Y otra vez esta detrás de ese árbol de roble...
Mis ojos están cerrados. Pero, esa ya monótona fragancia, es muy conocida para mi.
Vainilla.
Cuanto tiempo llevamos haciendo esta tonta rutina. ¿3 días? ¿1 semana? La verdad, soy alguien que puede perder fácil la paciencia pero ya son 10 años que llevamos la misma y simple rutina.
10 años... No es ni una pizca de vida que llevo yo encima.
Siempre mantengo mis ojos cerrados. Como si no escuchará nada, ni observará lo que está frente mío. Más ya su reconocida respiración esta grabada en mi.
Y solo es una simple humana.
Todos los días sin falta yo salgo al bosque, a las afueras de la gran muralla de mi castillo y descanso en las raíces de algún frondoso árbol.
Y todos los días, su simple presencia esta cerca la mía.
Los días en el palacio se han vuelto tediosos y suelo perder el control. Pero para este gran Sesshomaru, un tiempo de silencio se puede volver anhelado.
Pero esta costumbre ya la llevo de varios años atrás.
Un día, una guerra se liberó cerca de mis territorios. Duré 30 días en combate.
Mis heridas eran profundas, más sabia que al descansar, está condición se volvería insignificante.
Pero ahí fue cuando la ví. Calculaba unos 9 años de edad y la muy ingenua se había acercado a mí.
-¿Puede ser tan tonta para a cortar la distancia y dejarse llevar por la curiosidad? -en ese momento lo pensé.
Sentí un frío tacto en mis heridas. - ¿Es una tela acaso?.-más mis pensamientos fueron interrumpidos a unos segundos después de sentir algo que quemaba mi carne viva.
Y ahí, fue cuando vi a la humana. Mis ojos se abrieron de par en par, rojos de furia por la osadía de esta insignificante niña. Me había colocado algo qué, a los segundos de sentir ese ardor, el dolor iva disminuyendo gradualmente. Era alguna preparación a base de hierbas medicinales.
Sus ojos inyectados de temor por ser descubierta en su acción me mostraron a la vez un azul intenso. Sus mejillas, teñidas de un rojo mostraban inocencia. Y vaya que lo era.
-Dorados...
Para oídos humanos, un susurro. Para mi un cálido tono.
Con recelo, se alejó unos pasos hasta que su espalda chocó con el tronco grueso y mohoso de ese gran árbol.
Y ahí pude apreciarla mejor. Ropa de aldeanos, pies descalzos y una piel nívea. Cabello largo y negro como la noche, sus labios finos pero rosas. Y sus ojos, azules como el intenso zafiro.
Mi mirada mostraba desconfianza. Aunque si quisiera acabar con ella, sería tan fácil como aplastar una fruta. Más no valía la pena hacerlo, pronto se iría y me dejaría en paz.
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Una Simple Humana #RetosSesshome2016
Fanfiction"Mi simple rutina era algo que me agradaba, hasta que con el paso de los años, cambio. Mi interés fue más grande que no evite que siguiera así. Diferente a mi simple costumbre." "Y eso, que era simplemente una humana cualquiera".