71 (Negras: Torre g1)

30 2 0
                                    

NIall sentía el peso de una enorme conmoción sacudiéndole de arriba abajo.

Ni siquiera lo entendía.

Creía que ver a Louis allí, en aquel estado, sería tanto como renunciar a la salvación final, porque si Lou, tan fuerte, tan distinto, sucumbía, ¿qué esperanzas tenía él? Y sin embargo...

La mano de el chico entre las suyas, aún caliente. La vida que fluía de ese contacto a pesar de todo. El aliento de una lucha soterrada, silencioso, como si pese al coma su amigo le hubiese hablado.

Había creído oír aquella voz, su voz.

Muy dentro de sí misma.

Un extraño efecto.

Y una consecuencia sorprendente, por su fuerza demoledora.

Quería vivir, vivir, vivir...

Como Louis.

—¿Echo por el paseo o doy la vuelta?

El taxista no la arrancó de su abstracción.

—Da lo mismo —dijo.

El hombre se encogió de hombros. Le bastó con volver a mirarle para que evitara hablarle de lo que iba a hacer y por qué. Su pasajero parecía abstraído del mundo exterior .

Lo estaba.

Niall pensó en su pequeña victoria de hacía un rato, cuando se venció a sí mismo para no vomitar. Ése había sido realmente el primer paso. Y lo hizo por su amigo.

Aunque eso fuese ya lo de menos.

Lo importante es que lo había hecho.

—Louis... —musitó.

—¿Decía usted algo, joven?

—No, no, nada.

Se sentía tan distinto...

Algo tan simple como no vomitar.

Tan y tan distinto.

Campos de Fresas- Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora