Nuevo hogar, posiblemente nuevos cambios.
Me aterraba la idea de mudarme a otra ciudad ya en mi último año de la secundaria, dejaría atrás muchas cosas, mis amigas, la casa en la que había crecido y que era testigo de todas mis travesuras con ellas, también dejaría al equipo de natación, realmente no me agradaba la idea, pero saber que esto le convendría muchísimo a mi madre lograba apaciguar mis sentimientos y me permitía apoyarla.
La ciudad en la que nací es demasiado concurrida, las personas viven muy de prisa, muy pocas veces lograbas entablar una conversación con algún vecino, tenía tres amigas, Meredith, Kyana y Cristal, con ellas estudié casi toda mi vida, desde que estaba en el jardín de niños, las quiero muchísimo, son muy importantes para mí, prácticamente son las hermanas que jamás había tenido, el dejarlas estaba quebrándome por dentro, pero era necesario marcharme, sería muy egoísta con mi madre después de todo lo que ella ha hecho por mí.
El ir junto a la ventana del avión me permitió pensar en tantas cosas que viví junto a varias personas, por ejemplo con el equipo, todos los triunfos que obtuvimos y por supuesto los momentos con mis amigas, a decir verdad somos muy unidas, algo así como la uña, la lima y el esmalte, pero había llegado el momento de desprendernos y aunque fuese duro debía afrontarlo, y mi única razón: mamá. No era nada fácil para ella saber que su segundo matrimonio tampoco funcionó, con mi papá fue un fiasco total y nunca se había dado oportunidad hasta hace dos años que conoció a Andrés y por alguna razón quebró cualquier valla de seguridad que cuidaba de su corazón y por segunda vez la traicionaron, y esa era una de las razones del cambio de ciudad, se me hacía difícil comprender que eligiera una ciudad calurosa y algo pequeña a comparación de donde vivíamos, pero quizá lo que ella buscaba no era más que refugiarse en el sol y en el calor humano.
Ese julio del 2014 fue trágico para mí, en pocas semanas cumplía 15 y sólo tendría a mamá, obviamente la más importante, porque bueno, a pesar de que papá en algún momento juró que no me dejaría, sus viajes constantes le impiden compartir conmigo, así que no importa en qué ciudad me encontrara, él jamás pasaría un cumpleaños conmigo, aun así me reusaba a la idea de no poder estar junto a mis amigas el día de mi cumpleaños, que eventualmente era mi fecha favorita.
Cuando la nave aterrizó lo único que pude hacer fue reírme, admito que siempre estoy riéndome o sonriendo, no importa si existe un motivo para estar triste, como en este caso... agregándole que yo no soy nada buena con eso de las despedidas y por eso de las chicas no me despedí, sabía que en algún momento les escribiría. Mamá como siempre no podía controlar sus esfínteres y mientras yo recogía las maletas ella estaba en el baño, tiempo después nos encontramos ya en el parqueadero del Aeropuerto Ernesto Cortizos esperando un taxi que nos llevaría directo al nuevo apartamento en donde viviríamos.
El camino se me hizo muy largo, prácticamente estábamos de polo a polo y la carrera a mi madre le salió por un ojo de la cara, de igual forma fue un servicio lleno de gentileza, pero el calor ya se estaba haciendo notar, eran las 12:00 del mediodía y la chaqueta que tenía puesta ya me incomodaba y decidí quitármela y guardarla, el señor del taxi nos ayudó a bajar todas y cada una de las maletas que teníamos, y así mismo el joven de seguridad nos ayudó a ubicarlas dentro del edificio, no era muy grande, pero era muy lindo el lugar, en frente había un parque con un césped divino y muchas máquinas para hacer ejercicio, y cuando miré a un lado noté que había un centro comercial, al parecer mamá eligió un punto muy estratégico.
-Mamá voy subiendo-dije
-Está bien peque, ten cuidado- presioné los números del ascensor, días antes mi madre me había dicho que nuestro apartamento quedaba en el cuarto piso y era el 403 y como tengo muy buena memoria no se me hizo difícil encontrar la puerta de mi nuevo hogar, pero lamentablemente no tenía las llaves por lo cual tuve que sentarme en uno de los muebles que se encontraban cerca del ascensor, pero no estaba sola, había una niña jugando con una muñeca, parecía divertirse.