Habíamos salido yo y mi familia de la ciudad de Monterrey, porque no podíamos mantener la salud de mi padre en buenas condiciones ya que estaba muy enfermo, y la principal recomendación del doctor fue "Debe estar tranquilo y con el estrés al menor nivel posible o terminara conectado a una maquina hasta que encontremos un corazón nuevo o en su caso muera" por lo que mamá decidió que lo mejor era ir a vivir al pueblo de donde era originaria casi toda la familia, a la antigua casa de mi tatarabuela que llevaba casi 15 años sin ser habitada, porque nadie quería quedarse ahí.
-Mamá porque tenemos que viajar hasta allá a esa casa tan vieja y descuidada.- dije sin mucho entusiasmo.
Y ella solo volteo la mirada hacia mí y enojada me dijo:
-No puedo creer que después de todos los años en los que tu padre ha estado yendo y viniendo de los hospitales, y después de todo lo que ha hecho para asegurarles un buen futuro a ti y a tu hermano, aun no te des cuenta de lo importante que es que hagamos esto, como puede ser que seas tan egoísta Emily deberías aprender de tu hermano Ivan que no dice nada. - Mamá miro hacia el Oxxo al que mi papá había entrado y mas calmada me dijo.- Tu padre ya viene de regreso, compórtate.
Mientras yo pensaba que horrible seria vivir en ese pueblo que no habría nada interesante, llegamos, era como yo pensaba sacado del siglo XX, la plaza era primorosa con muchas flores de distintos colores, no era muy grande, las personas paseaban por toda la plaza, las parejas agarradas de las manos o abrazadas, las familias unidas, los niños jugando y correteandose; había una pareja de ancianos que estaban abrazados en una banca se les veía felices creo que recordaban su juventud porque se sonrieron más cuando paso una pareja frente a ellos, yo seguía mirando maravillada ya que quería guardar esa imagen para pintar preciosos cuadros, quería guardar particularmente esta escena para poder plasmarla en lienzo, seguí observando y entonces lo vi, ahí estaba un muchacho muy guapo casi podía sentir que eramos almas gemelas, ok no, pero era muy guapo casi como para ser un modelo de revista, sus facciones eran delicadas y un poco gruesas a la vez, pero lo que más me atrapo fueron sus ojos verdes hechizantes, como sea era algo mágico, pero toda mi burbuja exploto cuando me di cuenta que me había visto mientras sonreía arrogante, y pese a ello se veía tan lindo y mis mejillas quemaban estaba segura que estaba tan roja como una langosta.
-Mamá ya llegamos-pregunte emocionada, porque quería ir a esa plaza a ver a ese guapo.
Sorprendida solo negó con la cabeza para responderme -Faltan solo unas cuadras para llegar.-
En ese momento la risa de Ivan no se hizo esperar.
-Tu cara esta tan roja como un tomate te asoleaste demasiado o que.
-Jaja muy gracioso- dije mientras le golpeaba el hombro y el me revolvía el cabello.
Finalmente 5 cuadras mas tarde el auto se detuvo frente a una enorme casa color blanco marfil con azul oscuro y enormes ventanas, creo que era la casa mas grande de por aquí.Aun recuerdo el verano que vine con mamá a visitar a sus bistias o las hermanas de mi tatarabuela, no recordaba nada de aquel lugar pero, al ver aquella casa recordé muchas cosas incluso llegue a pensar que la casa tenia un fantasma viviendo dentro, es extraño volver para quedarse.
Mi mamá abrió la puerta y esta hizo un espantoso rechinido que hasta los oídos me dolieron.
Entramos y cada quien fue a ver en que habitación se iba a quedar yo elegí una que estaba cerca del desván ya que la puerta era de roble con grecas por doquier y un ángel tallado no estoy segura pero creo que era un arcangel además de que la puerta se veía muy antigua mas que las demás.
-Esta era la habitación de mi bisabuela Cristina-se escucho la voz de mi madre, pero cuando voltee no había nadie.
Extrañada seguí con la divertida tarea de desempacar y acomodar yupii, algo de gracia apareció cuando ví que mis maletas combinaban con el bosque a lo cual me reí, porque era muy gracioso.
Al acabar y ver el resultado quede maravillada, la cómoda y la cama hacían juego con el armario color caoba, sumado a mis sábanas color violeta y a los 4 cuatro cuadros que mi mamá permitió que trajera hacían que la habitación se sintiera cálida, sin duda este era mi estilo, así pues, terminado el trabajo decidí salir a conocer, ya que este sería mi nuevo hogar pero quien dijo que por mera casualidad no me encontraría con aquel chico misterioso.
ESTÁS LEYENDO
El Desván
RandomEmily es una chica común pero con cualidades especiales y con mucho talento, no es sino hasta que se muda a un pequeño pueblo cuando descubre un gran secreto que no sólo la involucra a ella sino también a toda la humanidad.