Clara Oswald

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Clara Oswald nunca había estado tan asustada en toda su vida.

A medida que el doctor convulsionó en el suelo de su propia tumba, la tumba que alguna vez había sido su amada nave, podía sentir como las lágrimas brotaban calientes detrás de sus ojos, amenazando con escapar y traicionar sus miedos hacia él. Ella fácilmente podría decir que él estaba tan aterrado como ella, probablemente aún más. Era toda su vida siendo reescrito después de todo. La Gran Inteligencia se había infiltrado en su línea del tiempo, la destrucción de su propia existencia, junto con las incontables vidas que el doctor había cambiado. Las estrellas desaparecían, las civilizaciones que había salvado dejan de existir. El universo pronto sería un lugar totalmente diferente. Un mundo sin el Doctor era apenas un mundo digno de ser vivido.

A no ser que...

Ella levantó la cabeza y se quedó mirando el vórtice que brillaba delante de ella, la cual se fue convirtiendo lentamente en una sombra profunda de color rojo como la sangre contaminada por la Gran Inteligencia. ¿Qué pasaría si iba tras él? El doctor le había dicho que la había visto morir antes. ¿Y si ella era capaz de neutralizar la influencia de la Gran Inteligencia arrojándose en la línea temporal del Doctor? Así ella sería repartida a través de todo el tiempo y el espacio. Ella sería capaz de cambiar el destino del Doctor, y tal vez incluso salvar su vida. Parecía como un sacrificio digno.

"Lo que estés pensando en hacer... No lo hagas," le advirtió River, todavía de pie a un lado.

Clara optó por ignorarla. "¿Si entro allí, que pasara?" Le preguntó a la mujer mayor.

"Los flujos temporales te romperían en mil pedazos", explicó River. "Un millón de versiones de ti, viviendo y muriendo en todo tiempo y espacio... como ecos."

"¿Pero esos ecos podrían salvar al Doctor, ¿verdad?" Clara insistió, mirando al portal que conduce al pasado del Doctor.

"Pero no van a ser tu. Tú yo verdadero morirá" le dijo River. "Ellos sólo seran copias."

"Pero van a ser lo suficientemente reales como para salvarlo" argumentó Clara, sacando una pequeña sonrisa de sus labios. Todavía había esperanza. Todavía podría rescatarlo de su terrible destino. Ella podría cambiar el mundo. Como respuesta a la mirada condescendiente de River, Clara se encogió de hombros. "Es como mi madre decía" Ella recordó. "El soufflé no es el soufflé. El soufflé es la receta".

Ella dirigió su mirada hacia abajo al cuerpo débil del Doctor, su rostro cada vez más pálido por cada segundo que pasaba como su línea de tiempo era desmoronado. Ella se agachó y acarició suavemente con su pulgar la mejilla, tratando de consolarlo en su momento de agonía. "Es la única manera de salvarlo, ¿verdad?" Concluyó. Por el rabillo del ojo, vio a River asentir con la cabeza minuciosamente lento y solemne.

"Las estrellas se están apagando!" Madame Vastra exclamó, recordando a todos de su presencia. "Y Jenny y Strax están muertos... Tiene que haber algo que podamos hacer!"

Durante sus palabras, Clara tomó una decisión. Se puso de pie con una deliberación feroz, sus pasos resonando con carácter definitivo. "Bueno, ¿qué hay de esto?" exclamó ella con una pequeña sonrisa. "Soy la chica soufflé, después de todo."

"No..." Oyó el murmullo Doctor. "Para" susurró. Ella no era capaz de decir si estaba sugiriendo que ella se tome un momento para reconsiderar sus desició o si estaba hablándose sí mismo para continuar respirando, para mantenerse con vida durante unos instantes más.

"Si esto funciona, salgan de aquí lo más rápido que puedan!" Clara dio instrucciones a sus amigos, con la esperanza de reducir al mínimo las bajas de su viaje a Trenzalore. "Y... dedicadme un recuerdo, de vez en cuando", agregó, intentando hacer lo más difícil de sonar alegre cuando en realidad, quería llorar.

Su corazón sólo continúo latiendo con fuerza, al oír la voz del Doctor una vez más a su espalda. "No..." Suplicó. "Clara!"

Ella bloqueó lo de su mente, para no dedicarle un segundo de pensamiento. Pero al contemplar las consecuencias de sus acciones, finalmente se dio cuenta cual era su propósito en este mundo realmente descansado. Ella siempre estuvo destinada a estar aquí. Ella nació para salvar al Doctor. Y ahora, se dio cuenta de la importancia de aquellas palabras ahora se dirigió a su amigo más cercano, un último adiós al hombre que le mostró las estrellas. "De hecho... ¿sabes qué?"

"Corre" le ordenó, dándose la vuelta para enfrentarse a él por última vez. "Corre, chico listo, y recuérdame."

Antes de que el agujero en su corazón se hiciera demasiado grande y doloroso de soportar, se giró rápidamente para hacer frente a la herida del tiempo. Era casi como si estuviera hablando con ella, llamándola para cumplir con su destino. Sintió las lágrimas como corrían por sus mejillas mientras corría hacia la luz, y oyó la voz ronca del Doctor gritando que dejara de hacerlo. Siguió corriendo, prohibiéndose a sí misma mirar hacia atrás, hasta que finalmente...

Ella vio todo.

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