3. Reconsiderarlo.

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Me quedé un tanto confundida... ¿No hables con Ross? ¿Quién era Ross? Yo no conocía a ninguna Ross ¿O si? No, definitivamente no. ¿Por que Cloe estaba llorando? ¿Por qué salió por la ventana? He observado que saltan de techo en techo, pero ¿Por qué lo hizo? ¡No e dijo nada! Y esta nota tiene que ver con... ¿Qué? ¿Qué sucede aquí?

La cabeza comenzó a dolerme, no tenia sentido agobiarme con preguntas sin respuesta. Tomé la nota y la guardé en un cajón del tocador. Después preguntaría.


Narra Rachel Morgan.


Estoy en la cena, mi madre lava los platos una vez que hemos terminado. Mi padre no me ha dicho ni una sola palabra desde lo ocurrido esta mañana. Después de un largo silencio, mi padre decide hablar.

-Bueno, Rachel. Ya has hecho tu actuación. -Dijo haciendo comillas con sus dedos.

-¿Qué actuación? -Pregunto haciéndome la tonta.

-Lo sabes perfectamente. -Dice alterándose.

-Oh, la cara destrozada de Leha, Lia, lo que sea. -Dijo riendo.

-Eso, Rachel, eso. He pasado mi vida entera estudiando, preparándote, para que tu vallas y golpees a la primera chica que se te ponga enfrente.

-De hecho ella estaba atrás de mi, así que...

-No importa donde diablos estuviera. -Si, se estaba enojando. Esto es va a poner feo. -¡Maldición, Rachel! Ahora esa chica no se te acercará.

-¡Yo sé lo que tengo que hacer y sé como hacerlo! Además, ¡Los estaba insultando! -Me levanto de la silla y pongo las manos sobre la mesa. -Y no solo a ustedes ¡Me estaba insultando a mi! ¿Qué querías? ¿Qué me quedara de brazos cruzados?

-Pero no era para que le destrozaras la cara. -Murmura mi hermano mayor, Cameron. Si las miradas mataran, en este momento él estaría muerto. -Bueno, solo decía.

-¡Tu Cállate! -Le grito.

-¡No, tu cállate y escúchame! -Dice mi padre molesto. -Si le das miedo a esa chica, no se te acercará y todo este tiempo ha sido desperdiciado. ¡Por tu culpa!

-¡Yo no le doy miedo! ¡Tu me das miedo a mi! ¡Y vivo en tu casa!

Mi padre comienza a bufar.

-Ya valiste. -Dice Cody, mi hermano menor. -Espero que en tu funeral haya galletitas.

Miro al niño con la mirada mas asesina que tengo, él sale corriendo del comedor.

-¡Mamá, mamá! Rachel tiene otro de sus momentos. ¡Encierren al gato! ¡Encierren al gato! ¡Repito! ¡Encierren al gato!

-¡Escondan al perro! ¡Escondan al perro! -Sale de la misma manera su hermano gemelo, Cristopher.

No tenemos ni gato, ni perro. Solo tenemos pájaros y a ellos nunca les haría daño.

-Rachel, si por tu culpa nuestra familia sigue condenada, antes de que mueras te mato yo. -Dice mi padre con bastante seriedad. No está mintiendo.

-No te preocupes Henry, de cualquier manera tu alma no estará a salvo. -Digo saliendo del comedor.

-¡Ni la tuya!

Voy a mi habitación y me cambio de ropa. Un pantalón negro rasgado, una blusa negra sin estampado, una chaqueta de cuero y por supuesto, mis botines negros de agujetas.

EloísaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora