Capítulo 2

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Salí de la ciudad hacia la carretera. No sin antes pasar a la tienda a comprar pilas y comida.
En eso, recibo una llamada de mi tía Rosa.

-Hola tía- respondí tratando de que no sonara la música de la tienda.

-Hey _____! Sólo marcaba para cancelar, surgieron unas cosas... no te enojas? -preguntó

-Para nada tía! Gracias por avisarme, te veré después! Besos- y colgué.
Que bueno que canceló antes de que yo cancelara. Jaja.

Salí de la tienda y me monté en la moto. Manejar una de estas cosas no es para nada fácil. Tengo que equilibrar el peso de la moto y el mio. Pero te acostumbras.

¿En serio voy a ir a Mount Massive? ¿Yo sola? Las cosas no pintaban nada bien cuando René llamó.
¿Debería seguir con mi plan? Aún estoy a tiempo de regresar a casa. Avisar a la policía. Pero... no me van a creer. Para ellos soy una simple mocosa... ¿Por qué esto es tan complicado?

Aún estaba a tiempo. Volver.
Pero no, ya tomé una desición.
Encendí la moto y agarré camino hacia la carretera. Durante el trayecto, sólo podía pensar sobre la información que encontré de ese lugar.

"Mount Massive Asylum es un hospital psiquiátrico que supuestamente se cerró en el 2000 por problemas técnicos. Sin embargo, fue reabierto en el 2008 comprado por Murkoff Company y comenzó a recibir ampliamente pacientes en gran cantidad. Ubicado a las afueras de Colorado, fue nombrado así por el área en el que está"

"Murkoff Company: Liderada por Asosciados anónimos, Jeremy Blair fue nombrado director de ésta empresa en el 2006 cuando abrió por primera vez sus puertas dando oportunidades de trabajo"

Me parece basura.

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1 hora y media después estuve manejando cuando por fin llegué a mi destino. El lugar por fuera se veía abandonado. Me detuve justo en las verjas que se encontraban cerradas. Una Jeep roja se encontraba estacionada en la entrada, abandonada también. Las paredes que no permitían la entrada median aproximadamente dos metros.

¿Cómo diablos voy a entrar?

Suspiré frustrada. Saqué mi celular para checar la hora. 11 am y el sol ya está en todo su esplendor. Pero, no había señal. Sé que mi compañía de telefono apesta pero aún así la señal me llega cuando estamos de vacaciones en otra ciudad. Quizá en esta zona no agarra. O quizá hay algo cubriendo todo tipo de señal.
De pronto, un frío viento me llegó desde el lado este.
No fue suficiente con mi camisa así que comencé a temblar.
Diablos.

Al diablo esto, ¡Yo me voy!

Pensé. Subí de inmediato a la motocicleta pero no encendía.
Giré una y otra vez la llave pero no encendió. ¿Y ahora qué?

Revisé el medidor de combustible.
Marcaba cero. Mierda. Me acabé la gasolina y estoy en medio de la nada sin señal. Esto... no puede empeorar...

Oh.
Pero lo hizo.

Justo después de decir las palabras magicas, comenzó a llover. Y yo que creía solo pasaba en las caricaturas.

Busqué como tonta un lugar donde cubrirme del agua pero ningún árbol alrededor daba esa protección.
Fue cuando lo vi.
Justo a lado de mi, un árbol tenía una parte de el sobresaliendo por encima del muro. Si lo escalaba correctamente, podría cruzar al otro lado y cubrirme dentro del coche.
Agarré mi mochila ocultando bien mi celular para que no sufriera daño y me decidí a subir el árbol.
Al principio no fue fácil. Me resbale varias veces por culpa de la lluvia.
Te amo pero te odio estúpida lluvia.

Ya No Hay Un MañanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora