Y apenas sentí el rocé de sus labios, haciendo una dulce compañía con los míos. Me dí a cuentas que esto sería para siempre, esta sensación.
Nuestro beso se iba acabando y empezaba uno nuevo, con mucho más apreció, volví a sentirme libre.
¿Y desde cuándo no? Era la primera vez en mucho tiempo en que volvía a su casa.
Mis padres no querían verme cerca de la casa De Luque y pasamos lo que quedó de nuestro tiempo juntos alejados de estas paredes.
Las que ahora encierran este profundo acto de ¿Valentía? Entre mi ahora novio y yo... Novio y mejor amigo.
Tomé el borde de su camisa azul y la quité rápido, tan rápido como nuestros corazones acelerados, ya que en cualquier momento llegaría el padre de mi novio, y no le gustaría ver la dichosa escena que se lleva acabo en su hogar. Encontrarse entre las piernas de su hijo al mejor amigo de esté, no era una buena opción y menos cuando ya están sin camisa y tocándose por primera vez de esa forma.
Nuestros pechos desnudos estaban tan cerca, haciendo imposible pensar en algo fuera y lejos de esa habitación.
Y el tiempo no le había venido mal a Samuel, que ahora repartía besos por mi clavícula rasgandome con su barba de dos días, mordiendo y probando todo a su paso, robándose todo de mi ser.
El acostado encima de mí, desasiéndose de mis pantalones y ropa interior, cambiando todo por suaves movimientos en toda la extensión de mi cuerpo.
-Guillermo ¿Estas seguro de dar el siguiente paso?-Me preguntó antes de proceder con la entrada de su miembro, que rozaba todo dentro de mi trasero, haciéndome casi imposible pensar o siquiera respirar con claridad.
-Lo quiero todo.-Y sin más espera entró, suave, como si fuera porcelana y apenas un movimiento destrozarme por completo.
Me sostuve con toda la fuerza que tenía de su hombro y espalda, dolía, pero cualquier dolor era soportable con el a mi lado.
Y nuestros movimientos, sin experiencia, pero cargados de una pasión en el que sólo estamos nosotros dos.
-¡Samuel! ¡Te amo!-Grité cuando sentí todo ese líquido bajar por mi cuerpo.
Descanso su frente con la mía, tratando de recobrar la energía, con los ojos cerrados, y pronunció unas palabras que siempre había escuchado en momentos inadecuados.
-Lo siento.-Esas mismas palabras que decía cada que consideraba que hacía algo malo.-Lo siento tanto.
-No tienes que decir "Te amo" Para decir que me amas.-Le dije.
Y hasta caer rendidos por todo lo sucedido, no dudamos en parar, ni en ponernos a pensar en ¿Qué pasara mañana después de todo esto?
Y ese fue mi error.
-
No recibí ninguna información o acontecimientos de parte de él por una semana, después de lo que había sucedido en su casa.
Llamaba a su teléfono pero aparecía apagado, le mandaba mensajes y nunca los leía.
Y por momentos pensé que el me estaba evitando, pero no, el no sería capaz de esto.
Salí a comprar una cosas en el supermercado de la localidad, probablemente y por obra del destino me lo encontraría allí, ya que es el único supermercado del pueblo.
Más no crucé con el, y más bien, crucé con Camila, con cabellera marrón y ojos de este mismo y a su amiga Luciana comentando mientras hacían la cola para pagar, y escuché algo que me dejó confundió.
