Naturalmente Idiota.

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Sentí un almohadazo en mi cara y me levanté de golpe.

- Lucas, eres un idiota. - Le dije cuando lo vi, había sido él quien me golpeó.

- O te levantas ya, o hago que todos tus amiguitos se despierten. - Me dijo.

¿Amiguitos? No recuerdo nada de anoche, solo que después del cine fuimos a la fiesta de una compañera de clases, pero después de ahí no supe más nada.

- ¿Amiguitos? ¿Que amiguitos? - Le pregunté.

- Jesse, Max, Bella y Rachel. Esos amiguitos. - dijo obvio.

- ¿En donde están?

- Bell y Rachel están en el piso, y los dos chicos estúpidos están en la cocina haciendo no se qué, ya que apenas los vi, subí a tu cuarto. - Me dijo Lucas juguetón.

- ¿Y que quieres hablar conmigo? -Le pregunté. - Déjame dormir en paz, Lucas.

- Te lo advertí. - Me dijo y se levantó de mi cama, se preparó y estaba a punto de gritar cuando me lance sobre él.

- Ok, ok. - Le dije.

- ¿Te levantaras ya? -Me dijo ocultando una sonrisa triunfadora.

- Sí y no. -Le dije y me miró con cara confusa- cárgame y me llevas a tu cuarto para poder hablar bien, la verdad no tengo ganas de caminar.

- No, párate tú. -Me dijo y lo miré haciendo pucheros.- ok ,ok, te cargaré.

Sonreí mientras éste me cargaba. Lucas y yo teníamos una excelente relación, peleabamos, como todos los hermanos, pero eso es inevitable. Sentía la mirada de Luck en mi, yo estaba recostada como un bebé en su pecho mientras caminabamos a su habitación, podía sentir su sonrisa.

- Llegamos, pequeña dormilona. - Dijo mi hermano soltandome en la cama.

- Sabes que amas con locura a ésta pequeña dormilona. -dije mientras me sentaba como indio para escuchar lo que me diría mi hermano.

- Cierto, pero no te traje para hablar de eso. - Dijo y se puso un poco serio - Kate, últimamente estas saliendo muchísimo, con lo cual no tengo problema mientras yo sepa en donde y con quien estas, pero ya tienes dos  meses que no ves a papá, sé que quieres estar con tus amigos y eso, pero me parece egoísta que no salgas con él, o que él venga o lo que tu quieras, pero con él. - Me dijo mi hermano, tenía razón, tenía demasiado tiempo sin ver a papá, solo tenemos pequeñas llamadas, charlas cortas por mensaje y cosas así.

- Sé que tienes razón con todo eso, pero también sé que no has llegado al punto. Así que ve al punto, Luck. - dije dándole una media sonrisa, aclarandole que no me molestaré si hizo una locura.

- Papá me llamó ayer y me dijo que quería que nos quedemos una semana con él, que tiene algo muy importante que hablar con ambos y que también nos quiere ver, sé que tu y él han cambiado mucho su relación desde lo que pasó con Nora, -Nora es la mamá de Calvin, aquella que fue mi madrastra- pero él te hace falta, y tú a él, así que decidí tomar la decisión por ti y le dije que iríamos desde este mismo fin de semana.

- ¿Qué? -Le grité a Luck, sorprendida.

Sé que tiene razón y que tengo que ver a papá, pero ¿tenía que pasar eso tan 'importante' para que se diese cuenta de que me quería ver? Es mas, no me quiere ver, solo quiere hacerlo porque tiene que hablar algo con nosotros.

- ¿Estas molesta Kate? - Dijo un poco asustado - no quiero que te molestes conmigo ¿si?

- No estoy molesta Lucas, solo no estaba preparada para verlo tan pronto, pero okay, ya le dijiste que éste fin y pues será éste fin. - Le dije y salí del cuarto.

Fui directo a mi baño, me lavé la cara y me cepille, y antes de salir me hice una cola de caballo. Empecé a bajar las escaleras hacia la cocina para ver si los chicos estaban ahí aun.

- Hola, dormilona. - Voltee y vi a Jesse parado en el umbral de la cocina. Tenía su típica media sonrisa, los ojos  adormilados, y su cara reflejaba total tranquilidad.

