Una Simple Humana #RetosSesshome2016

¡Maldición!

En cuestión de segundos, a unos metros de la colina olfatee un aroma diferente.

¿Un youkai?

Mas solo era una presencia débil, tan débil como la de esta simple humana.

Ocultando mi presencia y aroma, salí de esa habitación y con rapídez me oculte tras la pequeña cabaña y con curiosidad, esperé.

-¡Kagome!

¿Un niño?

-Ya llegue Kagome, con las medicina que me pediste.- mi curiosidad pudo mas que mi orgullo. De reojo observe por la pequeña ventana de madera mientras mi cuerpo se encontraba recargado en la pared del lugar.

Se trataba de un pequeño kitsune, un youkai de nivel insignificante. De ojos verdes y una cabellera naranja al igual que una cola esponjosa del mismo color. Tenia un aroma diferente, no era pariente de la humana. Tal vez era su protegido.

Pero, mis pensamientos fueron interrumpidos por dos cosas:

Un pequeño quejido de dolor salio de sus labios con un toque de palidez y su voz.

- Gr-gracias Shippo, con esto podre sentirme mejor de esta fiebre.- Nunca la había escuchado hablar, mas que una simple palabra y ya 10 años pasaron de eso.

Mi corazón endemoniado latió muy fuerte, y Yako estaba extasiado con la voz y el nombre de ella.

Kagome, que tanto tiempo paso para poder escuchar su nombre. Tan único para ella.

Tonterías...

-¿A donde crees que vas? ¿No esperaremos aquí?.-mi bestia estaba extrañado, mas esto no era mi plan.

-Solo vine a investigar el por que su falta, y ya vi que esta enferma así que, es todo.

Y solo era eso, a esto vine. Pero estaba mas tranquilo, y eso en verdad me estaba volviendo loco.

Yo no soy así.

Me quede unos segundos más, solo para ver como el pequeño youkai le entregaba una bebida, el cual con asco ella lo tomaba. Para luego despedirse y marcharse en pequeños saltos.

Otros segundos más; aspiraba su aroma y escuchaba la calma que poco a poco inundaba su hogar. Pero regresando a mi realidad, dispuesto a irme, dí media vuelta y empecé a caminar.

Pero, si mi condición no fuera el de un daiyoukai, no escucharía el débil susurro de su voz...

-Espera... Por favor.-la sorpresa por primera vez apareció en mi rostro y al mirar tras de mi sobre mi hombro, verificando si era ha otra persona a quien dirigía esas palabras, vi que no. No había presencia alguna, solo era ella con su respiración agitada.

Con un gesto molesto, solo termine de voltear y dedicar una mirada desconfiada a su cabaña. Con cautela, pensando que se trataba de una tonta broma, una simple casualidad rodee para así llegar a donde empezó todo esto. A la entrada de su habitación.