Capitulo 1

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24 de Agosto

Kaylee Peterson me miraba desde su linea cuando el silbato sonó y todas comenzamos a correr, ella era la mejor corredora del colegio, así que cuando llegué a la meta con dos segundos de anticipación a su llegada, no esperaba una cálida felicitación de su parte; sin embargo, ahí estaba yo, la chica nueva que extendía su mano en busca de aprobación. Su cabellera dorada se extendió cuando arrancó la liga que la sostenía en lo alto y se limitó a sonreír, mostrando sus también perfectos dientes y dejando mi mano a la deriva.

"¡Peterson!" gritó el entrenador Thomson justo antes de que ella apareciera a su lado. Es un hombre alto, con barba e indudablemente apuesto. Posiblemente esta alrededor de los treinta pero aparenta ser mucho más joven. Kaylee se veía radiante a su lado, como si estuvieran listos para ser fotografiados por los paparazzis, ellos parecen tener una química juzgando por los coqueteos constantes de Thomson hacia su alumna. Los rumores decían que habían pasado el verano juntos en la casa de verano de los Peterson, en Georgia, mientras cientos de sirvientes les ofrecían una variedad de vinos de todas las partes del mundo y una masajista de Tailandia exfoliaba el rostro la chica tres veces al día. Pero los rumores, rumores son. Y este no tenía ni un gramo de realidad.

Kaylee volvió a su posición para la segunda carrera y en sus ojos se notaba el brillo de ciertas lagrimas queriéndose escurrir por sus mejillas. Esta vez, ella tomó la delantera y me ganó por casi diez segundos. Era impresionante, aunque aún así no se veía feliz.

-¿Listas para la última carrera, señoritas? -se acercó Thomson.

Todas las estudiantes protestaban cuando tocó la campana justo a tiempo para salvarlas de correr otra vuelta. Mientras todas recogían sus cosas el entrenador se acercó a Kaylee para susurrarle algo que nadie alcanzó a oír pero que a la ella no le causo ni un poco de gracia...


La hora del receso terminó interrumpiendo la escritura de Megan, un hábito que desde niña había conservado por miedo a un día perder la memoria como a su abuela le había pasado gracias al...

Megan tomó su larga cabellera castaña y la acomodó en un práctico elevado antes de marcharse directo al salón de Historia Universal II. La maestra Virginia Fierce, una señora de edad avanzada, de baja estatura y de cabello acanado se sentó en el escritorio como pudo y sin despegar un segundo los ojos de la nueva estudiante comenzó la lección del día: Introducción de la Iglesia Protestante. La mirada de Meg divagaba y de vez en cuando se perdía imaginándose el trágico amorío de Mary Boleyn y Henry VIII, antes de que las ambiciones de su hermana la apartaran de su gran amor.

Para cuando la clase finalizó, Megan alucinaba con el famoso romance que llevó a la crisis a la Iglesia Católica y decidida a investigar más sobre aquello, se encaminó en su hora libre a la biblioteca del colegio en donde busco diversos libros sobre la historia de Inglaterra, especialmente sobre los Tudor. No pasó mucho tiempo cuando apartó los libros y salió a tomar aire fresco, era su primer día y sin embargo no se mostraba interesada en curiosear las instalaciones del campus, en vez de eso se sentó bajo la columna de un pasillo con vista al jardín y comenzó a escribir.

Como mi padre decía, no importan las cosas que aprendes en un día, sino las que no olvidas. Recuerdo muchas cosas de él, sobre todo su risa y cuando me sentaba en su regazo en las noches para ponerle nombre a cada una de las estrellas que veíamos. Era un buen padre, un maravilloso esposo y un fiel compañero para cualquier persona. Recuerdo también que cada noche le escribía un verso a mi madre expresándole diario cuan grande era su amor por ella. Sin embargo fue una mañana cuando nos despertamos y el se había ido sin dejar rastro. Su ropa, sus perfumes, sus fotos, hasta sus artículos de baño; todo se había esfumado como si el nunca hubiera existido. Mi madre pasó los primeros meses en negación, pensando en que en cualquier momento el aparecería por la puerta como si nada, incluso seguía sirviendo su plato a la hora de la comida, el cual terminaba en la basura al final del día.

RosalettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora