Esa noche no podía dormir, estaba asustado. Sentía que me estaban asechando. Cada vez que cerraba los ojos sentía esa sensación. Termine prendiendo la luz en la mesa de noche y tome un libro para distraerme. Debo haberme quedado dormido sin darme cuenta porque me desperté al sentir unos rayos de sol en mi cara. Mire el reloj.
Ocho con cuarenta y dos minutos. ¡MIERDA! llegaría más que tarde, tardísimo. Pero y si...¿No iba? Digo.... hay días en los que los hombres tenemos nuestros días y... no esperen.... esas son las mujeres. Diablos. Me golpee la frente. Que tonto soy.
Ese día falte al trabajo.
Al medio día recibi una llamada de mi jefe preguntándome la razón por la que falte. Le dije que estaba muy enfermo y me lo creyó, ya que yo no era de faltar.
Fue día de limpieza. Me amarre un pañuelo en la cabeza y me puse un delantal blanco. Pasaba corriendo de un lado al otro con el trapeador.
Me sobresalte al escuchar la puerta. Fui con la escoba en la mano y abrí.
-¿Sí? -Pregunté viendo a mi vecino.
El me miro abriendo mucho los ojos y yo comprendí su reacción al mirar mi ropa.
-¿Q-que necesita? -Repetí completamente ruborizado.
-Esto....am.. quería saber si te-tenías cobertura para llamar.... mi...mi teléfono no esta funcionando...-Dijo mirándome de arriba abajo.
-Puedes usar el mío... pasa... -Murmure dejándolo pasar.
Él entro y uso el teléfono antiguo que tenía en la sala, jamás lo usaba.
Note que se concentrba más en mí que en la llamada.
-Gracias... -dijo caminado hacía la puerta.
-No hay problema. -Dije intentando cerrar la puerta.
-Oye, se te ve ocupado... ¿pero te apetecería ir conmigo a ver una película otro día? -Preguntó él con una pequeña sonrisa.
Parpadee sorprendido ¡ALGUIEN ME INVITO A SALIR!
-Ah-ah....¡Claro!.... digo sí... -Sonreí lo más amable posible. Mi respuesta pareció impresionarle.
-¡Fantástico! Vendré a verte de nuevo para saber el día... -Dijo besando mi mejilla antes de irse.
Cerré la puerta y solté un gritito bajito.
¡Tal vez la cita número nueve sea la definitiva!
Mi día fue de mal a mejor.
Al día siguiente hice todo normal para ir al trabajo, excepto una sola cosa.
Me puse un poco de pintura negra bajo los ojos para fingir ojeras.
Cuando llegue Philip me saludo preocupado.
-¡Buenos días Luhan! ¿Como estas, te sientes mejor? -Preguntó el levantándose para abrir la puerta de "solo empleados"
-Buenos días Philip... si me siento mejor, gracias... -Camine hacia la puerta y me detuve. -¿Todos...?
Philip sonrió haciendo notar sus arrugas.
-Si, todos saben que estabas enfermo Lu... tu presencia hace falta. -Explicó Philip cariñoso.
Sonreí agradecido y fui a mi oficina. Deje mi maletín, tome otro botiquín y corrí a la enfermería contento.
Dentro habían tres presos con las miradas perdidas.
-¡Buenos días! -Exclame sonriente.
Los tres hombres me miraron y sonrieron.
-¡Al fin señor Xiao! -Dijo uno.
-¡Luhan! -Dijeron los otros dos.
Me puse a revisarlos contento mientras me contaban las cosas que sucedieron sin mí. Al parecer, los de último rango fueron retirados de las celdas normales y los llevaron a celdas especiales al final del edificio así que los presos estaban más tranquilos.
-Eso esta mejor.... ellos eran un riesgo para ustedes. -Dije escribiendoles los pases.
-Si, eran muy tétricos. -Dijo un más tranquilo.
Les entregué los pases y volvieron escoltados a sus celdas.
Todo el día estuvo relativamente tranquilo, algunos presos fueron simplemente a saludarme lo cual agradecí. Me sentí querido.
*Creo que se que camino quiero... papá... * Pense con los ojos humedos.
A la hora de salida me encontraba ordenando mis cosas pero un guardia se acerco y me hablo.
-Xiao, el jefe me pidió que te escoltara a la habitación de uno de los de último rango. -Dijo el notoriamente incomodo.
-¿P-por qué? -Pregunté con un tono muy agudo.
-Uno de los nuevos se lastimo.... -Dijo con algo de pena por mí. Maldición.
Tome mi botiquín asustado y seguí al guardia que me guió a una parte alejada de los demás.
Se encontró con dos guardias más, que me miraron para tranquilizarme.
Bien, estaban armados.
Uno de ellos abrió la puerta de la habitación y entre a un cuarto con paredes acolchonadas, con una cama, otra habitación que debía ser el baño y una repisa con algunos libros.
En un rincón estaba el chico de los ojos rojos. Sentado con su cabeza entre las rodilllas sujetando su mano ensangrentada.
No había logrado verlo bien, pero ahora tendría la oportunidad.
-H-hola....ve-vengo por la mano. -Tartamudee mirándolo.
El levanto la vista.
*Dios, Luhan no te ruborices*
Era blanco como si estuviera muerto. Tenía unos ojos rojos rasgados, muy marcados. Su pupila era como la de una serpeinte. Sus rasgos eran marcados. Usaba dos aros negros, pero en una oreja tenía más aros hacia arriba cubriéndole la oreja. Su cabella estaba algo largo en la parte de atrás, incluso una delgada trenza caía y la parte de adelante tenía gel hacia atrás pero algunos mechones rebeldes caían por su frente.
Tenía el traje naranja de todo los demás presos pero sus mangas estaban arremangadas hasta arriba mostrando sus fuerte brazos. Se veía un poco su pecho, blanco como la nieve pero muy marcado. Y lo más curioso, usaba converse negras.
El simplemente estiro la mano sin levantarse.
Me arrodille a su lado sintiendo la mirada preocupada de los guardias.
-¿Cómo te hiciste esto? -Pregunte desinfectando el corte.
-No te importa. -Dijo secamente. Valla humor.
-Si te pregunto, es porque me importa, debo saber para desinfectar mejor. -Dije frunciendo el ceño.
-Fue con una navaja. -Dijo sin más mirando a los guardias.
Voltee a ver a los guardias de mala manera. ¿Cómo es que dejaron que tuviera una navaja? Incompetentes.
Tome una venda y comencé a vendarle la mano, no era un corte al cual tuviera que suturar.
-Y.... listo... -Dije terminando comenzando a guardar las cosas de vuelta en el botiquín.
Para mi sorpresa, el tomo algunas cosas y las guardo. Ayudándome.
Los guardias reaccionaron al instante y levantaron sus armas por lo que él soltó un bufido divertido.
Por su reacción supuse que ya había estado en esa situación muchas veces.
-Adiós. -Dije levantándome y caminando hacia la puerta.
-Hasta mañana Luhan. -Dijo tranquilamente.
Voltee a verlo y este sonrió haciéndome ruborizar.
¡POR QUE DEBIA SER TAN GUAPO!
Salí rápido y los guardias cerraron las puerta.
-H-hasta mañana... -Me despedí de ellos y sali corriendo de vuelta a mi oficina para tomar mis cosas y largarme.
ESTÁS LEYENDO
Sombra Al Acecho × →Adaptación← × →HunHan←
FanfictionSegunda Parte de ¿Magia? Esto es una adaptación. Todos los créditos a @SasUchiha.