13(Blancas: h5)

99 3 0
                                    

—¿Sois los que estabais con Louis Tomlinson?

Lo miraron los tres, sorprendidos. Era como si hubiera aparecido allí de improviso, materializándose en su presencia.

—Sí —reconoció Olliver.

—Inspector Smith —se presentó el hombre—. Vicent Smith.

—¿Policía? —se extrañó Zayn.

—¿Qué esperaban? —hizo un gesto explícito—. Se trata de un delito, ¿no les parece?

Liam estaba pálido.

—Nosotros no hemos hecho nada —se defendió. El hombre no respondió a su aseveración.

—¿Quién les dio esa pastilla? —preguntó sin preámbulos.

Los tres se miraron, inseguros, acobardados, indecisos. El policía no les dejó reaccionar. Su voz se hizo un poco más ruda. Sólo un poco. Nada más. Suficiente.

—Oídme: cuanto antes me lo contéis, antes podré hacer algo. Puede que os vendieran cualquier cosa adulterada, ¿entendéis? Para que esta noche no acabe nadie más como vuestro querido amigo, depende de lo que ahora hagamos. Es más: si conseguimos una pastilla igual a la que se tomó el, es probable que la ayudemos a recuperarse.

—No lo conocíamos —dijo Liam.

—¿Qué aspecto tenía?

—Pues... no sé —miró a Zayn y a Olliver en busca de ayuda.

—Era un hombre de unos treinta años, puede que menos, no tengo buen ojo para eso —se adelantó Olliver—. Me pareció normal, vulgar. Todo fue muy rápido, y estaba oscuro.

—Era la primera vez... —trató de intercalar Zayn.

—¿Alguna seña, color de ojos, de cabello, un tatuaje?

—Bajo, cabello negro y corto, vestía traje oscuro. Me chocó porque hacía calor.

—Nariz aguileña —recordó Zayn.

—¿Algún nombre?

—No.

—¿Cuánto os costó lo que comprasteis?

—$12 cada uno. Pedía $15, pero al comprar varias...

—¿Tomasteis todos?

—Oiga... —se incomodó Olliver.

—¿Se lo pregunto a vuestros padres?

—Tomamos todos —dijo Liam.

—¿Cómo eran las pastillas?

—Blancas, redondas, tipo aspirina y más pequeñas, ¿cómo quiere que...?

—Tenían una media luna grabada —manifestó Zayn sabiendo a qué se refería el inspector.

El hombre puso cara de fastidio.

—¿Una media luna?

—Sí.

Chasqueó la lengua con mal contenida furia.

—¿Qué pasa? —quiso saber Olliver.

—Nada que os importe —se apartó de ellos pensativo antes de agregar—: ¿Dónde fue?

—En el Pandora's.

—Muy bien —suspiró—. Dejadme vuestros teléfonos y direcciones, y si recordáis algo más, llamadme —les tendió una tarjeta a cada uno—. A cualquier hora, ¿de acuerdo?

No esperó su respuesta y se alejó de ellos caminando con el paso muy vivo.




++++

La versión que tengo de la historia original está escrita en español gallego, disculpen si les surgen molestias para leer, voy a tratar de adaptar las frases más evidentes.

Campos de Fresas- Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora