The Window - Sin secretos

¡Collin!

Aún insegura saqué mi celular y contesté.

- ¿Luna? Necesito que vengas a mi casa, es urgente
- ¿Qué pasa Collin? ¿Estás bien?
- Tranquila, no te asustes. Ven rápido por favor.

Colgó y aunque él me pedía estar tranquila no podía, algo malo estaba ocurriendo.

- tengo que irme -. Me levanté y caminé hacia la puerta.
- Espera ¿qué pasa?
- Collin, me necesita
- ¿Puedo ir contigo?
- Dudé-. Si, vamos.

Subimos al auto y comencé a conducir, tenía mucho miedo. Collin se escuchaba mal.

- Luna, deberías bajar la velocidad. Luna, ¡Luna!

Frené. El dolor en mi pecho aumentaba y mi ritmo cardiaco aumentaba sin poder controlarlo. Sin pensar en nada más, quité el cinturón de seguridad y bajé del auto, comencé a correr. En poco tiempo la lluvia apareció. Al llegar abrí la parte sin necesidad de una llave, sólo mis manos.

- ¡Collin! - grité, esperaba una respuesta pero no la hubo.

La oscuridad de la casa no me dejaba ver muy bien, intenté encender las luces pero no funcionó.
Subí las escaleras dejando el rastro de mis pisadas a causa de la lluvia y entré a su recámara.

Lo primero que vi fue a Collin sobre su cama con una mano debajo de su costilla. Hacía presión sobre ella pero la sangre no dejaba de salir, sus sábanas blancas ahora las teñía un color rojo encendido.

Algunas lagrimas llenaban sus mejillas mientras me decía:
- Pide ayuda
Pero no se refería a su herida sino a  la tercer persona que nos acompañaba.

Miré hacia la ventana y allí estaba él. Vestido completamente de negro y lo cubría un antifaz que iba de su frente a la nariz.

La rabia no me dejó escuchar ni pensar las cosas, sólo lancé toda mi fuerza sobre mis manos hacia él haciéndolo caer con fuerza sobre la pared. Me acerqué casi corriendo pero antes de dar mi segundo golpe él se levantó y me alejó poniendo su brazo sobre mi cuello. Pude sentir la pared fría en mi espalda, el intruso ponía aún más fuerza sobre mí hasta levantarme del suelo. Mis intentos de soltarme me hacían patalear en el aire.

Collin gritaba mi nombre pero le era imposible ponerse en pie.
El oxígeno me faltaba y utilice mis manos nueva mente, poniéndolas en su pecho, hice presión hasta que soltó un gemido y me dejó caer.

Comencé a toser para recuperar el aire.
- ¿Quién eres? -. Cesando - ¿qué quieres?

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Sé que mis capítulos están siendo más cortos de lo normal pero en verdad trato de retomar esto. Gracias por leer esta temporada.
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