Capítulo 2: Conociendo el otro extremo del mundo.

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Suena la alarma, veo y eran las 6:30 a.m. Es muy temprano, estaré todo el día de mal humor. Voy al baño, cepillo mis dientes y demás, blah blah blah.

Me encamino a mi armario; ahora la cuestión es, ¿Qué me pondré? Recorro con mis ojos el grande, tal vez demasiado, cuarto de ropa. Un cuarto para ropa, jamás pensé tener uno.

Mis ojos se detienen en un jean negro, un top del mismo color y a lo lejos veo una camisa traslucida. Busco un reloj de oro y me lo pongo. Perfecto.

No me maquillo

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No me maquillo. Mucha gente dice que soy más bonita sin maquillaje, otras con, yo digo que me da paja maquillarme y además me gusta ser natural. No me gusta mucho maquillarme, aunque sea modelo. Soy rara.

Voy al living y veo a toda mi familia con caras decaídas; cierro los ojos fuertemente y preparo mi mejor sonrisa farsa para que no estén tristes.

-Ey, no estén así, va a pasar volando el tiempo, ya lo verán. Los amo mucho- Estoy por despedirme pero me dicen que me acompañaran al aeropuerto. Contesto con un simple "Bueno" y cargamos mis maletas gigantes y a punto de explotar; en la limosina y vamos al aeropuerto. Nadie habla durante el camino. Cuando llegamos y entramos siento que en cualquier momento voy a llorar y a suplicar para no irme de nuevo del país. Abre viajado unas 200 veces, pero jamás me acostumbrare.

Escucho que anuncian mi vuelo, doy media vuelta; veo a mis hermanos y a mis padres con ojos lagrimosos; me dejo de hacer la fuerte y empiezo a llorar con ellos.

-Cuídate, te vamos a extrañar.

-Si me traes a un Chino como novio no lo acepto.

-Te amamos, ¡no nos olvides!

-Te llamare todos los días.

-Escribeme.

-Come bien, lávate la ropa; cuidado con los extraños.

Reí para mis adentros, ¡ya tengo dieciocho años!, se cuidarme sola. Pero me da ternura que se preocupen así por mí; camino, veo al idiota de mi manager, lo ignoro, estoy a punto de subir al avión cuando les doy un último saludo a mi familia. Después, entre.

El avión estaba despegando; la vista era preciosa, iba a extrañar los mates en el sol con amigos, los tereres en días de mucho calor, las empanadas, el fernet con coca, los asados en familia, el tango, las puteadas argentinas y el acento cordobés que tanto me gustaba y quisiera imitarlo. Mi querida Argentina, volveré.

Me pongo los auriculares después que la azafata me ofreciera alguna bebida a lo que yo acepte un agua mineral. Lo que más me fastidiaba era tenerlo al gil de Frank al lado mío; me estaba hablando y yo me hacia la que escuchaba, pero se nota que soy mala actriz.

-¿Te podes dejar de hacer la tonta y escucharme un maldito segundo?- Amaneció con el pie izquierdo.

-Uy, la nena se ofendió, a ver marica; contame de que tanto me hablabas- Yo tampoco estaba de buenas.

No me enamoro. [BTS Y LATINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora