Capítulo 1

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Revise por última vez mi habitación, no quedaba nada, ya había empaquetado toda la ropa, los muebles los vendí por wallapop, y las cosas personales ya estaban en América.

-- ¡Nora nos tenemos que ir ya! -- el grito de mi madre retumbo por toda la casa vacía.

Baje sin ganas por las escaleras, cuando llegue a la puerta mis padres me esperaban fuera de la casa, en el coche, peleándose por cualquier tontería. Me coloque los cascos y me subí sin decir nada. No estaba de humor.

El camino hacia el aeropuerto me deprimo aún más, iba a mudarme a la otra punta del planeta y ni si quiera mis amigos se habían despedido de mi. Mi vida no podía ser más lamentable.

Cuando llegamos salimos del coche y nos dirigimos a facturar, todavía quedaba más de una hora y no tenía mucho que hacer, así que me separé de mis padres sin que se dieran cuenta y empecé a dar vueltas por la gran construcción al ritmo de "Aftertaste" de Shawn Mendes. De repente, me encuentro con un grupo de jóvenes muy familiar, estaban a una esquina del aeropuerto y yo estaba lejos,lo suficiente que sin mis gafas no viera nada, pero pude distinguir la risa contagiosa de mi amiga, así que pude comprender que estaban allí por mi, se que ha sonado egocéntrico pero que van ha hacer 6 personas de las cuales sólo me tienen en común ami.

Me escondi y espere a que fueran a buscarme, llegaron a mis padres y les preguntaron donde me encontraba, estos no se habían dado ni cuenta de que no estaba con ellos, pero ni se esforzaron por buscarme. Mis amigos se separaron y empezaron a buscar. Me pasé un buen rato, hasta que mi mejor amiga paso cerca mío, me acerqué con cautela y me gire encima suya, las dos caímos al suelo, riéndonos sin parar, para que después se unieran los 5 restantes.

"Vuelo número 682 con destino a Los Ángeles, despega en 20 minutos"

Me gire hacia mis amigos, todos me miran con pena en los ojos, uno a uno me fui despidiendo de ellos, lo más seguro es que no los volvería a ver en la vida, así que fue demasiado emotivo como para describirlo.

Cuando me termine de despedir fuimos hacia la puerta de embarque, mi padres iban más atrás que yo, así que tuve que esperarlos para pasar juntos.
Enseñamos los billetes y subimos al gran avión, me tocó al lado de una señora de aproximadamente de unos 65 años, con el pelo afro y blanco, mientras escuchaba reggaton del viejo. Me senté a su lado y encendí mi portátil, no tenía muchas cosas y en ese momento tampoco me apetecía escribir,así que lo cerré y me puse a ver Cigüeñas en la pequeña pantalla de los aviones,a la mitad de la peli me encontraba tan aburrida que decidí acostarme un poco, al final me quedé dormida en el hombro de la señora escuchando "Gasolina".

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-- ¡Niña!... ¡Niña! -- noto como alguien me mueve bruscamente el brazo.

-- Perdone. -- digo con una vergüenza impresionante.

Por lo menos todavía no se había enterado de que la había dejado todo el hombro baboso. Así que salí por patas del avión, cuando ya estaba lo suficiente lejos para que la señora me pegara una leche con su chancla escuché un grito acompañado de un: ¡Me cagó en la ****! ¡Donde se ha metido esa niña del demonio!.

Rápidamente me puse mi capucha y me acerqué a la zona de maletas, a unos metros de mi se encontraban mis padres,los dos con sus respectivos móviles, no me extrañaría que en un tiempo se separaran, ya ni se hablan, y si lo hacen es para discutir.

Me pongo los cascos y espero a la llegada de maleta, en pocos minutos veo como avanza una maleta negra con un montón de pegatinas de diferentes cosas y tonos, rápidamente la cojo y salgo hacia el estacionamiento.

Pero, algo me impidió el paso, una mano me agarró del brazo, yo creyendo que sería mi madre, me suelto y sigo andando sin girarme, pero, otra vez me agarra, pero más fuerte, cabreada me giró y le gritó.

-- ¡Qué te crees que haces!

Enfrente mío se encuentra un sujeto bastante apuesto, que si no llega a ser por la cara que me puso diría que sería guapísimo.

-- Creo que tienes mi maleta. -- me dice mirando la mía.

-- Crees mal. -- dicho esto me le quedó mirando. Soy unos centímetos más alta que él, lo que hace que intente intimidarle.

-- Señorita inteligente, ¿has leído el nombre que está bordado? -- extrañada me agachó y veo el bordado en el que está escrito: Joey Birlem.

-- Dios, perdón no me había dado cuenta. -- avergonzada le doy su maleta y el me da mía.

No dice nada, sólo rueda los ojos y se larga.

"Vaya educación tienen aquí " pienso.

Cojo maleta y me voy fuera junto a mis padres.

-- Te estábamos esperando. -- me dice mi madre detrás de sus gafas completamente negras. Por su tono de voz me imagino que está cabreada. Así que prefiero no decir nada y subirme al taxi.

Cuando mis padres me dijeron que nos íbamos a mudar a Estados Unidos lo único que me hizo ilusión era que íbamos a vivir en una de esas casas típicas americanas: una especie de chalet con piscina y jardín propio, donde poder escaparme por el tejado y ensuciar a los vecinos con el corta césped. No me esperaba para nada ir a unos pisos modernos en medio de Los Ángeles.
Y menos me esperaba ser vecina del idiota del aeropuerto.

Este es el nuevo primer capítulo!! Espero que os guste!

Te Odio Birlem →Joey Birlem←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora