- Todo...todo es mi culpa... - susurraba Marinette con los surcos de las lágrimas marcados en las mejillas y los ojos terriblemente hinchados.
- Marinette, no digas eso... - Tikki le acarició la cabeza con delicadeza - Tú no pudiste...
- Sí. Sí que pude - dijo interrumpiendo a Tikki con voz áspera y ruda -. Podría haber sido más rápida. Haber actuado bien. Por mi culpa él subió allí. Todo esto ha ocurrido por mi culpa.
- No es así, tú...
- Pero ya da igual. Ya...da igual... - se tumbó boca abajo en su cama.
Silenciosas lágrimas comenzaron a mojar la almohada bajo su cabeza mientras pensaba en lo mal que lo había hecho todo. En la calle seguía lloviendo sin parar, la tormenta aún acechaba a la ciudad. Una sensación de rabia y dolor se mezcló en su cabeza. Quería gritar. Quería ponerse de pie y gritar hasta no tener fuerzas para sostenerse en pie. Agarró la sábana que cubría la cama con la mano y la estrujó consiguiendo tener los nudillos blancos, mientras apretaba los dientes y fruncía el ceño hasta tener dolor de cabeza. La frustración se apoderaba de ella a la vez que cada vez más lágrimas de odio y desgarramiento empapaban los tejidos de su litera.
- Si t-tan solo pudiera volver a empezar... ¡Hacer las cosas b-bien! ¡VOLVER AL PASADO!
Tikki se apartó y la miró conmocionada. Marinette comenzó a sollozar y de un zarandeo tiró de la almohada para apretarla sobre su cabeza. Tras hacerlo no pudo ser testigo de la poderosa magia que había desencadenado con aquellas palabras en su habitación. Una potente y brillante luz roja comenzó a salir del pequeño cuerpo de Tikki, lo cual asustó al kwami de su propia presencia.
- ... ¿Tikki...?
Un ligero rayo de luz había llegado hasta la visión de la joven a través de las telas y había llamado su atención entre sollozos.
Cuando encontró a su pequeño kwami en aquella situación se alarmó y trató de agarrarla, pero cuando sus dedos rozaron la luz que producía Tikki ambas desaparecieron en una última exhalación bermellón.
Ambas caían de alguna extraordinaria forma través de un brillante túnel mágico. Las paredes eran similares a la magia que el Lucky Charm de Ladybug producía. Marinette, en cuestión de segundos, buscó con una mirada desconcertada y aterrada a su kwami. Cuando la encontró, ambas compartieron su pensamiento de miedo a través de los ojos.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡Auch...! - el trasero de Marinette había caído sobre su colchón y su cabeza había rebotado contra la pared. La pequeña Tikki se espachurró contra la almohada de la cama y se quejaba también.
La chica de rascó la cabeza dolorida con un gesto confuso y molesto. Miró a su alrededor. Era su habitación. Todo era normal, o eso creía.
- Tikki... ¿¡Qué ha pasado!? - miró inquisidora al kwami que se recomponía de la caída.
- Yo... no tengo ni idea, Marinette - los pequeños ojos de la criatura mostraban su incertidumbre, mientras se palpaba el cuerpecito sin rastro de aquella luz que momentos antes emanaba.
- Esto es... No entiendo nada... - Marinette se pasó la manga de la chaqueta por la cara para secar el rastro de lágrimas y se levantó de la cama para bajar la escalerilla y llegar hasta la parte inferior de su habitación. Miró por la ventana y el sol resplandecía - Un momento... ¿Cuándo ha dejado de llover?
Sin darle más vueltas y aún impresionada por lo antes acontecido, caminó en dirección al baño, pero su paso fue interrumpido por el sonido de la puerta.
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🐞 MLB: Cambiar el pasado es cosa de SUERTE
Fanfiction« - Todo... Todo es mi culpa... Pero ya da igual. Ya...da igual... Silenciosas lágrimas comenzaron a caer mientras pensaba en lo mal que lo había hecho todo. En la calle seguía lloviendo sin parar; la tormenta aún acechaba a la ciudad [...]. - Si t...