File 2.

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En una madrugada tan fría que llegaba a calar hasta lo más profundo de los huesos, Harry se encontraba llegando a lo que sería su nueva vida en Doncaster. Con el corazón roto y los ánimos por el suelo, le habían llamado en su nueva estación.

— Idiotas, no pueden encargarse de algo ellos mismos.

A regañadientes sacó su uniforme de la maleta que aún no sacaba del auto, y dentro del mismo se cambió solo con su típico chaleco de policía. Leyó su placa, sintiéndose repentinamente tranquilo y con una nueva determinación encendió su auto hacia la estación donde sería jefe ésta vez.

— Bi-bienvenido jefe Styles. Yo soy el policía de éste turno, mi nombre es Niall Horan. Es un honor conocerlo. — Se presentó un pequeño chico rubio, seguramente teñido, con unos claros ojos celestes. No era más alto que Harry y era notoriamente más delgado que él.

— Sí, ¿cuál es el problema?

— Bu-bueno... Nos llamaron por un chico que al parecer estaba causando problemas en un vecindario rico por la zona centro; pero también tenía posesión de drogas y tuvimos que traerlo aquí a la estación. — El chico vaciló unos momentos, su nerviosismo era notorio desde lejos. — Quería... Llamarlo hasta mañana, de seguro viene cansado del viaje, pero el chico no deja de gritar y tirar todo pidiendo que lo saquemos de aquí.

Harry chaqueó su lengua antes de quitar su sombrero de policía, dejando revelar sus rizos recientemente recortados.

— Detesto a ésta clase de buenos para nada. Son unas ratas que tratan de sacar dinero hasta debajo de la tierra para saciar sus vicios. ¿Dónde está esa sabandija?

El rubio tomó una carpeta que yacía sobre un escritorio de madera oscura al lado derecho de ellos. La abrió buscando algún papel y con manos temblorosas se lo entregó a Styles.

— Aquí está el informe. Su nombre es Louis W. Tomlinson. Es hijo del que fue uno de los mayores empresarios aquí en Doncaster, quién diría que su hijo mayor terminaría así. Las drogas encontradas en sus bolsillos fueron 300 gr de cocaína, algunas pastillas de éxtasis y una bolsa con tres cigarrillos de marihuana. Parece que el chico tiene un problema.

Harry leyó en silencio todo el informe, su ceño se fruncía cada vez más que leía una palabra y su mandíbula tensa sólo ponía al rubio más nervioso.

— Ya veo. Vi el funeral de su padre por televisión. Entonces tenemos a un niñato rico que no supo cómo llevar la muerte de papi. He visto peores, déjamelo a mí.

Con la hoja aún entre sus enormes manos, Harry fue hasta la sala indicada. Los pasillos de la estación eran muy parecidos a los de su hogar y Styles repentinamente se sintió algo nostálgico; pero eso duró poco cuando la determinación regresó a su cansado rostro. Las preguntas comenzaban a formularse solas en su cabeza y las posibles maneras de sacarle la información también.

Cuando se encontró frente a la ventana donde sólo se veía hacia adentro, pudo ver a un chico joven notablemente molesto parado contra la pared mirando hacia la misma ventana. Harry estaba seguro que no podía verlo, pero aun así podía sentir la fría mirada azul de aquel chico.

Con una bocanada enorme de aire Harry entró, sintiendo una horrible peste proveniente de aquel chico. Estaba seguro que le habían quitado todo lo que tenía, y el cuarto entero apestaba a marihuana. Dejó la hoja sobre la mesa de metal que sólo era iluminada con una débil luz de la bombilla colgada sobre su cabeza. Las paredes todas iguales de un color gris gastado, solo hacían ver al chico como un verdadero delincuente. Harry pensó en ese momento que sería buena idea re diseñar el estilo de toda la estación.

— Hey, tú, ¿vas a dejarme salir?

Una aguda voz lo sacó de sus pensamientos y su vista rápidamente se enfocó en aquel par de orbes azules.

— No.

— ¿Qué has dicho?

— Que no.

— Yo no hice nada, aquello de la piedra fue un accidente, puedo pagarlo.

Una sonrisa algo cómica se formó en el rostro de Harry y la expresión de Louis se volvió aún más molesta.

— Claro que puedes pagarla, pero eso no es lo que te tiene aquí, niño.

— Mi nombre es Louis, pedazo de basura. ¿Qué es lo que quieres? ¿Dinero? Puedo darte la cantidad que quieras, se nota que eres un muerto de hambre.

Los labios de Harry jugaron entre sus dientes mientras ignoraba las palabras de aquel chico, que por lo que decía el informe, apenas tenía 19 años de edad.

— "Louis William Tomlinson. Fue encontrado con varias drogas en posesión." — Leyó Harry con voz firme hasta que levantó su mirada hasta Louis, que tembló levemente ante aquella mirada; pero se compuso rápidamente. — Eso, hijo, hasta donde sé es ilegal.

"Otra vez esa sonrisa"  Pensó Louis apretando los dientes y caminó hasta sentarse frente al capitán Styles. Su fleco cubría gran parte de su rostro enfermo a causa de las drogas y su voz vaciló un poco antes de hablar.

— No eran mías. Estaba persiguiendo a un amigo. Las drogas eran suyas, yo se las quité porque estoy preocupado por él.

Una sonora carcajada llenó los oídos de Louis y la habitación entera. La risa ronca de Harry apenas llegaba a sonar burlesca, pero aun así hizo hervir la sangre del menor.

— ¿Cuántos años crees que tengo trabajando de policía, niño? He escuchado mentiras mejores que esas.

Sin decir una palabra más se levantó de su silla dejando la hoja sobre la mesa y chasqueó su lengua mirando hacia una de las esquinas de la pared.

— De verdad tengo que arreglar este lugar... — Y dicho esto, Harry se giró sobre sus talones para salir por la misma puerta donde había entrado, dejando a un Louis confundido en su lugar.

— ¡Oye, vuelve aquí! ¿¡Me estás escuchando!? — Louis corrió hasta la ventana la cual comenzó a golpear, pero no necesitaba hacer tanto escándalo ya que Harry lo observaba desde el otro lado sin inmutarse. — Por favor... No quiero estar aquí. — Ésta vez Styles sí se sorprendió al ver al chico llorando y decidió esperar un poco más cuando vio que el chico quería continuar. — Sólo extraño a mi padre... No sé qué hacer. Ya no quiero seguir con esto, quiero ser el mismo de antes. Por favor.

Harry caminó hasta la puerta, la abrió asomando un poco su cabeza y miró al chico soltando un corto suspiro.

— Te dejaré salir con libertad condicional, sólo, SÓLO sí aceptas entrar a rehabilitación.

Louis, sin poder creerlo, rápidamente limpió sus ojos. Odiaba llorar frente a los demás y en realidad no esperaba que él lo estuviera escuchando.

— Acepto, sólo no quiero que mi madre se entere de esto. Me llevará lejos de aquí y no quiero separarme de dónde estaba mi padre.

El mayor de los dos se acercó hasta el menor para darle algunas palmadas en su espalda, sintiéndose algo mal de su decisión.

"¿Qué estás haciendo, Styles?"

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2016 ⏰

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