Cierro la puerta de mi auto de un duro golpe y camino afanada hacia la cafetería de los señores Clark donde, cada sábado sin falta, me reúno con mis tres mejores amigas. En un principio sólo éramos Sarah y yo, ya que empezamos a trabajar en la misma empresa de publicidad como secretarias, casi al mismo tiempo hace ocho años; luego se nos unió Georgina hace año y medio; y unas pocas semanas después, llegó mi loquita Lucy con su lengua entrometida. Ellas lo son todo para mí.
Sarah es una linda rubia de treinta y dos años que viste ropa demasiado grande, ropa que le quedó de cuando era una linda gordita, resultado de sus dos embarazos, pero es tan dulce como la miel. Así de empalagosa, suave y brillante.
Georgina es castaña y sus ojos son café, pero tan inocentes y dulces, aún a sus veintidós años. Lo que no me gusta, es que es tan solitaria y cerrada al mundo. Si no fuera por los sábados que siempre nos reunimos, aún estaría en su cama, o quizás alimentando a sus gatos.
¡Asco!
Y por último, pero no menos importante, está Lucy. Ella es una chica de veintiséis años de una linda piel morena con ojos verdes, tan exótica como ella misma. Llego a nuestra vida mientras atravesaba por una crisis gracias a un imbécil de mierda, pero eso logró que nuestra amistad se afianzara. No sé que haría sin sus locuras. Ella es como la nutella. Cuando no existía, no te importaba, pero ahora que lo has probado, no puedes vivir sin ella.
Somos muy diferentes las unas de las otras, pero eso nunca ha sido un impedimento para que nos llevemos tan bien. Siempre nos hemos respetado y eso ha sido suficiente.
Lucy, aún diciéndole a su sexy policía que no se quiere casar luego de un año. Creo que ya perdí la cuenta de cuántas veces el pobre hombre se lo ha pedido. Lo que hace el amor. Ese sujeto es demasiado paciente con esa desesperante niña.
Georgina, con su aburrida vida llena de gatos. Realmente me gustaría que disfrutara su juventud y se arriesgara a conocer a algún hombre. A veces me pregunto si aún será virgen. Ella solo se sonroja cuando le pregunto, pero no dice nada.
Sarah también sigue con su vida aburrida y esa horrible ropa. Por lo menos tiene a su esposo y a sus lindos hijos.
Hijos que yo nunca podré tener. Sólo Dios sabe cuánto lo he intentado, pero creo que ya me he resignado a permanecer sola. Mi exesposo prefirió darme el divorcio que tener una familia.
Esta es la parte horrible del matrimonio. El egoísmo de la persona a la que amas y que se supone te ama, puede llegar a ser tan grande. Fue una gran decepción que luego de seis años de matrimonio, me hiciera algo como eso.
Sólo tuve que decidir si seguir esa vida o tratar de ser feliz...
Por eso prefiero estar sola.
Lo que me alegra, es que ha sido un buen año y bastante tranquilo para todas nosotras y nuestras familias. Debería decir mejor, sus familias. Georgina y yo, somos las únicas solteras. Mi familia no vale la pena. Para ellos soy una vergüenza desde que me divorcié, y debo reconocer que, me siento más a gusto de ésta manera. No teniendo que soportar críticas sobre mi estilo de vida. Aunque el único que permanece en mi vida es mi dulce padre.
Mis amigas me critican, pero me aceptan tal cual soy, y eso es suficiente para mí. Ellas alegran mis días y yo disfruto jodiendo las de ellas.
Sé que las chicas nunca se molestan por mis usuales llegadas tarde, pero es inevitable. La belleza requiere tiempo.
Sacudo levemente mi cabeza y tomo un profundo respiro antes de entrar a encontrarme con las mujeres de mi vida. No me gusta que nadie me vea triste, y mucho menos, por cosas que no se pueden cambiar y que no valen la pena. Ethan no lo vale.
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Aventura de Una Mujer Libre #2
RomantikLo único que Paula Stuart tiene seguro en la vida, son a sus amigas. Todas diferentes, pero con un gran y genuino cariño las unas hacia las otras. A pesar de todo, se respetan y apoyan. Ama su vida solitaria y libertina. Prefiere no confiar, a ver...