Paréanka los hilos invisibles que nos unen

El comienzo

            Mientras estaba cayendo, el tiempo parecía ralentizarse, justo luego de pasar la ventana del apartamento del segundo piso, vi una figura negra del tamaño de un puño cerrado que se fue expandiendo hasta cubrir por completo mi campo visual en cuestión de segundos, y luego comienza a teñirse de muchos colores saturados y forman una especie de franja larga con estos. Luego comienza a brotar una luz desde el centro y luego todo se vuelve blanco y cierro los ojos por el brillo tan intenso.

Luego al sentir el golpe de la caída, creí confundir el pavimento del garaje con arena, todavía un poco mareado y desorientado abrí mis ojos solo para encontrarme con luz segadora del sol y un calor exuberante. Cubrí mis ojos de nuevo con mi antebrazo derecho para evitar la luz, pasaron varios segundos mientras mis ojos se acostumbraron al brillo. luego, cuando ya mis ojos se habían acostumbrado a la luz pude enfocar la visa y conseguirme con que me encontraba en un lugar que no reconocía.

Me encontraba en un raro desierto de tonos terracotas y azul celeste claro, Confundido con todos los preguntas que cruzaban mi mente el momento, ¿donde estaba?, ¿Por qué no estaba en el garaje?, ¿Qué había sucedido?, ¿que eran esos colores?, solo logre levantarme del suelo y luego de unos momentos de pánico decidí que lo mejor era empezar a buscar algo o alguien que pudiera ayudarme, o al menos indicarme me donde estaba.
     Entonces me encaminé a una roca de una altura de unos 5 metros de altura para tener una mejor vista del área donde me encontraba ya una ves en la cima de la roca gigante pude distinguir en la lejanía una edificación y poco después de estar de camino hacia allí, note que algo como animales con gente sobre ellos, se dirigían hacia la edificación. Así que me dispuse a intentar llegar a donde ellos, para pedirles ayuda. Ya estando más cerca a ellos pude ver con sorpresa, pero un poco de miedo que los animales, que montaban eran como camellos pero andaban en dos patas no cuatro.

Los "camellos" eran altos, tenía una cara ligeramente más alargada que la de un camello común y no fue hasta que bostezaron que me di cuenta que no eran animales normales pues sus boca se abrían de par en par al igual que su lenguas. las personas que ellos llevaban eran los que me llamaban más la atención pues eran más altos que la gente que había conocido hasta ese momento en mi vida, así que eran como gigantes para mí en ese momento, tenían una tes de piel blanca como la cal que hacía resaltar los tatuajes de color carmesí que se extendían por su cuerpo hasta sus tobillos y muñecas, y sus cabellos eran de color negro azabache. llevaban unas capuchas azul celeste con franjas negras a los costados del cuerpo, que cubrían parte de su cuello, torso y se extendía hasta la altura de sus rodillas así formando una capa de tela protegiéndolos de los potentes rayos del sol. Cuando estuve lo suficiente cerca para poder detallarlos, los "camellos" empezaron a mover sus orejas de manera extraña y empezaron a mirar hacía las rocas donde me escondía.

-Oh oh!

Pensé para mis adentros mientras me escondía  detrás de las rocas
colosales que me daban sombra y escondite en este desierto voraz.

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Hola buenas noches,

Ricardo por aca, disculpen la tardanza, estuve ocupado estas ultimas semanas con los midterms de la universidad y el trabajo y un bloqueo sobre como desarrollar el capitulo.

dejen me saber si notan algun error.