1- Allyson

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-¡Pero olvídale de una vez! ¿No ves que no merece la pena? ¡Es imbécil! -responde Sophia a mis llantos, ya que Bryan me había vuelto a rechazar.

-Sí, tienes razón Sophi. Pero siempre es la misma historia.

-Ni peros, ni hostias, ven aquí -dice Sophia mientras me abrazaba para consolarme. -. Ahora volvamos a casa. Tomaremos un chocolate caliente.

Llegamos a casa. Sophia me ofrece un chocolate bien caliente, mientras, me acomodo en el sofá del salón:

-Toma -dice poniendo la taza encima de la mesa. -. Sólo quiero que estés bien.

-Gracias por todo lo que haces por mí.

-No las des. Sólo bebe.

- ¿Y mamá? ¿cuando volverá?

-No se. Quizás nunca.

-La echo de mucho de menos.

-Yo también, aunque siempre eran peleas, batallitas con ella -explicaba Shopia.

-Sí, la verdad es que no había día en el que no paraseis de discutir -dije con una sonrisa, mientras recordaba a mamá con tristeza.

-Papá, no se portó muy bien con ella. No respetaba sus gustos, sólo quería a mamá para ella, y al final, se acabó cansando.

-Totalmente de acuerdo, hermana. Papá ha sido un egoísta, pero en el fondo me da pena, ahora se mata a trabajar para nosotras.

-Resumiendo, Ally, mamá no volverá. Se separó de papá y ahora a saber dónde está.

-Joder...

En ese momento, Shopia, me mira.

-Señorita Allyson... no es por remover la mierda, pero, ¿qué le has dicho exactamente a ese estúpido? -me pregunta Sophia, cambiando de tema.

-Nada...

-¡Ally, por favor! Somos gemelas... ¿recuerdas? Nada de secretos. O le diré a papá que te emborrachaste.

-¿Que más da que seamos gemelas? Somos muy distintas. ¡Joder y estoy harta, siempre el mismo chantaje!

-Sí. Eso fue gracioso. ¡Bailaste encima de la mesa!

-¡Dios...!

-¡Vamos, suéltalo ya, imbécil! -exclama chistosa.

Está bien, te lo contaré... -dije por pesadez -. Me acerqué a el y le dije: me gustas mucho.

-¿Y el? -Pregunta intrigada. -. Ya sabes... ¿Qué te dijo?

-Que no éramos iguales, que él no es de enamorarse... en fin... que pasaba de mí.

-Vaya... lo siento mucho. Que le den, no te preocupes. ¿Sabes una cosa, Ally? Vales mucho más que ese mal nacido sin sentimientos.

-Gracias -la miro con una sonrisa.

-De nada. Bryan sólo querría sexo.

-Pues no lo sé, pero tienes razón. Que le den -digo. -. ¿Y a ti? ¿Cómo te va?

-No me puede ir mejor -dice cruzando sus piernas.

-¡Uii! ¿Y eso? -pregunto con curiosidad.

-Me tiré a un rubio, cachas, ¡Dios como estaba!

- ¡Hermana...! -exclamo con desagrado.

- ¿Qué? Se acercó a mí, en la discoteca, me invitó a un par de copas, nos liamos en los baños y...

-Vale... muy bien, prefiero que no entres en detalles.

-¡Qué sosa eres, Ally! -exclama.

-Es que ya se como se folla, ¿vale? -me río.

-Vale -dice Shopia encendiéndose uno de sus cigarros.

-¿Quieres? -pregunta ofreciéndome un cigarrillo.

-¿Enserio? Sophi, no fumo.

-¡Vamos! ¡Papá no está en casa! -trata de convencerme.

-No me va el tabaco, lo siento.

-Ya te irá... -dice echándome el humo en la cara.

-Pues no...

-Bueno, hemos quedado mañana por la noche con los chicos y viene Chris.

-¿Chris? Apenas lo conozco... sólo de clase. En el Instituto -Explico.

-¿Qué más da? Es buen muchacho. Además también vendrán los demás.

-Apuesto lo que sea a que tambien viene, Katy -dije suspirando.

-Pues sí. Katy es mi mejor amiga. Además, la fiesta es en su casa. ¿Ocurre algo?

-Nada...

-Mejor -dice apagando el cigarrillo contra el cenicero de cristal.

La tarde se iba aproximando, mañana iba a ser un gran día. Quizás Chris, ese chico gamberro del Instituto, quien por ahora era para mí un gran desconocido, me cayese bien.

Papá, llegó de trabajar muy cansado:

-Hola, cariño -dice dándome dos besos.

-¿Que tal en el trabajo? -le pregunto, quitándo su abrigo y colgándolo en el perchero.

-Ya sabes... Ally. Trabajar en un supermercado está bien, pero conlleva mucho estrés.

-Claro.

-Por cierto, ¿dónde está tu hermana? -pregunta caminado hacia el baño.

-¿Sophia? Estará en su habitación, oyendo música.

-Bueno, voy a darme un baño. Luego prepararemos algo para cenar.

Subí las escaleras del pasillo hasta trepar a mi habitación. Bueno... mejor dicho, nuestra habitación.

-¡Shopi! -exclamo quitándole los auriculares de sus oidos.

-¡Ahh! ¿Qué pasa? -pregunta.

-¿Nada, que papá ha venido y está cansado? -pregunto con sarcasmo.

-Normal, esque ese súper donde trabaja...

-No séas estúpida, él trabaja para que no nos falte de nada. Haz un esfuerzo y colabora un poco... mamá ya no está -frunzo mi cejo y me cruzo de brazos.

-Perdona, tienes razón.

-No importa... sólo... colabora, ya sabes.

-Está bien. -dice arrepentida.

-Hermana... ¿A qué hora hemos quedado mañana?

-A las once y media en casa de Katy. Habrá alcohol, buena música y estará Chris -me guiña un ojo.

-Perfecto...

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