Mi barca navega dócilmente por las macabras aguas que reposan en la orilla de, lo que parece ser, un purgatorio siniestro. La niebla entorpece mi vista mientras la espera me carcome el silencio. Una silueta se aproxima hacia mi, mientas que el temor se acentúa en mi tenso cuerpo. La sombría aura que manifiesta este averno me obliga a alejarme de aquella persona. Sin escrúpulos y al verme huir la entidad me toma de un brazo. Su mano era gélida, parecía carecer de gracia, era sobria y áspera... Solo me dijo: "Te estaba esperando, estas en..."
Y súbitamente renací de las cenizas.
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La Fuga de las Tinieblas
PoésieY otra vez nos vemos, bueno, en sentido figurado creo... Para conocer a un hombre no le preguntes que ama, pregúntale que teme, por eso lectores esto es como escape de la implacable tiniebla
