Capítulo 20: El amor no es color azul

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El repentino resplandor detrás de nosotros se debió a una cámara fotográfica, de esas antiguas que usan rollo para revelar las fotos. Ambos nos dimos la vuelta soltándonos la mano. Se trataba de la amable persona de mediana edad que trabaja en la cafetería de la escuela. No conozco su nombre completo, pero he escuchado que le dicen Abuela Smith. Quizás se trata de esa clase de personas que es tan amable con todo el mundo, que no le importa que todo el mundo le diga "abuela". Aunque yo aún no opto por tener esa clase de comportamiento con ella. No sé cómo llamarle, me impediré decir su nombre.

En fin, ella nos tomó a mí y a Applejack una fotografía a nuestras espaldas, justo en el momento en que nos tomábamos de la mano por primera vez. Me sentía un poco feliz de que alguien hubiera podido captar el momento. Me gustaría guardarlo en algo además de mi memoria que algún momento se hará débil y se llenara de niebla ante recuerdos hermosos que escaparan como la bruma por la madrugada.

-¡Abuela!-. Exclama Applejack poniéndose roja de las mejillas.

La abuela Smith solo se ríe y pone la cámara en un pequeño mueble que está al lado de la puerta –jeje, lo siento, pero de verdad ustedes dos se veían tan lindos que no pude evitarlo-.

Me agrada bastante cuando las personas de mayor edad tienen ese peculiar sentido del humor. Applejack suspira, a su vez el sol se iba escondiendo cada vez más al paso de los minutos, mostrando así sus últimos rayos de un color rojizo un tanto más intenso, pintando las nubes de hasta un tono ligero rosa, dando inicio a unas cuantas brisas indiferentes de aire un tanto frio que arrastran una temperatura mayor de 23 grados, permitiéndome estar un poco más cómodo con lo que traía puesto. –Abuela ya nos vamos..., volveré antes de las doce-.

-Más le vale a ese muchachito que te traiga sana y salva a la casa justo como te vas-. Me señala con el dedo entre cerrando uno para poder verme mejor.

-Mucho gusto, me llamo Esteban Reynolds. No se preocupe, así será-. Respondí sin más que inclinando un poco la cabeza en señal de respeto, es probable que haya sido excesivo, pero los buenos modales jamás se deben olvidar en ninguna ocasión, aunque por un tiempo yo les fui un tanto...traicionero.

Applejack me toma del brazo para que me dé prisa en llegar al auto. –Deberíamos irnos de una vez-. Susurra mi acompañante de cabello rubio –Cuando ella comienza a hablar créeme que dura hasta horas en eso-.

-A mí me agrada-. Respondí metiendo la llave del auto en la cerradura para poder abrir la puerta para Applejack, ella entra. De inmediato voy hacia al otro lado para encender el auto y poder estar en el baile a tiempo. Note como una pequeña silueta en la ventana superior derecha de la casa de Applejack se asomaba por la ventana, pero en un segundo esta misma se aparta y solo deja un leve movimiento sobre las cortinas moradas semejante a la seda.

Mientras que Big Mac se mantenía con una mirada seria hacia mí, asomando la cabeza por la orilla de la puerta, le impedía la vista la abuela Smith quien solo decía adiós con los manos, con una sonrisa llena de calma. Así es toda su familia..., bueno, no puedo realmente que toda, pero por lo menos me doy una idea de lo que será...si es que algún día la llego a conocer un poco más de cerca.





La radio más curiosa de todas estaba pasando la canción Non, Je Ne Regrette Rien, una hermosa interpretación en francés. Al escucharla mientras conducía a una velocidad de 30 km/h, sentí que en mi mente despertaba el hecho de estar en la segunda guerra mundial, en un lugar solitario en donde mi alma desea solo descansar. Sentía que podía escuchar las balas de los nazis impactando con gran forma contra las paredes de mi casa, el universo desplazándose mi cabeza, el sentimiento de resignación rondando por todo el ambiente que este mismo causo. Es como si de alguna forma yo también pudiera hablar francés y podía entender el desdén que le tenía a mi pasado, con tal de poder tener un presente feliz, tener la mejor experiencia de mi vida. "¡Me importa un bledo el pasado!", fue lo que la mujer con hermosa voz cantaba en una lengua conocida como la más romántica en la tierra. Eso me llego con tanta emoción hasta tocar los rincones con telarañas en mi alma. Gire un instante miserable para mirar a mi amor platónico, solo miraba hacia la ventana, observando las casas que rápido se iban y los árboles que con indiferencia se movían. Daria lo que fuera para saber qué era lo que pensaba mi pareja, quizás era nostalgia, solo por la forma peculiar en la que suspiro, en la que por un momento de su vida...se dio cuenta de que el sol se estaba ocultando, tal vez le daba miedo que jamás volviera.

Un Suspiro en Canterlot High (Mlp Fanfiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora