Seijuro Akashi x Reader [Rolling Girl pt. 2]

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Esta partecita de la historia está dedicada a faingelx, marianaortizromero y CaroldMoron. Mil gracias.

Esa misma tarde ibas con una tristeza enorme en tu pecho. Todo el tiempo fue así desde que tu padre las había abandonado y no te dolía más que ver el rostro preocupado de tu madre y para colmo te habías enterado que el muchacho al que le rebanaste la cabeza era Akashi Seijuro, toda una celebridad en Teiko.

Ese día los profesores mandaron llamar a tu madre. Estabas sentada fuera de la oficina del director mientras escuchabas cómo le gritaba y cómo ella se disculpaba una y otra vez. Cuando salió de la oficina te encontró llorando y tu mamá en vez de reprenderte te abrazo dulcemente y te acaricio tu raro cabello.

- No te preocupes, todo saldrá bien - te reconfortaba como si fueras una niña pequeña

Lo único que hiciste fue abrazarla más fuerte. Eso amabas de tu madre: que te quería tal y como eras. Secaste tus lágrimas y se fueron a casa tomadas de la mano. 

Su casa era bastante grande había que decir, estilo Japón tradicional y cierto olor viejo cubría todo el lugar; en la parte de atrás tenían su hogar y en la delantera tenían una pequeño negocio ¿A qué se dedicaban? Hacían kimonos. Eso explicaba el porque tus manos tenían tantas banditas y cortes: todo lo elaboraban a mano, desde cortar la tela, bordar y teñir, hasta colocarlo en el exhibidor o en la persona que lo usaría.

Tu madre se encargaba de la administración y tú de lo técnico, era un trabajo bastante pesado puesto que no tenían ayudantes pero adorabas hacer deslizar unas tijeras en mares de tela, después bordar con todo cuidado y maestría y al finar coser. 

Tanto era tu naturalidad para crear y diseñar kimonos que por fin habías logrado terminar tu proyecto más ambicioso: se trataba de un hermosísimo kimono color rojo intenso que tenía bordado un dragón en color dorado y este era el que se encontraba en el exhibidor ya hace unos días. Lo hiciste de manera que lo pudieran usar tanto hombres como mujeres pero seguías pensando que le vendría mejor a un hombre. Obviamente no era para el bolsillo de cualquiera "Que valga la pena todos los días  de trabajoy cada pinchazo" pensabas para tí misma. Tu madre, cuyo nombre era  Kazahaya Yuuka, decía que el kimono había adquirido ese bonito color rojo debido a todas las veces que te lastimaste con la aguja y la sangre había terminado por impregnarse en la tela.


Tú sólo reías.

Estabas en el taller, terminando de empacar unos pedidos cuando tu madre te grita desde la tienda:

-Michiru! Tienes unos clientes esperando -

- ¡Hi! - gritaste de regreso. 

Saliste a toda prisa mientras ponías tres nuevas banditas en tus dedos. Más no sería tu sorpresa al ver a cuatro de los chicos que habían presenciado tu escena yandere en primera fila: uno con gafas, otro de cabello azul celeste y si no mal recordabas la peli-rosa era tu compañera de clase.

- Etto.. bienvenidos a Ōkami  ¿en qué puedo ayudarles? - preguntáste tímidamente, esperando que se hayan olvidado de tu numerito del gimnasio

- ¡Aaah! ¿Qué haces aquí Michi-chan? No me digas qué ... ¡¿Te han expulsado de la escuela y tuviste que integrarte al mundo laboral ?! -preguntó en una pose dramática tu compañera

- Lamento desilusionarte pero no es así - lo negaste al instante - Aquí trabajo desde siempre ¿Y bien, en qué les puedo ayudar?

- Bueno, yo vení a alquilar un kimono y Midorima y Tetsu-kun no sé que querrán ... - se escondía de ti detrás del de cabellos azules

Kuroko no Basket x Lectora/ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora