El adios de una vida

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No se  cómo empezar...no sé qué puedo hacer para dejar de estar confundido, ante todo déjame contarte el inicio de lo que me pasa... quizás no me tomes la atención necesaria o al final quedes tan confundido como yo.

Todo empezó una noche, cumplía la misma rutina de todos los días o eso creía yo. Que tan fuerte ha sido mi compasión por ayudar... que me frustraba no poder realizar lo, aun sabiendo que solo no se puede hacer grandes cosas; esa misma noche quería hacer algo diferente... me perdí en las calles haciendo me preguntas que no le encontraba respuesta. Pero deje algo de lado... a alguien que me esperaba en un cuarto sola sin poder expresar lo que sentía, si, escribo de mi esposa Deysi, una mujer esplendida, alta, delgada, ojos negros,con un cabello tan negro como la mismísima oscuridad.

Al recordarla fui sin dudar a casa, con las ganas de pasarla de lo mejor a su lado; pero... fue una reacción muy tarde, diría demasiado... se me salen las lágrimas solo al recordar lo ocurrido en las sombras de lo desconocido, si lo sé, ya sé que piensas en ese final, estaría demás decirlo ... pero tengo el deber de hacerlo, esa noche al llegar, había unos autos de policía rodeado en mi casa. Al verlo se me paralizo el corazón, corrí desesperado, esperando a que este bien ... a que este a salvo sin ningún rasguño. 

Los policías me retuvieron... estaba descontrolado... quería saciar mi ansiedad, después de un rato de tranquilizarme... me dieron la noticia... unos ladrones entraron a la casa... no contentos con llevarse las cosas valiosas, abusaron de mi mujer... de mi vida... de mi cielo, a tal punto de asesinarla, de quitarle ese último aliento de vida... esa última vista a la realidad. 

¿Por qué? ... No entiendo, ¿tan podrida esta la sociedad? ... tan asquerosa... tan repugnante. No sé cómo explicarte lo que ando sintiendo, perder a la persona que te acompaño cada segundo de tu miserable vida y que venga otro más miserable que tú a quitártela de la manera más dolorosa. 

Después de lo ocurrido... llego el día de la despedida de su cuerpo, claro a lo que ustedes llaman          "velorio", e imagínense... ser el único frente a su ataúd, dándole su beso de las buenas noches eternas. Lo que más me quito las esperanzas fue que no había otra persona aparte de mí en ese lugar, ningún amigo... ningún familiar...! NADIE! 

El ¿Por qué?... Nunca lo supe... y solo me quedo la conclusión... "No importa cuántas cosas buenas hayas hecho en este mundo, solo alza la cabeza y a seguir adelante."

 Pero no pude seguir, al pasar los días tuve unos sueños demasiados extraños, que llegue al punto de entrar  a la locura... no te lo puedo explicar... Aun así... te los escribiré... no quiero que quede en el  "olvido"... me sentiré feliz si al menos a una persona se le quede en su memoria.

Los OlvidadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora