáis hacer hoy? - inquiere saber mi madre mientras nos prepara unas ricas tostadas -.

- Pues... - ¿Tengo algo que hacer? -.

- He pensado en llevármela al centro comercial y después vendremos a soplar las velas - contesta por mi, la miro ¿Cuando he pensado yo en ir al centro comercial? -.

- Me parece perfecto - sonríe mi madre - así me da tiempo a todo, llamaré a las tías y a las primas ¡Que vengan todos! - sonrío de oreja a oreja, todos los cumpleaños le gusta hacer reuniones familiar, dice que no importa los años que tengamos para celebrarlo con la familia -.

Intento ir lo mas rápido que puedo, Eva no deja de meterme prisa... le tiro el zapato para que se calle y me deje vestirme tranquila, según ella soy una pesada... no soy pesada sólo soy calmada.

- Conduces tú - me pasa las llaves de mi coche, estaba claro que iba a conducir yo, a ella no le gusta conducir -.

Ponemos la música lo más alto posible en mi mini blanco y negro, vamos tarareando las canciones que tanto nos gustan, gritando como locas...

Aparcamos y disfrutamos de la mañana en el centro comercial, hace dos semanas que abrieron y cada día hay mas tiendas nuevas, no se la de cosas que me compro, menos para mi siempre llevo para todos.

- Ya vengo - dice Eva - me hago pis - asiento y la espero cargada de bolsas, me apoyo en el cristal de un escaparate, hace calor estamos en Abril pero aquí en la costa Mediterránea ya se va notando el calorcito -.

Intento disimular y no escuchar lo que críos babosos me van diciendo de mi delantera... soy una chica sencilla pero con demasiado escote.

- Odio que me miren - le digo a Eva, tantos cumplidos babosos me cabrean demasiado -.

- Es normal que te miren Sonia... una tía rubiaza de ojos azules y cuerpo escandaloso ¿Que esperan que se quiten los ojos para no verte?

- ¡No seas bruta! - le digo y sonríe -.

Pasamos a una tienda demasiado cara, no se para que hemos entrado ¡Ah si! Tengo una amiga demasiado cotilla y le gusta verlo todo aún que no compre nada.

- Pruebate esto - me señala un vestido azul marino con escote y entubado hasta las rodillas -.

- Eva... - la miro un poco mosqueada, sabe que no me gusta ir demasiado escotada -.

- Por favor... - pone cara triste, al final accedo a probarmelo -.

Me cuesta la vida misma en probarmelo, es demasiado ajustado y incluso diría que no es mi talla...

- ¡Eva! - alzó la voz para que venga a subirme la cremallera trasera, llega desde un poco más abajo del cuello hasta casi en el trasero - ¡Eva! - salgo al ver que no viene... imposible que lo haga, acaba de encontrarse al chico que le gusta y está como embobada con el -.

Me meto dentro del vestuario para cambiarme, me miro una y otra vez en el espejo... en varios ángulos. La verdad es que tampoco me está tan mal, me hubiera gustado que me hubiera visto pero si está ocupada dudo que me vaya a ver con el vestido, me quito primero un tirante y después el otro... bajo la fina tela por mi cuerpo hasta llegar a mis caderas y está se desliza suavemente por mis largas piernas.

El ruido de descorrerse las cortinas del probador me asusta y me doy la vuelta rapidamente, me tapó con lo primero que pillo, no se lo que he cogido no me ha dado tiempo a verlo. Solo se que es pequeño.

- Perdona, pensaba que había otra persona - alzó la vista hacia esa voz masculina, me ha dado un vuelco el estómago al escucharlo -.

Me paro completamente al verlo, alto... moreno... de ojos oscuros, vestido de camisa blanca con dos botones quitados y pantalón de raso azul marino. Parece de unos treinta y pocos años...

Siento como su mirada me quema... me mira sin quitarme los ojos de encima. Me siento intimidada, el corazón me va a mil por hora. Me siento desnuda ante este hombre que acaba de abrir un probador que no era... me miro y me doy cuenta que me estoy tapando con un diminuto bolso, me agacho rapidamente y cojo el vestido, consiguiendo taparme con el.

- Marcus estoy aquí - dice una mujer morena de piel y de cabello completamente rizado - ¿Y tú quién eres? - creo que me esta diciendo a mi, observó a la chica y si es a mi -.

- Se ha equivocado de probador - le señaló al que parece ser su chico, ella lo mira pero no parece estar muy convencida -.

Cierro lo mas rápido que puedo el probador, pero mis dedos se cruzan con los suyos, sus manos calidad y suaves y su aspecto se nota que es un hombre que se cuida.

Una vez cerrada me siento en el pequeño taburete que hay aquí dentro, intento calmar mi aceleración excitada ¿Por que me siento así? No logro entender por qué estoy tan excitada y a la vez temblando y con el corazón a mi por horas. Nunca antes me había pasado con ningún hombre.

Me visto rapidamente, siento interrumpir la conversación de Eva y Romeo, pero necesito salir no logro entender por qué me siento así... es como si miles de descargar hubieran recorrido mi cuerpo.

- ¡Sonia! - dice Romeo al verme, Eva me sonríe y yo a ella, escucho la conversación de ambos... o lo que puedo escuchar, miro hacia dentro buscando a ese hombre que me ha causado tanto en milésimas de segundos -.

- ¿Estas bien? - inquiere saber Eva, asiento... pero me conoce tan bien que sabe que algo pasa -.

Me distraigo hablando con ellos. Aún que mis pensamientos me jueguen una mala pasada, su mirada penetrante vuelve a mi una y otra vez... me da un vuelco cuando lo veo salir por la puerta de la tienda cargado de bolsas de su pareja, ambos nos miramos y siento como si hubiéramos conectado... un escalofrio recorre mi cuerpo...

Irremplazable ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora