13-2-2016
"-No habríamos llegado tan tarde si hubiéramos utilizado el GPS que nos regaló tu padre en vez de la vieja brújula de tu abuelo Antoine, mañana empiezo el trabajo, por fin te perderé de vista un rato.
-No empieces Chloé, ya hemos hablado de esto.
Bueno, soy Benjamin, he vivido mis 16 años en un pueblo de Champagne-Ardenne, muy próximo a París, y ahora me he mudado a Saint-Remmy de provence porque mi madre ha conseguido trabajo aquí. Mi vida es sencilla, he dejado atrás amistades con las que he estado toda mi existencia y espero que valga la pena por hacer a mi madre feliz. Ella es Chloé, tiene 35 años, mi padre, Antoine, es más joven que ella por tres años, pronto dejaremos de ser tres para ser uno más, Chloe tiene dos meses de embarazo, y esa es otra de las razones por las que nos hemos mudado, y también es la razón de que esté de un mal humor constante.
Habíamos llegado a la nueva casa, era espaciosa, por lo menos el jardín que era lo único que llevaba visto.
-Benjamin, ¿te vas a quedar ahí todo el día?- me dice mi padre cuando acaba de hablar con mi madre.
-ya voy- contesto cuando veo a un hombre hablando con mi madre y saliendo de la cocina.
-supongo que tú serás Antoine, soy Marcus, vuestro casero, me alegro de que os decidáis por esta casa, no os decepcionaré.
-sí, soy Antoine, encantado, este es mi hijo Benjamin.
-¿De verdad? Está claro que te pareces más a tu madre- me rasco la nuca y rió falsamente, no me hacía mucha gracia ese tema.
-creo que al final me tendré que hacer una prueba de ADN-intento tomarlo con humor y todos reímos.
Comimos y fui a mi habitación, era blanca, la tendría que pintar. Puse mis cajas en el suelo y empecé a colocar, cada imagen que sacaba era un recuerdo, cada objeto me recordaba a todo lo que he dejado atrás, mi primer amor, saqué una foto en la que ella estaba encima de mi riendo, teníamos catorce años en esta foto, esa chica...era mi alegría, no sé qué hice, pero se fue y no la volví a ver.
14-2-2016
Programé la alarma para el día siguiente, estaba solo, en armonía, mis padres habían salido a cenar para celebrar San. Valentin. Me puse mis auriculares con música y dormí.
15-2-2016
-¡Vamos Benjamin!- gritó mi madre un minuto antes de sonar mi alarma, odio cuando hace eso.
Me levanto y voy al baño, me ducho, salgo, me visto en mi habitación, unos pantalones negros y una camiseta blanca, algo simple para el primer día.
-mamá, ¿me llevas ya?- le digo entrando a la cocina y le doy un beso.
-lo siento hijo, pero hoy no puedo llevarte, tendrás que ir en bicicleta o en bus- me contesta apenada.
-no te preocupes, ¿te vas ya?-pregunto de nuevo al verla apurada.
-sí, desayuna algo antes de irte.
-vale, ten cuidado- escucho la puerta cuando termino de hablar. Salgo de casa y me dirijo a la estación de autobuses, que si google no se equivocaba debía estar cerca, cuando llego todavía no ha llegado, me siento al lado de un hombre mayor que hablaba en voz alta, yo me puse a leer mientras Percy Jackson y los dioses del olimpo por segunda vez. El autobús llegó y subí, vi un sitio libre al fondo y me senté, todos lo que esperábamos fuera subimos, pero el autobús no arrancaba, por la ventana se podía ver a un chico corriendo hasta que llega al autobús.
-otra vez tarde James, siempre te tengo que esperar- dice el conductor chocando el puño con el del tal James.
-lo siento Rob- le sonríe el chico y se dirige a mi.- ¡oye, tú! Ese es mi sitio, levanta- me dice, lo miro y a los segundos bajo la mirada de nuevo a mi libro.- ¿me estás escuchando?- seguí haciendo caso omiso, ya había tratado antes con chicos como él, ya sabía cómo pasar del tema.