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Veintidós.

- ¿Camila? -la ojiverde casi grita espantada.

-No soy tan fea. -dijo indignada la morena. Lauren agarró del brazo a Camila metiéndola dentro de la habitacion para después mirar a los pasillos; no había nadie. Gracias a Dios.

Cerró la puerta, volteando a ver a Camila que le miraba el trasero.

La mirada verde y ofendida de Lauren con un pequeno golpe fue lo que recibió la morena-Por favor, Cabello. Tienes 19 años, crece ya.

-Es que...agh. -la pelinegra se mordió el labio aclarando la mente de Lauren; esta se encontraba vestida con un pequeño short blanco transparente y una camisa de ositos desabrochada los primeros botones. Prácticamente estaba provocando a la morena, la entendía.

- ¿Lauren, ya que estamos solas podemos...? -preguntó Camila jadeando pero la pelinegra se encargó de interrumpir.

-No. -la miró-. ¿Entiendes que solo podemos ser amigas?

-Prefiero irme si piensas así. -dijo Camila rodando los ojos.

-No seas inmadura, -pidió la ojiverde bufando. Cerró con llave para luego acercarse a la cama-. ¿Sabes qué? Haz lo que quieras, tu no deberías estar aquí.

Lauren se hacía la histérica pero lo que pasaba por su cabeza eran millones de escenarios en los que ella y Camila se besaban. Estaba deseando a la morena y esta más que nunca a la ojiverde.

Se quedaron viéndose fijamente y Camila suspiró-Te entiendo, es que...me gustas mucho pero entiendo que yo a ti no. -su tono era de vergüenza y bajó la cabeza.
Lauren la abrazó y le aconsejo que durmiera a su lado esta noche. Cuando la morena se acostó a su lado y besó el hueco del cuello de la ojiverde, esta suspiró profundamente.

-Buenas noches, Laur.

-Buenas noches, Cami.

Y así se durmieron juntas, sin importar nada más. Incluso, que Sally, la manager de Lauren y su guardaespaldas Leo estaban escuchando todo.