Nada es bueno y nada es malo.
Nadie es un villano y nadie es un héroe.
Todo es una simple balanza, que se inclina a un lado a otro según nuestras decisiones.
Nuestras balanzas estaban desequilibradas.
Tambaleándose sin desenfreno.
Volviéndonos locos.
Absorbiéndonos.
Y la única culpa, era nuestra.
La única culpa de vagar entre el blanco y el negro, entre diferentes grises y, no encontrar los otros colores, era solo nuestra.
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Enero y diciembre.
Krótkie OpowiadaniaTan cerca y tan lejos a la vez. Una historia sobre dos luces. La de la realidad, y la de la pantalla.