- Hola, Jesse. - Camine hacia él y lo abrace, solo necesito un abrazo.

- Enana, ¿te pasa algo? - Dijo envolviendome en un abrazo de oso.

- ¿Y Max? - Dije para cambiar el tema mientras me separaba de Jesse.

- Se quedó dormido, otra vez. - Dijo Jesse y puso los ojos en blanco.

No quería quedarme en la casa, aunque los demás estaban durmiendo, por ellos no me preocupo ya que siempre se quedan acá y pueden cocinar o hacer lo que ellos quieran.

- ¿Quieres ir a desayunar al Starbucks que está a cuatro calles de acá? - le pregunté a Jesse con mirada suplicante, necesitaba salir y tomar aire fresco.

- Sí pero me tienes que decir que te pasa, porque te conozco, y sé que no estas bien. - respondió.

- Ok, te lo diré en el camino, deja me cambio y nos vamos.

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- Así que vas a tener que ver a tu papá éste fin - Dijo Jesse mientras se tomaba su café y comía una de las donas.

- Sí, y no estoy lista para regresar ahí, muchos malos recuerdos.

- Y esos malos recuerdos son a causa de Calvin, ¿o no? - Me dijo Jesse, siendo obvio.

- Siempre aciertas, pero que te puedo decir, muchas cosas pasaron en esa casa, y para mi ya son malos recuerdos, y pesimos momentos, no solo pesimos, si no dolorosos.

- Pues no pensemos en eso entonces, mejor hablemos de que estas donas me matan. - Dijo sonriendo mientras le daba otro mordisco a su dona. - Te lo juro, algún día me casaré con una de estas donas.

- Pues creeme que no lo dudo. - dije y reí por la cara de Jesse.

Luego de seguir hablando de cualquier cosa que nos pasaba por la mente, de comernos las donas y de tomar nuestros cafés decidimos ir a dar un paseo al parque que estaba a dos calles de casa.

Una vez en el parque, ambos caminamos hacia un árbol gigante, estábamos sentados viendo hacia el lago que teníamos delante sin decir ni una sola palabra, cada uno al lado del otro, sumergido en sus pensamientos.

Todo estaba en silencio, pero no era un silencio incómodo, era un silencio que daba tranquilidad, y seguimos así como por media hora.

- ¿Cuanto tiempo tenemos aquí? -Le pregunté a Jesse.

- Una hora, creo que ya debemos volver a casa.

- Pienso igual, me hizo bien ésta salida. - Le dije mientras nos sacudiamos la tierra de la ropa.

- A mi igual. - Dijo y me dio esa media sonrisa que él sabía que me mataba.

Cada vez que me sonreía así me daba cuenta de lo atractivo que es. Jesse es un chico súper inteligente, atractivo, de ojos color verde oliva, cabello color miel, su nariz era un poquito grande pero narizón y todo era una belleza de chico, para ser sincera, en cuanto a su cuerpo era musculoso, pero no exageradamente, era el mejor jugador de fútbol que conocía y apartando eso, era divertido, buena persona, siempre vestía y olía bien, y es súper respetuoso.

- ¿Que tanto me ves enana? ¿Quieres una foto? Ya se que soy encantador pero tienes que aprender a disimular ¿sabes? - Me dijo y puso su cara arrogante mientras caminaba al carro.

- Jaja, muy gracioso. - Le puse los ojos en blanco mientras sonreía.

Jesse se me quedó viendo y luego se estiro hacia mi, me dio un beso en la mejilla y abrió el auto.

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Llegamos a casa quince minutos después, luego de eso, los chicos se quedaron un rato más pero luego se fueron.

Ya eran las 8.00pm de el jueves, y al día siguiente tendría que arreglar la maleta para ir a casa de mi padre. Muero por saber que es eso tan importante que nos tiene que decir, pero a la vez solo quiero encerrarme en mi cuarto con películas, música y libros sin tener que ir a ningún lado, solo que desafortunadamente eso no pasaría.

- Lucas es naturalmente idiota. - Dije  para mi misma, en mi habitación, que estaba totalmente vacía.

Stupid BoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora