Yo solía escribir mil y un cursilerías, podía escribir los versos más bonitos y las palabras mas hermosas. Escribía siempre acerca de lo impactante de tu sonrisa, lo bello de tus ojos o de cualquier pequeño detalle de tu existencia. Pero eso cambió en un cerrar de ojos, me torne frío y cortante, ya no podía escribir ninguna palabra sin que me doliera, mi sonrisa se esfumó junto con tu partida, aquellas noches junto a ti desaparecieron al igual que mis ganas de escribir. Te doy las gracias y deberías de sentirte orgullosa, has creado un monstruo sin corazón. Muchas gracias.